Quede registrado como propiedad intelectual: «Combatiremos la peste externa con auditoría interna».
Goyo
29-sep-09
Quede registrado como propiedad intelectual: «Combatiremos la peste externa con auditoría interna».
Goyo
29-sep-09
En vista de los últimos éxitos alcanzados como organismo dedicado a la recopilación de esquelas mortuorias naturales y sociales, yo me salgo de la ONU y me dedico a contar borreguitos celestiales como el que muestra esta foto tan mía.
Goyo
28-sep-09
A vé, todo el derredor comenta y dice no explicarse razones que llenen de buen juicio las cabezas; porque aunque se sepa que el fútbol es así y ahora toque reverenciar a no sé que elemento mediático, uno puede dedicarse a instruirse en los asuntos que dice la gente que son cruciales, importantes, trascendentes,… así que hoy me he dedicada a buscar información fresca sobre el asunto del agua.
Las primeras muestras que presenta el Buen Hermano es de un señor ingeniero, que trata de explicar la técnica de cómo el agua se fuga de las tuberías. La segunda es un verdadero tesoro ordenado con criterio alfabético para perderse dos o tres meses y comenzar a conocer las maravillas del desorden acuático diseñado por los humanos. La tercera se encarga de demostrarte que sabes muy poco de pérdidas de agua si no conoces el vocabulario técnico al uso. La quinta procede de la Universidad de La Rioja, y no sé qué dirá porque parece haberse descargado o haberse ido a la fuga. Y así sucesivamente hasta que llegue usted a mirar por encima de las más de millón y medio de referencias sobre pérdida de agua en las redes de distribución.
En la séptima hay un ejemplo claro: un curso en Valencia para aprender de la cosa. Y le sigue la noticia que en Valencia, en el año 2005 perdió alrededor del 20% que potabilizó.
La pregunta me sigue dando la lata ¿qué clase de ingeniosas tuberías, bridas, juntas, codos, empalmes,… utilizamos los humanos para perder un tercio del agua potable que se distribuye ?
¿ No podría yo dedicarme a otra más provechosa que la de perder el tiempo como el agua limpia se pierde ?
Goyo
27-sep-09
Una banderita para el ingeniero que ingenie prisión incondicional del agua en las tuberías.
Los grupos sociales que se toman en serio el ejercicio libre de la opinión sobre temas comunes, suelen ser más felices que aquellos colectivos a los que se impide tal ejercicio. Nosotros, que aún lastramos prohibiciones añejas no escritas, seguimos asustados en el batallar del diálogo, que es un ejercicio que se fomenta tanto como se evita.
A mí me satisface que el personal opine, incluso que lo haga con las nuevas herramientas, muy dadas a lanzar la piedra y ocultar la mano bajo un sinónimo o una IP que siempre deja huella indeleble. A mi me satisface que los lectores de prensa, los auditores de radio y los veedores de tele ejerciten su capacidad de intervención a través de los diferentes artilugios; eso sí, si no es posible el control total que quiere el Gran Hermano, seguro que en muchos casos conviene al buen uso de la crítica el saber de quién procede tal opinión.
Por ejemplo, en este caso, la opinión es mía, el rastro no lo oculto, expongo a lo público mi criterio personal -que viene tiznado del grupo social en el que vivo-, me expongo a la intemperie de quien desee comentar, … incluso facilito mi foto. Todo lo hago porque cuido y confío en no dañar a nadie con mi libre juicio.
Esto que antecede, no debiera ser necesario, pero como presiento que aún estamos escasos de respeto a otras culturas, bien pudiera que anduviésemos algo escasos de entereza ante nuestras propias opiniones.
Resulta ser que todos caemos en la aceptación de que no hay mayor bondad social para una persona que ejercite un empleo, que a través de sus habilidades obtenga el dinero imprescindible para las otras necesidades. Nos obstante, precisamos que no todos los proyectos que facilitan un trabajo son por igual apetecibles, viables o plausibles.
Llegado el caso del proyecto de la Refinería de crudo de petróleo que se desea instalar en Extremadura, presenciamos una riqueza generosa de análisis y controversia, que bien nos muestra cómo las pasiones incitan a juicios más ligados a un incierto radicalismo que a una disposición de querer entendernos. Seguro debemos estar que bajo el paraguas denominado «ecologista» se albergan tanto personas deseosas de no impedir un trabajo digno como personas deseosas de preservar las inquietudes y apuestas industriales. De la misma manera, creo que bajo otros paraguas siguen personas respetuosas con las leyes y personas sensibles a plateamientos teóricos medioambientales. Todos revueltos y cada uno bajo su particular forma de presenciar la que está cayendo.
