Siempre pierdo el tiempo

Barril

A vé, todo el derredor comenta y dice no explicarse razones que llenen de buen juicio las cabezas; porque aunque se sepa que el fútbol es así y ahora toque reverenciar a no sé que elemento mediático, uno puede dedicarse a instruirse en los asuntos que dice la gente que son cruciales, importantes, trascendentes,… así que hoy me he dedicada a buscar información fresca sobre el asunto del agua.

Las primeras muestras que presenta el Buen Hermano es de un señor ingeniero, que trata de explicar la técnica de cómo el agua se fuga de las tuberías. La segunda es un verdadero tesoro ordenado con criterio alfabético para perderse dos o tres meses y comenzar a conocer las maravillas del desorden acuático diseñado por los humanos. La tercera se encarga de demostrarte que sabes muy poco de pérdidas de agua si no conoces el vocabulario técnico al uso. La quinta procede de la Universidad de La Rioja, y no sé qué dirá porque parece haberse descargado o haberse ido a la fuga. Y así sucesivamente hasta que llegue usted a mirar por encima de las más de millón y medio de referencias sobre pérdida de agua en las redes de distribución.
En la séptima hay un ejemplo claro: un curso en Valencia para aprender de la cosa. Y le sigue la noticia que en Valencia, en el año 2005 perdió alrededor del 20% que potabilizó.

La pregunta me sigue dando la lata ¿qué clase de ingeniosas tuberías, bridas, juntas, codos, empalmes,… utilizamos los humanos para perder un tercio del agua potable que se distribuye ?

¿ No podría yo dedicarme a otra más provechosa que la de perder el tiempo como el agua limpia se pierde ?

Goyo
27-sep-09

Una banderita para el ingeniero que ingenie prisión incondicional del agua en las tuberías.
bandemita

Es que somos malos…!

No es la primera vez que observo cómo creamos arriesgadas interpretaciones de lo que ocurre.

Ahora ocurre que por estos sitios del oeste ibérico no llueve tal como la memoria colectiva dice que debería llover. A esta constatación contrastada, se suma la abundancia de noticias procedentes del noroeste, recordándonos así que se sigue mojando lo que llovió ayer;… y se suman las intempestivas tormentas mediterráneas de otoño, allá por el este.

Y en estas tierras nuestras, habituadas antes a refrescarse según el santoral, no llueve. («La otoñá verdadera, por San Bartolomé, la primera» (24 de agosto). Se nota que no llueve no solo porque el cielo aparece despejado con rutina o no solo porque los pequeños lirios de septiembre siguen ocultos bajo tierra, retrasados, escondidos, temerosos,… Se nota que no llueve porque el ánimo visual espera ver marrones de suelos humedecidos y apuntando en verde; y sin embargo, persiste el marrón desértico que ya se compuso desde mayo. Ni siquiera han dejado vivo al claro pajizo de los cardos secos.

No creo que las vacas dejen los cardos para postre.

Vacascomiendona

«No llueve». Comento con un amante del ganado, que además es ganadero. Y me mira aireando la cabeza: «Es que somos malos. No llueve porque yo creo que somos malos».

Tampoco creo que las vacas puedan comer el excedente constructivo.

100_2031

Ya dijimos que sacar el santo en procesión cuando el cielo no promete, era cosa de cura torpe; pero debe investigarse más seriamente la influencia de la Ética en el Clima, lo mismo es más fructífera que su influencia en la Política.

Goyo
23-sep-09

La basura como pandemia

basura

Yo creo que los mayores recurrimos a los recuerdos infantiles porque desconfiamos ya de los frescos frutos mentales y preferimos los de conserva enlatada; tú abres una lata de niñez experimentada y nacen de nuevo valores que ahora mismo siguen pisoteados.

Por ejemplo, aún sé ubicar exactamente -al lado del cementerio de mi pueblo- el lugar reservado para almacenar la basura de todo el vecindario casareño hace medio siglo. Estaba en la zona propia de los estercoleros, verdaderas fábricas de abono orgánico que equilibraban los desechos ganaderos y los provechos agrícolas; pero el montón de basura se componía tan solo con cenizas del picón de los braseros, algunas chapas de botellas de cerveza y algunos cristales rotos. Las latas se había recogido previamente, al igual que los trapos y las suelas de crepé para vendérselas al trapero, que las cambiaba por dulces algarrobas. Y mi pueblo entonces tenía seis mil habitantes y el montón de basura apenas ocupaba cien metros cuadrados y escasamente llegaba al metro de altura y que no era visitado por los pájaros, que preferían picotear en los estercoleros.

