Las medias

Ya oyeron ustedes alguna vez la insana sentencia de que “la medias no son buenas ni para las mujeres”, expresión que me duele por la cantidad de desconfianza que siembra y la enorme cosecha de desprecio que se recogen en los campos de la solidaridad y de la honestidad.

El último grito se ha oído. Las fuentes de donde se han obtenido las informaciones debemos entenderlas como fiables y, salvo rectificación o aclaración que se ofrezca, ni los patronos, ni los obreros se han dedicado a desmentirlas o a matizarlas. Ya el año pasado ocurrió situación pareja y fuimos capaces de tomarnos las uvas en espera de un Año Nuevo y Feliz; acabamos de superar la mitad del tiempo y no parece que la otra mitad sirva para construir una media ilusionante.

Basta de florituras: en referencias al año 2011, los empresarios declararon haber ganado anualmente, de media, 8.275 euros y los trabajadores, declararon haber ganado una media de 19.359 euros. Este es un país diferente a los diferentes países; o la media de los patronos son cucos o la media de los obreros protestan sin sentirse solidarios con los promotores sociales que son los verdaderos motores del desarrollo económico: los empresarios.

Las conclusiones que pueden derivarse ineludiblemente de esta situación declarativa, son abundantes. Yo no voy a resaltar todas las que se me vienen a la mente porque si usted ha sido capaz de leer hasta aquí, seguro que será capaz de descubrir escalofriantes silogismos.

No me parece correcto que -de media- un obrero sumido en la tristeza de la crisis gane al año más de dos veces más de lo que dice ganar -de media- un empresario; a no ser que, el conjunto de la masa obrera hispana se haya dedicado a tirarse el pisto mintiendo descaradamente. Ya sabemos que otra de las desgracias de los pobres radica en su incorregible capacidad de hacer el gilipollas.

Porque Hacienda somos –de media- todos, deberemos percatarnos que a la luz de la oscuridad de estos datos, poca claridad arroja sobre la economía oculta y la negrura empresarial.

Hacienda ya no es la patria contable que recoge impuestos y distribuye cohesión social, más parece el mentidero sagrado de los académicos e ingenieros de las medias.

Trabajo que quieren darle al señor Montoro.

Goyo

16-ago-12

 

 

Ecologías de Andrea Fernández Maneiro

 

 

 

Hoy comparto en mi blog un hermoso poema verde de mi amiga gallega Andrea Fernández Maneiro; pero yo creo que sale más bonito allí donde lo he copiado.

 

Cuando los árboles puedan votar
todos los políticos serán ecologistas,
los leñadores abandonarán las armas
y quizá alguna tribu sin sufragio conserve sus tierras.

Cuando los árboles voten
los fumadores apagarán sus colillas,
los políticos tendrán ética y estética
y quizá alguna planta invasora retorne de su emigración.

Cuando los árboles emitan su voto
confiaré en los ecologistas de verdad
en los políticos con ética,
en las plantas invasoras,
en los leñadores;
porque será entonces
cuando las tribus silenciosas tendrán voto
para mudar el mundo, ponerlo paras arriba
y disfrutar de la hierba húmeda del universo.

Pero, mientras esto no pase,
soñar que los árboles votan
es una locura que reforesta,
un relámpago hecho alumbrado público,
un espasmo convertido en energía;
es la esperanza renovable,
el reciclaje del alma;
es al fin, un jardín del edén,
escarbado en el asfalto ,
una urna convertida en una maceta
de metacrilato demócrata,
pozo de los deseos moderno,
donde dejar el voto del futuro deseado.
(30/07/2012)

 

 

Saludos a todo el personal sensible.

Goyo

07-ago-12

Canción del verano

 

De agosto fue el día tercero
Noche de la luna llena,
Mojé pluma en el tintero
Para contarles la pena.

Para anunciar el descanso
Se convocó al periodismo
Que como cordero manso
Resistió frente al abismo.

En esto llegó Mariano
Y se sacó de la manga
La canción de este verano
con pandereta y charanga

Feliz verano,… el que pueda,
y el que no pueda, resista
que quien resista esta rueda
se hace el dueño de la pista.