Los comentarios siguen siendo igual de tensos que improductivos, en lo que se refiere a calmar los ánimos para que podamos ayudar a pensar de forma válidamente conjunta; sobre todo, porque tenemos la obligación de entendernos.
Un proyecto industrial del calibre de la Refinería proyectada tiene el respaldo de mucha gente preocupada por la riqueza, por la economía o por la energía; a la vista de las tensiones, otro grupo importante de gente decanta su preocupación por otro tipo de riqueza, por otra clase de economía y por otra clase de energía. No creo posible armonizar ambas tensiones porque son, sencillamente, insostenibles.
Y muy a pesar de admitir un amplio apoyo ciudadano procedente de la comarca más afectada, hay que admitir una resistencia también amplia desde la lejanía que se siente presente en el problema. Yo no percibí la importancia de este segundo aspecto hasta que, en vacaciones en Puntaumbría, la prensa de Huelva me despertó con sus preocupaciones; se hablaba en esos días de Fertiberia, de la Ría y de las condiciones penosas de la costa. Un grupo diverso e influyente aparecía argumentando que para ellos es una amenaza que los conductos que irían del mar a la Tierra de Barros, al pasar por la zona norte de provincia, ponían en peligro evidente la seguridad ambiental de la sierra. Así que adquirí con claridad la idea de que el proyecto no pertenece sólo a los extremeños y solo no lo podemos solventar.
Para más añadido, resulta que es un proyecto que afecta también al país portugués; y este fenómeno, deberá ser atendido con las mismas ganas que atendemos los extremeños el alocado desafío lanzado por la derecha portuguesa intentando paralizar el AVE.
El Proyecto de la Refinería trasciende nuestra autonomía y se traslada además al ambiente europeo; por lo que a lo mejor convendría templar razones y no estar tan seguro de tanta inseguridad.
Seguiremos atentos a lo que mejor nos convenga.
Goyo
25-sep-09
No es la primera vez que observo cómo creamos arriesgadas interpretaciones de lo que ocurre.
Ahora ocurre que por estos sitios del oeste ibérico no llueve tal como la memoria colectiva dice que debería llover. A esta constatación contrastada, se suma la abundancia de noticias procedentes del noroeste, recordándonos así que se sigue mojando lo que llovió ayer;… y se suman las intempestivas tormentas mediterráneas de otoño, allá por el este.
Y en estas tierras nuestras, habituadas antes a refrescarse según el santoral, no llueve. («La otoñá verdadera, por San Bartolomé, la primera» (24 de agosto). Se nota que no llueve no solo porque el cielo aparece despejado con rutina o no solo porque los pequeños lirios de septiembre siguen ocultos bajo tierra, retrasados, escondidos, temerosos,… Se nota que no llueve porque el ánimo visual espera ver marrones de suelos humedecidos y apuntando en verde; y sin embargo, persiste el marrón desértico que ya se compuso desde mayo. Ni siquiera han dejado vivo al claro pajizo de los cardos secos.
No creo que las vacas dejen los cardos para postre.
«No llueve». Comento con un amante del ganado, que además es ganadero. Y me mira aireando la cabeza: «Es que somos malos. No llueve porque yo creo que somos malos».
Tampoco creo que las vacas puedan comer el excedente constructivo.
Ya dijimos que sacar el santo en procesión cuando el cielo no promete, era cosa de cura torpe; pero debe investigarse más seriamente la influencia de la Ética en el Clima, lo mismo es más fructífera que su influencia en la Política.
Goyo
23-sep-09
Yo creo que los mayores recurrimos a los recuerdos infantiles porque desconfiamos ya de los frescos frutos mentales y preferimos los de conserva enlatada; tú abres una lata de niñez experimentada y nacen de nuevo valores que ahora mismo siguen pisoteados.
