De nuevo, la falacia.

Hoy no necesito imagen que ayude a estas siguientes palabras, porque estoy cansado de oir la expresión «desarrollo sostenible» sin la aportación de nuevos avances. Yo nunca me sentí prendado por tal idea y expongo de nuevo mi parecer ante esta viciada idea.

Para los adentros del esquilmado terreno de la Lógica, una falacia es una falsedad disfrazada a veces de estructura argumental correcta pero edificada sobre cimientos movedizos, construida sobre presupuestos lingüísticos equivocados o, simplemente, un embuste elegante. Una falacia, en fin y en principio, es un desafío inteligente destinado al buen uso de los torpes.

En lo que me preocupa, la expresión internacionalmente conocida como “desarrollo sostenible”, sustentable o perdurable, aparece por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983.

En este último cuarto de siglo hemos edificado a su abrigo, lo que pudiera denominarse “generación adepta al principio del desarrollo sostenible”, como gente creyente en que el desarrollo puede llevar consigo la sostenibilidad, la no agresión a los ritmos que consideramos naturales para el mantenimiento de la biodiversidad que conocemos.

Desarrollo” implica no solo crecimiento simple y cuantitativo, sino crecimiento enriquecido, aumento de dimensiones con aumento de grado madurativo, con progresión de funciones derivadas de las nuevas dimensiones, incluso con aparición de “marches” nuevas, de nuevas aplicaciones, … incluso de dotación “ad hoc” para nuevas necesidades (asimilación, acomodación, adaptación)…

Desarrollo” en la concepción de nuestra cultura implica “sinfín”: altavoces con más watios, coches con más caballos, bombillas con más candelas, carretera con más anchura, edificios con mayor altura, puentes con más vado, metralletas con mayor cadencia, personas con más millones,… (¿poblaciones con más hambre?).

Sostenibilidad” parece que debe entenderse como la capacidad o propiedad que debe tener una acción para asegurarse la autonomía, que no deba depender de otra circunstancia, que se soporte a sí misma, que su condición de sostén no erosione o exija otro sostén.

Los indicios pasados, presentes y futuros parecen indicar que el binomio “desarrollo sostenible” ya no se sostiene. O se sostiene de forma tan calamitosa que provoca respuestas organizadas por la generación que ha de sustituir a la del “desarrollo sostenible” y que no he ser yo quien la bautice; pero que indudablemente va a plantearse el límite ético del desarrollo.

Y hablando de límites, el de los recursos naturales sugería tres reglas básicas en relación con los ritmos de uso de una actividad de progreso para que no deteriore el almacén natural de fuentes de desarrollos sostenibles:

1. Ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación.
2. Ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible.
3. Ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente.En el último caso, por ejemplo, no existe a nivel global un control riguroso de la producción de la industria química; y si pensamos en su faceta de la industria armamentística, el escándalo obtiene cotas realmente insostenibles.

La burla, o la desobediencia del segundo caso, que afecta más a la industria energética, parece que es el más conocido: la energética de los fósiles se sigue utilizando a mucha mayor velocidad que las nuevas formas de producción de energía. Ni siquiera existe la definición de la sostenibilidad promulgada.

En el primer caso, su aceptación primigenia hubiese supuesto desde el mismo principio la radical negación a utilizar energía o productos derivados del petróleo; o al menos el planteamiento de una reducción procesada.

Estamos, por triplicado, ante un intento de verdad que habiendo sido dicha más de mil veces se ha convertido en mentira.

 

Goyo

27-03-19

No hace falta que hoy sea el día de la Tierra, el Árbol, del Agua,…

El doctorado

 

Adquirir la condición de doctor, hablando de los estudios académicos más elevados, requiere superar escenarios y condiciones que suelen ser desconocidas por el mundanal ruido. En el caso de la Medicina se adquiere la condición de doctor con la cierta superación de asignaturas y prácticas; pero a la persona que alcanza tal condición no se le exige una aportación explícita y ex-novo a la ciencia de la Fisiología.

En la mayoría de los ámbitos académicos, para la adquisición del grado de doctor, el tribunal que examina y discute la tesis, debe asegurarse que el doctorando haya descubierto, trabajado y demostrado una nueva página científica, un añadido severo a tal rama del conocimiento, un avance cimentado en otras tesis, una perfección contrastada, una nueva vía de indagación,… (Eso del máster, lo dejo para otro día.)