De todas las vacaciones
Que produce este verano,
Muy diversas soluciones
Nos recomienda Mariano:

El que pueda, que se joda;
Que sin vacación se queda
Que ya se ha puesto de moda:
que se joda el que no pueda.

El que pueda, que se joda.
Que si te duele una muela
Y no puedes ir de boda,
Que se joda el que no pueda.

El que pueda, que se joda
Que aunque tengas buen currelo
Se está poniendo de moda
Que el sueldo esté por el suelo.

Que sin vacación nos queda
Tenedlo muy bien presente
Que jodiéndose el que pueda,
Nos jodemos toa la gente.

Goyo
04-ago-2012

Hacia el Estado del Malestar

 

A mí siempre me gustó definir al Estado del Bienestar como aquel que provoca malestar en los poderosos. Hasta el día de hoy, no he encontrado mejor definición y, dadas las reiteradas muestras de desprecio y desprestigio que los poderosos deciden y ejecutan contra los desfavorecido y débiles que, hasta hace bien poco, formaban parte de una sociedad que les repletaba de atenciones y cuidados.

Este humanismo, como muchos otros humanismos, lleva consigo un incontrolable nivel de abusos de la gente cuca que se oculta tras la maraña de generosidad social; y eso cabrea a los pudientes, que se sienten injustamente protagonistas porque las riquezas que ellos generan se dispensan entre los mediocres. Tal es su modo de entender.

Con aderezar convenientemente este truco trilero, es bien creíble por parte de algún sector social que, por ejemplo, una sociedad puede mantener sus acostumbrados servicios básicos con menos impuestos, lo que favorecerá más empleos. Así los cucos no dudan en atender a las invitaciones pues si desean trabajar, tendrán ofertas; como si desean evadir a la Hacienda de Todos, podrá ser contemplado como viable, soportable, incluso justificable. A la moderna expresión: sostenible.

Implantados los calzos, las hormas y los achiques, al mundo mediocre nos salen ampollas diversas: quien no tiene un pariente mayor desatendido, tiene otro menor sufriendo impensables restricciones escolares, otro mediano que no sabe ya para qué sirve estudiar y otro grupo compacto de coetáneos entre los que difícilmente se identifican de forma voluntaria a los subieron al poder de un cambio verdaderamente radical: se hace con fruición y ansias lo que se anatematizaba hace menos de un año.

Ahora los poderosos tienen todo su bienestar, sumado al que teníamos nosotros antes. Quizá el slogan «súmate al cambio» significaba ya eso. No es otra cosa la Sociedad del Malestar que tan brillantemente les hemos puesto en bandeja.

De cómo se quiebra esta falaz delegación no es tarea de gentes mediocres.

Goyo

01-ago-2010

 

 

 

 

 

Historia de la calle para salir a la calle.

 

En un principio solo habría una casa, que como no existía entonces registro de la propiedad intelectual, los inmediatos pudieron imitar su construcción sin necesidad de estudio arquitectónico o urbanístico. Allí fue donde pudo nacer el primer urbanismo y la primera agresión medioambiental; pues la construcción de una casa es artificio que desequilibra profundamente la naturaleza del lugar que ocupa.

 

Arar los campos, rotar los cultivos, ejercer el pastoreo, recoger leña,… son actividades humanas que facilitan la persistencia y prevalencia de los humanos con respecto al resto de la fauna y a toda la flora. Incluso fijándose en lo inerte, el hombre asignó valor supremo al metal amarillo y despreció al humilde abundante polvo, al empachoso barro o a las duras piedras. Como comprobarán, estas reflexiones son tan tontas que no hay banco que se esmere en concederle valor de cambio ni parentesco de riesgo.

 

Luego la calle no es solamente el lugar donde no puede haber casas –así al menos sigue siendo hasta ahora- sino el lugar donde las casas y sus habitantes adquieren ejercicio y cordura social. Sobre la calle hay muchos acuerdos sociales: hábito en el sentido de la marcha, libertad de tránsito y regulación de preferencias, limitación de ruidos en fijadas horas, oportunidad o limitación de uso privado del espacio público,… La calle es ya el refugio de las casas, el espejo de los vecinos y el complejo altavoz de las complejas vivencias.