Cuando el Desarrollismo hizo su función, aquel montón inerte y gris desapareció porque los nuevos y extraños olores de sobras modernas, molestaban a los muertos y hubo que dedicar un terreno grandioso y apartado al nuevo desperdicio. Y entonces fue la época en la que se instaló la creencia de que había que quemar los residuos domésticos, quizá tratando de imitar aquel tiempo de cenizas.

Como la riqueza y el nivel de diversidad de especies de desechos fue aumentando con tanta porfía, vimos nacer grandes empresas dedicadas al tratamiento de los RSU, que es la manera fina de llamar a los subproductos de la nuestra civilizada forma de consumo. El sistema de abuso que acarrea nuestro actual derroche, apunta a que cada persona de esta región produce más de un kilo de basura diario, cosa que además de pesar, le da por oler mal; así que las autoridades pensaron que con unos buenos depósitos repartidos por las calles, podría el vecindario verter su basura según voluntad. El hecho resultante es que las calles están plagadas de estercoleros a los que no van ni los pájaros.

Que pongan más. Que los laven. Que los incrusten. Que los escondan. Que sean nocturnos. Y así seguimos, a la sana imitación de lo sobrante, produciendo basura en el razonar, con tanta abundancia, que infectamos la radio, la tele, la prensa y el bar.

Hasta dicen que el infecto se recrudece, fuera de los bares, con savias jóvenes al terminar la semana, en lugares aún sin denominación de origen, porque el destino que nos encajona, prohíbe que se planteen dudas. Y esta es la desechada duda de esta semana.

Goyo
21-sep-09

Improvisando

Brothermartx

El fenómeno financiero construido sobre el etéreo valor de las cosas, condujo a sus creadores a una maquinaria de amasar fortunas. El método -para nada improvisado- creó también derivaciones empobrecedoras al descubrirse que las cosas realmente valían poco. Este fenómeno se llama sencillamente «engaño«; pero quizá por vergüenza, hemos convenido llamarlo crisis.

El engaño pertrechado durante la primera década del siglo 21 procede en realidad de todo un bagaje de rutinas financieras anteriores, puestas en juicio por un tal Carlos que tenía mucha barba. La gente simple se sigue preguntando por qué las sandías cuestan diez veces más en el mercado que en el campo, o por qué los campesinos extremeños venden este año la uva sin saber qué precio va a pagarse por ella. Estos dos últimos ejemplos serán las penúltimas ramificaciones derivadas de la «improvisación sub-prime»; el caso es que la contagiosa globalidad ha contaminado de crisis a todo lo viviente, incluido el lenguaje. Lo financiero permutó en mercantil, en social, en político, en cultural, en vacacional, … y así seguirá porque la improvisación ya no sólo es «hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación» como nos recuerda el DRAE.

También tenemos otras fuentes de contrastación; en esta máquina, con la que escribo, pulsando el botón derecho sobre el término «improvisar», me aparecen como sinónimos: crear, innovar, reparar, componer, organizar, arreglar, reformar e inventar. Términos que serán sin duda elegidos por los que prefieren el uso metodológico para el tratamiento de los problemas. Y este nos ocasiona otra nueva crisis, la lingüística.

Lo creativo, lo novedoso es siempre fruto de la improvisación, porque lo metodológico determina el camino para llegar a algo previamente definido, predicho, previsto; siguiendo un método no se crea, sino que se produce. Bernard Laurent Madoff improvisó un diseño que posteriormente, tras los debidos experimentos de «ensayo/acierto», transformó en método de enriquecimiento exitoso y no solo para él, que aún dando con sus huesos en la cárcel no ha impedido que miles de banqueros se hayan «convertido» -«convertir» ya tiene más acepciones que las que usted pueda localizar-.

Es verdad que no siempre que se improvisa se crea, pero es imposible crear sin ejecutar juegos improvisados.