El Ayuntamiento de Navalmoral de la Mata, que está en Extremadura, tras un acto tan singular como institucional, reconoció la valía del Premio Extraordinario de Doctorado a su paisano geógrafo que se llama Víctor Jiménez Barrado. La tesis que ha defendido frente al tribunal se titula «Urbanizaciones ilegales en Extremadura». A lo gordo -que en fino se dice «grosso modo»- las viviendas han crecido como setas en otoño lluvioso en los campos que antes se tenían y mantenían con labranza y ganados.

Iniciar una urbanización ilegal es muy sencillo; primero diseño y publicito trozos indivisos que vendo a los amantes de los animales y las plantas, que hacen un huertecito, un gallinero y una caseta para el perro. Con las necesidades del desarrollo rústico, se requiere la construcción de una caseta de aperos. Después, desalojo los aperos, las gallinas y el perro y a cambio hago un pozo de sondeo para la piscina, que así puedo pedir al Ayuntamiento -en Justicia- que ponga nombre a las calles porque el servicio de correos no llega. Luego, alumbrado público. Más tarde, vigilancia policial.

La valía del doctor Jiménez es que aporta una serie de soluciones a este tipo de poblamiento del nuevo campesinado para paliar la extensa y rica problemática: inseguridad constructiva, descontrol de aguas residuales, evasión de cargas fiscales,… en fin: acumulación de ilegalidades.

Mi pesada y seria duda crece si pienso que la investigación científica servirá de algo,… a los agentes.

 

Goyo

23-feb-19

El tonel

 

 

La duda alimenta a la Filosofía con el mismo afán que la falsedad engorda a la ultraderecha. Siempre ha sido fácil burlar la verdad, no hace falta esperar a estos tiempos para confirmar que la mentira sigue ganando partidos y adeptos, ni tampoco hay que esperar a que en tiempos futuros el ambiente de sinceridad se derrame urbi et orbe. Claro que para no presentar el asunto de forma pesimista, nos hemos inventado para la ocasión el concepto de “postverdad”.

Dicen los libros, que en aquellos tiempos antiguos un grupo de pensadores griegos bautizado como “los cínicos”, nadaban en la corriente de pensamiento fundada por Antístenes, reinterpretando la doctrina socrática y afirmando que el desarrollo y la civilización no deben ser consideradas necesariamente como un bien que asegure la felicidad; y muchos menos que asegure la virtud. Así fue que surgió el líder radical, Diógenes de Sínope, que cogió un farol y encendiéndolo a plena luz del día, comenzó a buscar al hombre justo que también debiera seguir los principios de vivir en sencillez y acorde con la naturaleza. Diógenes vivía en plena calle, dentro de un viejo tonel. Ya ven que eso del desarrollo sostenible no es tan moderno. Por la sabiduría al uso, hoy no conocemos por cínico al seguidor de aquella doctrina filosófica, sino a quien es mentiroso y reviste la bondad con la hipocresía.

La prensa de nuestros días nos informa que el Congreso de los Diputados ha aprobado por unanimidad que, de nuevo, la Filosofía sea asignatura obligatoria de estudio para los alumnos de cuarto de la ESO y para los dos cursos del actual Bachillerato. Dado el clima escabroso de acusaciones y opiniones de algunos actores políticos, no acierto a entender tanta amplitud de miras para el futuro de nuestras juventudes tratando de facilitarles las esencias para el pensamiento crítico; quizá esté próximo el tiempo en el que nuestros políticos pugnen por apuntarse, asistir y rematar un máster en Filosofía Cínica.

Si tan interesante y necesario ven nuestros dirigentes los estudios básicos de Filosofía para la formación intelectual de la juventud, ¿por qué no se promueven con más alegría programas divulgativos de las diversas corrientes de pensamiento en los medios de comunicación? Quizá duden de que también sea necesario y beneficioso para nosotros, los mayores.

Goyo

07-nov-18

Otra semana, otra jornada.