 

Como somos los humanos tan enmarañados, grupos diversos de sabios generosos defendieron y dispusieron el uso dela Democraciafrente a las tendencias declaradas de otros sabios más preocupados por el absolutismo de sus intereses, porque éstos fueran abonados a su dictado. Así que existió el tiempo donde las mujeres y los hombres entendieron que lo menos malo nunca estaría en casa de los prepotentes y dictadores y que, posiblemente, se erradicarían muchos egoísmos aplicando recortes y ajustes a las voluntades exclusivas de los poderosos y dirigentes.

 

La simpleza de alinear dos hileras de casas dio como resultado la calle, que para que quedara tranquila de mercaderes, voceros y gobernantes, se inventaron los mercados, los periódicos y los congresos. Ahora mismo no me entran ganas de explicar cómo funcionan los mercados, cómo utilizan la información los periódicos y cómo gobiernan los congresistas.

 

Lo que me apetece explicar es cómo yo percibo el uso intranquilo que la calle recibe de sus propietarios: no la están usando para mero trasiego, sino para sustituir a personas y colectivos que hasta hace bien poco elevaban el sentimiento popular a las esferas de los gobiernos; la están utilizando para resumir en voz alta y aguda el asqueroso manejo de lo que se conoce y se calla; la están utilizando para vomitar sobre la moral bancaria y su imposición de la usura bendecida, la utilizan para abonar la desconfianza hacia muchos de nuestros representantes políticos.

 

Por eso hay que salir a pisar la calle, para que la casa del banquero tiemble de dudas, los mass-media ejerciten el rigor molesto que da lo verdadero y la casa del gobernante sepa resistir el seísmo; porque en ésta última se encuentra el epicentro del terremoto. Si los que quieren gobernar bien salen a la calle, es posible que la calle ayude a gobernarse mejor.

 

Al fin debe ser una alegría constatar que la calle vocinglera mueve a los anodinos parlamentos, corrige a los potentados y anima a las verdades plenas.

 

Al final, sólo nos queda la calle, almacén de sueños aún no robados por los banqueros, no traicionados por los gobernantes y no callados por el periodismo de falsas lentejas.

 

¡Viva la calle! Porque sólo siente pena por sus indigentes.

Verdad y dignidad

 

Cuando yo a mis alumnos les invitaba a pensar, para que entre el grupo-social-clase compusiésemos conocimiento compartido, les invitaba a pensar sobre si pudiera ser cierto que no existiera la sinonimia perfecta; llegábamos a la conclusión no sólo de que la propuesta era verdadera y cierta, sino que nos reconocíamos en la satisfacción de haber alcanzado lo perseguido.

 

Una asentada mocita era incapaz de contener su propia emoción cuando descubrió la tremenda distancia que existe entre las palabras “cansada” y “fatigada”. Era la época de los Pokemon, y supo bien claro ejemplificar cómo el reiterado ejercicio limita la ejecución del trabajo, y aparece el cansancio, y de cómo, sin necesidad de ejercicio, la maquinaria disponible puede mostrarse incapaz de iniciar los trabajos por que ya está definida la fatiga: Cansancio puede evolucionar a fatiga; pero no al revés. Si ustedes no logran percibir la diferencia, seguro que la causa está en que ya dejaron atrás la época del cerebro abierto; que no pasa nada, que en cerebro cerrado no entra basura.

 

Mis alumnos solían tener la edad que media entre los once y los catorce años, que decimos algunos que tal segmento de edad ocupa el imperio de los aprendizajes lógicos más objetivos y significativos y que fijan las raíces más profundas para posteriores ejercicios de captación y reserva de verdades. Quizá por el uso continuado del embrujo afectivo e intelectual de la preadolescencia, yo me haya contaminado y corra el riesgo de presentar ñoñerías de niñato con la misma evidencia a como se presenta la silicosis en algunos gobernantes.