Por ejemplo, aún sé ubicar exactamente -al lado del cementerio de mi pueblo- el lugar reservado para almacenar la basura de todo el vecindario casareño hace medio siglo. Estaba en la zona propia de los estercoleros, verdaderas fábricas de abono orgánico que equilibraban los desechos ganaderos y los provechos agrícolas; pero el montón de basura se componía tan solo con cenizas del picón de los braseros, algunas chapas de botellas de cerveza y algunos cristales rotos. Las latas se había recogido previamente, al igual que los trapos y las suelas de crepé para vendérselas al trapero, que las cambiaba por dulces algarrobas. Y mi pueblo entonces tenía seis mil habitantes y el montón de basura apenas ocupaba cien metros cuadrados y escasamente llegaba al metro de altura y que no era visitado por los pájaros, que preferían picotear en los estercoleros.
Cuando el Desarrollismo hizo su función, aquel montón inerte y gris desapareció porque los nuevos y extraños olores de sobras modernas, molestaban a los muertos y hubo que dedicar un terreno grandioso y apartado al nuevo desperdicio. Y entonces fue la época en la que se instaló la creencia de que había que quemar los residuos domésticos, quizá tratando de imitar aquel tiempo de cenizas.
Como la riqueza y el nivel de diversidad de especies de desechos fue aumentando con tanta porfía, vimos nacer grandes empresas dedicadas al tratamiento de los RSU, que es la manera fina de llamar a los subproductos de la nuestra civilizada forma de consumo. El sistema de abuso que acarrea nuestro actual derroche, apunta a que cada persona de esta región produce más de un kilo de basura diario, cosa que además de pesar, le da por oler mal; así que las autoridades pensaron que con unos buenos depósitos repartidos por las calles, podría el vecindario verter su basura según voluntad. El hecho resultante es que las calles están plagadas de estercoleros a los que no van ni los pájaros.
Que pongan más. Que los laven. Que los incrusten. Que los escondan. Que sean nocturnos. Y así seguimos, a la sana imitación de lo sobrante, produciendo basura en el razonar, con tanta abundancia, que infectamos la radio, la tele, la prensa y el bar.
Hasta dicen que el infecto se recrudece, fuera de los bares, con savias jóvenes al terminar la semana, en lugares aún sin denominación de origen, porque el destino que nos encajona, prohíbe que se planteen dudas. Y esta es la desechada duda de esta semana.
Goyo
21-sep-09
El fenómeno financiero construido sobre el etéreo valor de las cosas, condujo a sus creadores a una maquinaria de amasar fortunas. El método -para nada improvisado- creó también derivaciones empobrecedoras al descubrirse que las cosas realmente valían poco. Este fenómeno se llama sencillamente «engaño«; pero quizá por vergüenza, hemos convenido llamarlo crisis.
El engaño pertrechado durante la primera década del siglo 21 procede en realidad de todo un bagaje de rutinas financieras anteriores, puestas en juicio por un tal Carlos que tenía mucha barba. La gente simple se sigue preguntando por qué las sandías cuestan diez veces más en el mercado que en el campo, o por qué los campesinos extremeños venden este año la uva sin saber qué precio va a pagarse por ella. Estos dos últimos ejemplos serán las penúltimas ramificaciones derivadas de la «improvisación sub-prime»; el caso es que la contagiosa globalidad ha contaminado de crisis a todo lo viviente, incluido el lenguaje. Lo financiero permutó en mercantil, en social, en político, en cultural, en vacacional, … y así seguirá porque la improvisación ya no sólo es «hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación» como nos recuerda el DRAE.
También tenemos otras fuentes de contrastación; en esta máquina, con la que escribo, pulsando el botón derecho sobre el término «improvisar», me aparecen como sinónimos: crear, innovar, reparar, componer, organizar, arreglar, reformar e inventar. Términos que serán sin duda elegidos por los que prefieren el uso metodológico para el tratamiento de los problemas. Y este nos ocasiona otra nueva crisis, la lingüística.
Lo creativo, lo novedoso es siempre fruto de la improvisación, porque lo metodológico determina el camino para llegar a algo previamente definido, predicho, previsto; siguiendo un método no se crea, sino que se produce. Bernard Laurent Madoff improvisó un diseño que posteriormente, tras los debidos experimentos de «ensayo/acierto», transformó en método de enriquecimiento exitoso y no solo para él, que aún dando con sus huesos en la cárcel no ha impedido que miles de banqueros se hayan «convertido» -«convertir» ya tiene más acepciones que las que usted pueda localizar-.