Claro que “jugar” con las cosas de la crisis es un ejercicio «funesto» -diría por ejemplo un señor serio-.
Con la crisis no se juega, ni se improvisa, ni se la maneja como pelotita de circunloquios; los efectos de la crisis hay que frenarlos y destruirlos con medidas concretas, que pueden ser:
Medidas de longitud: siete centímetros y dos kilómetros.
Medidas de capacidad: las de ese estadio balear.
Medidas de peso: dos kilitos y medio.
Medidas de entrepierna: depende del tipo de traje.

Y así de inmensa se turba y a todo infecta.

Hasta que nos decidamos improvisar; porque seguir con los mismos ritos, impide ver las cosas desde otras crudezas.

Además, confundirnos no va a provocar ninguna calamidad mayor.

Goyo
20-sep-09

Inclinaciones hacia el verde.

Pues va a tener que seguir siendo misterio reducido: el pasado martes sugería una especie de adivinanza fomentada por una foto que presenta cachivaches diversos de procedencia incierta; había compuesto un post explicativo e ilustrado para que contempláseis el proceso indagador. Una serie de fotos conducía la prueba desde el principio hasta el fin; pero resulta que se apreciaba con claridad la marca comercial y no quiero yo dar a entender mensajes dañinos. Así, la foto misteriosa del pasado martes, no es otra cosa que el interior de una especie de barrilito de cinco litros de cerveza.

La cerveza y el vino siguen demostrando su valía si es la moderación el criterio de uso; y en mis creencias, me es molesto abrir una botella de vino con tapón de plástico, y sigue siendo más fresca y apetecible la cerveza de barril que el congelado botellín. Esos gustos me causan los consiguientes prejuicios.

Observando el barrilito doméstico de cerveza, me pregunté qué es lo que en su interior -además de cerveza- guardaba el recipiente.

La primera foto, debería haber sido la de un barril ya caduco y ligero en peso,… que podemos encontrar en cualquier contenedor amarillo (es un decir), que es imposible abrirlo con un abrelatas normal y hay que utilizar otras herramientas; pero ya digo que, como en el reportaje fotográfico se veían las letras, las formas externas y los colores, he decido prescindir de ellas y tan solo aportar las esencias.

Una vez abierto el recipiente -el proceso es atractivo y revelador- desbarato el orden interno y despego la bombonita blanca que está fuertemente adherida al fondo del barril con una especie de silicona.

5Sacando

Ahora dispongo todo bien ordenadito, que es la imagen que os mostraba el pasado martes.

6Piezas

Abro la bombonita, también fuertemente sellada, y os presento su contenido; creo que es carbón activado.

7Carbónfinal

Para mayor abundancia de componentes, habría que añadir otras piezas, artilugios y envolventes que acompañan al barrilito; esa indagación la dejo para ustedes.

En fin, lo que me pregunto es si para tomarnos cinco litros de buena cerveza es absolutamente necesario tanto derroche tecnológico.

Goyo
18-sep-09

Una sonrisa basta

Diógenes

Sin necesidad de que la Universidad de Maastricht crea que una sonrisa mejora en mucho la autoestima de las mujeres disgustadas con su apariencia física, yo mismo creo que tan solo una palabra bien aliñada puede embarazar y desencadenar odios infinitos.

A veces basta un «no» seco, esquelético, diáfano y justo que el oyente lo transforma arbitrario …

Se puede esperar incluso treinta y dos días para difuminar la prisa. Negar a perpetuidad la exclusiva de la TDT facilita el crecimiento desmesurado de venganza y las huestes tienen ya suficientes ayudas externas.

Este país, pendiente todo él de inclinar la cuesta arriba para que parezca cuesta abajo ya no parece importarle la sencillez de la moral; gusta más la doble moral, que no es exactamente la mora reiterada.

Goyo
17-sep-09

¿Qué creéis que es esto?

Piezas

La foto muestra una especie de bombonita blanca, sellada herméticamente con un artilugio metálico raro que cierra la boca,… y en sus proximidades he dispuesto tres piezas de plástico, un tubito de plástico y otro cierre (sobre la bombonita, arriba a la izquierda) que ha dejado de ser hermético porque el alicates lo ha tenido que destrozar para sacar lo que veis en la foto.

Pero ¿qué creéis que es esto?. Indagad, aventurad, confundíos,… el viernes tendréis la solución.

Goyo
15-sep-09