 

Bien.

 

O mal,… el caso es que ayer presencié batalla dialéctica entre defensores de la limpia de trabajadores de diversos medios de comunicación pública de radio y televisión, y defensores de la renovación de trabajadores al modo y ajuste de lo que habían recibido las urnas; estos segundos, aireaban que no eran periodistas los cesados, sino que como habían entrado como políticos, no podrían exigir seguir como periodistas. Ustedes sabrán que en la boca de los profesionales de los mensajes públicos suele encontrarse un ejército oculto de medias verdades, entre las que convendría explicar ahora mismo el porqué el resultado parcial y político de las urnas convierte a los nuevos contratados en profesionales imparciales periodistas no políticos.

 

La dignidad, que no es sinónimo de nobleza, es la condición autónoma de valor social construido sobre la persona que se ha comportado como los reyes absolutos decían que debían comportarse los nobles obedientes. La dignidad no se deposita en la persona digna, sino que está y permanece tan sólo en el reservorio afectivo de los que pueden aplicarla; por eso, con tan sólo que nuestro ambiente próximo retire su consideración positiva hacia nosotros, nuestra dignidad se diluye y es sustituida por un espectro de banda ancha que media entre el desprecio y la pena. Pero otra de las características de la dignidad es que se puede alcanzar en el ejercicio puro de la contradicción: el noble obediente, a su vez podría comportarse como autoridad absoluta y alumbrar su imperio con pernadas un tanto bendecidas y consentidas.

 

Hoy he escrito un twit –un gorjeo de ave cantora-:“Ya el problema no es la verdad ni dónde debe refugiarse; el problema será cómo soportar la duda y la ausencia.” Me parece una verdad digna porque me ha predispuesto a creer que los nuevos profesionales de la voz, los nuevos transportistas del mensaje, van ejercitarlo sin matiz político y tan solo con nervio periodístico. Esta incómoda verdad, es tan indescifrable, que bien puede manejarse como mentira descifrada.

 

Sobre qué se debe hacer para evitar la verdad redonda y monolítica que viene rodando, es tarea diversa y combativa. A mí lo primero que me apetece es pedir perdón por las obras y pensamientos que han molestado a mi gente prójima, a los que yo creía que el inalcanzable Estado del Bienestar se convertiría en el estado absoluto que nos facilitaría la nobleza sin necesidad de título, castillos o herencias. Ah! A resultas de las nuevas creencias, el uso de la herencia nos quiere dejar como príncipes desnudos y se relamen los bienes de manera privada sin posibilidad de control público.

 

Así no es posible pacto noble para trabajar contra el ejército de la crisis, que tiene en sus filas a mucha tropa dirigente: han de entregarse todas las armas, unificarse y pedirnos perdón. Yo lo vuelvo a pedir por segunda vez.

 

Quizá así se inicie el despegue ilusionado que rescate ala Políticade los campos del desprecio o de la pena.

Goyo

18-jul-12

 

Ripios pa joderse

 

Que se jodan

 

Levantada la mañana,

Y antes del atardecer ,

todos cantamos a coro:

“que se jodan otra vez”.

(Estribillo ad libitum)

Que se jodan, que se jodan,

Todos cantamos a coro

Que se jodan otra vez

Que esto lo arregla Montoro.

 

Curiosos son los recortes

Más curioso es el rescate

Nos quedan sin los peones

Para darnos jaque mate.

 

En cura de enfermedades

Nos aplican la paciencia

Por estas razones sobran

Muchos servicios de urgencia.

 

Es la vida la que enseña,

Hay que abaratar la escuela;

El dinero, que es de todos,

A la privada se vuela.

 

Me han achicado el salario

Para engordar al banquero,

Rezaremos el rosario

Que eso sí que da dinero.

 

Tuertos, tontos y amputados

Vamos quedando tullidos

Esto de ser populares

No es lo que habían prometido.

 

Me ha quedado una gallina,

Una chota y una cabra

Como se entere Montoro

Nos manda a la dulce Fabra.

 

Contra la tala de ayudas

Y tijeras que nos podan

Cada vez más españoles

Van cantando el que se jodan.