Es verdad que no siempre que se improvisa se crea, pero es imposible crear sin ejecutar juegos improvisados.
Claro que “jugar” con las cosas de la crisis es un ejercicio «funesto» -diría por ejemplo un señor serio-.
Con la crisis no se juega, ni se improvisa, ni se la maneja como pelotita de circunloquios; los efectos de la crisis hay que frenarlos y destruirlos con medidas concretas, que pueden ser:
Medidas de longitud: siete centímetros y dos kilómetros.
Medidas de capacidad: las de ese estadio balear.
Medidas de peso: dos kilitos y medio.
Medidas de entrepierna: depende del tipo de traje.
Y así de inmensa se turba y a todo infecta.
Hasta que nos decidamos improvisar; porque seguir con los mismos ritos, impide ver las cosas desde otras crudezas.
Además, confundirnos no va a provocar ninguna calamidad mayor.
Goyo
20-sep-09
Pues va a tener que seguir siendo misterio reducido: el pasado martes sugería una especie de adivinanza fomentada por una foto que presenta cachivaches diversos de procedencia incierta; había compuesto un post explicativo e ilustrado para que contempláseis el proceso indagador. Una serie de fotos conducía la prueba desde el principio hasta el fin; pero resulta que se apreciaba con claridad la marca comercial y no quiero yo dar a entender mensajes dañinos. Así, la foto misteriosa del pasado martes, no es otra cosa que el interior de una especie de barrilito de cinco litros de cerveza.
La cerveza y el vino siguen demostrando su valía si es la moderación el criterio de uso; y en mis creencias, me es molesto abrir una botella de vino con tapón de plástico, y sigue siendo más fresca y apetecible la cerveza de barril que el congelado botellín. Esos gustos me causan los consiguientes prejuicios.
Observando el barrilito doméstico de cerveza, me pregunté qué es lo que en su interior -además de cerveza- guardaba el recipiente.
La primera foto, debería haber sido la de un barril ya caduco y ligero en peso,… que podemos encontrar en cualquier contenedor amarillo (es un decir), que es imposible abrirlo con un abrelatas normal y hay que utilizar otras herramientas; pero ya digo que, como en el reportaje fotográfico se veían las letras, las formas externas y los colores, he decido prescindir de ellas y tan solo aportar las esencias.
Una vez abierto el recipiente -el proceso es atractivo y revelador- desbarato el orden interno y despego la bombonita blanca que está fuertemente adherida al fondo del barril con una especie de silicona.
Ahora dispongo todo bien ordenadito, que es la imagen que os mostraba el pasado martes.
Abro la bombonita, también fuertemente sellada, y os presento su contenido; creo que es carbón activado.
Para mayor abundancia de componentes, habría que añadir otras piezas, artilugios y envolventes que acompañan al barrilito; esa indagación la dejo para ustedes.
En fin, lo que me pregunto es si para tomarnos cinco litros de buena cerveza es absolutamente necesario tanto derroche tecnológico.
Goyo
18-sep-09
Sin necesidad de que la Universidad de Maastricht crea que una sonrisa mejora en mucho la autoestima de las mujeres disgustadas con su apariencia física, yo mismo creo que tan solo una palabra bien aliñada puede embarazar y desencadenar odios infinitos.
A veces basta un «no» seco, esquelético, diáfano y justo que el oyente lo transforma arbitrario …
Se puede esperar incluso treinta y dos días para difuminar la prisa. Negar a perpetuidad la exclusiva de la TDT facilita el crecimiento desmesurado de venganza y las huestes tienen ya suficientes ayudas externas.
Este país, pendiente todo él de inclinar la cuesta arriba para que parezca cuesta abajo ya no parece importarle la sencillez de la moral; gusta más la doble moral, que no es exactamente la mora reiterada.
Goyo
17-sep-09
La foto muestra una especie de bombonita blanca, sellada herméticamente con un artilugio metálico raro que cierra la boca,… y en sus proximidades he dispuesto tres piezas de plástico, un tubito de plástico y otro cierre (sobre la bombonita, arriba a la izquierda) que ha dejado de ser hermético porque el alicates lo ha tenido que destrozar para sacar lo que veis en la foto.
Pero ¿qué creéis que es esto?. Indagad, aventurad, confundíos,… el viernes tendréis la solución.
Goyo
15-sep-09