 

Goyo

16-jul-12

 

 

 

 

Bandera Medioambiental. Descripción.

 

Recupero en el día de hoy, la descripción que antes circulaba por la red y que, por motivos ajenos y complejos, desapareció a finales de abril de este año 2012. Tal como sigue, la descripción de la Bandera Medioambiental, vio la luz una vez que el Ministerio de Cultura reconoció y registró legalmente la idea.

El símbolo puede ser compartido, utilizado, copiado,… si no tiene fines comerciales. Cabe incluso su utilización no comercial con diseño modificado una vez acordado con el autor.

Casar de Cáceres, 11 de julio de 2012.

 

 

 

Merecéis -merecemos, porque ya vamos siendo más los adeptos- algunas razones o justificaciones del porqué el diseño de la Bandera Medioambiental.

Ajustándose a la proporción heráldica 2:3, está compuesta por dos bandas horizontales de igual anchura. La inferior de color azul marino simbolizando el mar, origen de todas las formas de vida. La superior de color azul cielo, representa la atmósfera, el aire limpio.

En la unión de ambas bandas azules, que semeja al horizonte, aparece un sol naciente partido a la mitad, con cinco rayos. El sol y sus rayos son amarillos y se encuentran a la derecha, en la posición 5/7 de la dimensión horizontal. Su diámetro es de 1/28 y sus rayos tienen la misma longitud que su diámetro.

Sobre la banda del mar azul, se implanta un triángulo de color marrón que nace a la altura izquierda 5/7 de la banda inferior y muere en el ángulo inferior derecho. Este triángulo representa la tierra firme emergente.

Sobre el triángulo que representa la tierra firme, a la izquierda, a la distancia 1,5/7 surge vertical un rectángulo de color rojo oscuro, de altura igual a la altura del triángulo, que es el tronco de un árbol, representa la firmeza, y que tiene la misma anchura que el diámetro del sol. La parte alta del trapezoide se inserta en un elipse de color verde que se encuentra a 1/28 de los tres lados izquierdos de la banda azul cielo, que es la copa del árbol y que representa la asociación del color verde con los valores conservacionistas.

Se ha pretendido recargar la simpleza del diseño en respeto a la facilidad de representación por la infancia. No se añade ningún animal para evitar preponderancia de alguna especie sobre otra.

Además del uso ordinario que como bandera puede ostentarse, se puede utilizar en las formas circulares o elipsoides; en ambos casos respetando obligadamente la igualdad de la anchura de las bandas azules y, en lo posible respetar proporciones de los elementos sol, tierra y árbol.

Otro día os contaré cómo pasé la semana cuando descubrí que no existía ninguna propuesta conocida a este tenor.

Goyo

20-mar-07

Último día del invierno

Salud y Constitución

Con toda la funda que los protege y con toda la seriedad que venden sus señorías, no encuentro forma de entender a los otros hombres de negro; tal vez necesite mezclar sucesos y sentencias firmadas por mujeres juezas, pero bien me temo que no serán capaces del revolotear de palomas blancas. La complicación de una persona que juzga debe ser amaestrada tanto con técnicas jurídicas como con barnices antropológicos. Por ejemplo, hay una tendencia de obrar –educable- dispuesta para ejercitar el socorro ajeno; de tal forma, que si las autoridades saben de nuestra evasiva ante una situación de accidente o emergencia, podemos ser acusados, juzgados y castigados por omisión de ayuda o socorro al prójimo.

 

Este principio de acción/reacción altruista se quiebra con reconocida frecuencia porque en algunas ocasiones, una ayuda desinteresada se haya convertido en un cúmulo injusto de problemas y molestias. Así, deberán pensar nuestros gobernantes populares que, al mismo tiempo que en público abogan por una sanidad universal y gratuita, la rebajan torcidamente con la condición de que también sea “sostenible”, como si éste último adjetivo sirviese por igual para tirios y troyanos. Claro está, si ajustamos la gratuidad y la universalidad a los dineros, los términos de la definición primigenia quedan ya falseados y es entonces el mismo estado quien se evade, con razones de falsa justicia, del deber de socorro al débil, al enfermo o al incapaz. Socorrer, siempre conllevará problemas económicos solamente salvables por el Estado.

 

Estas simples ideas, en verdad alcanzan la complejidad suprema cuando caen en manos del colectivo de expertos; o eso es al menos lo que me incita la reflexión con la que uno se tropieza cuando, -tan sólo leyendo el titular- aprende que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos  ha emitido una sentencia favorable para que el servicio médico nacional pueda distribuirse gratuitamente para toda la población.

 

Atendiendo a estos casos, cada vez da más miedo leer esa carta tan magna porque, a la vez, nos permite contrastar que existe un poder que -con frecuencia incomprendida- convierte su espíritu en letras enanas.

 

¿No hay por ahí algún personaje suelto que sepa traducir las decisiones de los recortes sanitarios en pruebas evidentes de omisión de socorro?

 

Lo mismo nos encontramos con sorpresa similar a la que ha dado el conservador Tribunal Supremo de los EEUU a sus pobres conciudadanos. Porque aquí, también el Tribunal Supremo es conservador, ¿no?.

 

Goyo

29-jun-12

 

 

 

Tribunal Supremo de los Estados Unidos

 

Una posible conjunción entre lo público y lo privado

Es muy abundante la opinión expresada acerca de la bondad de las iniciativas públicas para hacer marchar -o recomponer- el estado actual de la cosa social; quizá sean igualmente abundantes las propuestas que apuntan y defienden que este estado de cosas sólo se remedia con una tendencia firme y sostenida de procesos de privatización.

La creencia en la eficiencia y predominancia de los procesos públicos para arreglar los desvaríos sociales tiene su cuna y almacén en las diferentes ideologías denominadas socialistas o socialdemócratas; mientras que la defensa y marketing de las iniciativas privadas se depositan y alimentan en casas de ideología conservadora o neocon.

Podríamos acudir a la imagen de que las dos interpretaciones se mueven a lo ancho de una banda espectral cuyos extremos serían, por una parte la postura intransigente y contraria y, por la otra, la posición cercana o dialogante con la opuesta concepción. Por tanto, la ideología global interpretativa es en realidad un espectro de opinión que alberga cualquiera de nuestras variadas opiniones y cabe pensar que debe haber una zona de posible encuentro, quizá cercana a la zona central.

Miles de nuestras empresas que florecían hace cuatro o cinco años, han ido desapareciendo empujadas por la ruina diseñada desde el imperio financiero; otros muchos cientos de empresas e iniciativas públicas conocen la demolición controlada desde hace, injustamente, un año. El resultado es que las poquitas iniciativas empresariales que subsisten lamentan que no se aprecien ánimos financieros desde los redimidos bancos, ni ánimos de ofertas procedentes de los “ajustes” de las administraciones públicas de nuevo cuño.

Al desencanto privado se le ha sumado el cáncer de la molicie pública que contamina en extremo a eso que se pretende tanto airear como enterrar: “los emprendedores”. Un colapso de aventuras empresariales se ha decidido por quienes tienen capacidad de decidir estos colapsos.

Quizá un territorio poco explorado sea el de provocar una conjunción entre iniciativas empresariales honestas y administraciones públicas deseosas de servir; conjunción que debería nacer sin prejuicios previos ni desconfianzas mutuas; y, animadas por un diseño, una dirección y una financiación compartida, donde lo público pierda su marca pura y lo privado su condición de “sociedad anónima”, donde se conozcan a las personas que deciden, sus salarios, sus competencias y sus compromisos de transparencia social,… y más cosas que ustedes mejor saben y peormente callan.

Quizá sea este uno de los pasos que necesitamos, pasos que tanto lo pueden dar los pequeños ayuntamientos, como las medianas empresas, como los bancos y sindicatos, como los grandes gobiernos. Sin olvidar que los peores enemigos de esta conjunción se colocarán en los extremos de la izquierda y de la derecha… del espectro.

Goyo
25-jun-2012
Día con más luz gratis.