 

De nuevo surgen opiniones tendentes a certificar el cambio de la tradicional semana de siete días por otra menos cansina. Cuando hace más de un siglo, Paraguay irrumpió en la historia decretando por primera vez la jornada de ocho horas, hubo sustos; lo que no impidió que nuestra ibérica España figure como primer país europeo en instaurar tal jornada. Que no se olvide.

En nuestros días, lo de trabajar menos de ocho horas diarias puede ser apetecible; pero estamos habituados a que los servicios de lo que denominamos “Estado del Bienestar” permanezcan en funcionamiento las veinticuatro horas. No queda entonces otra salida que repartirnos entre servicios y días. Si se quiere trabajar menos, habrá que dedicar más gente al trabajo.

Lo teocrático impuso que la medida del tiempo debía ordenarse en periodos del incómodo número siete; que aunque siga siendo mágico, ocasiona tendencias egoístas: todo el mundo se apunta a descansar sábado y domingo; incluso ya hay quien defiende que también el viernes, incluso en ambientes universitarios se festeja el jueves. Y resulta que los niños, las atletas y las neurólogas también se pueden poner malitos el sábado, tener un accidente deportivo el domingo o requerir los servicios de la policía el viernes. Conclusión: estamos acostumbrados a no dejar descanso a los servicios públicos durante el triduo de cada fin de semana, así como somos incapaces de asegurar ausencia de averías domésticas en cualquiera de sus días. Lo democrático será ahora discutir el salario.

Dudo si podríamos acordar trabajar y alternar periodos de descanso de tal forma que quien decida -o se le imponga- trabajar ocho horas diarias durante el periodo lunesmartesmiércolejueves, descansará todas las horas del periodo viernessábadodomingo. Y viceversa. Con posibilidad de intercambio, alternancia y demás ajustes. O indagar en la jornada de seis horas, que también es múltiplo de veinticuatro para cumplir con turnos.

Pero lo más afortunado serían las condiciones de intercambio comercial y social entre pueblos, con la consiguiente duda de no saber qué fin de semana es el más apetecible; si el que comienza en lunes o el que acaba en domingo. Puede que incluso así la gente deje las bajas por enfermedad para los días de descanso y los servicios públicos mejoren en salud.

Goyo

10-oct-18

 

 

Arroyos y tormentas

Una riada histórica sufrió la ciudad de Badajoz en 1997, más de veinte personas murieron o desaparecieron con las aguas locas de los arroyos Rivilla y Calamón. El violento fenómeno inundó casas y arrastró seres y enseres con violencia jamás conocida. Era de noche y jugaba el Real Madrid lo que supuso que aquella ciclogénesis atlántica no cumpliese con toda su maldad. La zona más afectada fue la barriada de Cerro de Reyes, y no es que la riada escalase contra gravedad y ascendiese a los cerros, es que toma la barriada su nombre del cerro que separa ambos arroyos. No existen datos más trágicos, ocasionados por anomalías naturales, para nuestra región. Lo que dudo es si habremos aprendido.

Recientemente, el pueblo toledano de Cebolla ha conocido los efectos de una lluvia torrencial que arrastró coches y llenó de lodos muchas de las casas que se han construido a lo largo del arroyo Sangüesa. Afortunadamente no hubo víctimas, que llamamos víctimas a los que fallecen. Como sucede en muchas partes del mundo, los arroyos siempre llevan la escritura bajo el brazo

Las ordenanzas urbanísticas debieran contemplar los riesgos que la estudiada experiencia nos recuerda incesantemente: se inundan las partes más bajas, las que están en la influencia del cauce de policía según nuestra Ley de Aguas, que seguramente es la ley mejor incumplida de todas. No existe Ayuntamiento en este país que no contenga nítidos ejemplos urbanísticos de desprecio a la seguridad contra las riadas e inundaciones; todo se explica por la potente falacia de la mala libertad de construir allí donde pueden nuestros santos poderes.

Dado un arroyo, está prohibido construir perreras, gallineros, casetas de aperos,… a menos de cinco metros del nivel máximo conocido de su avenida, de la mayor crecida de su historia; pero en nuestras arrogancias y debilidades en la vigilancia, somos hasta capaces de construir casas, habitarlas y creer que nunca el arroyo nos va a recordar su propiedad y uso.

La nueva Ley del Suelo para Extremadura, según declaraciones de gente conocedora, parece rebajar limitaciones constructivas para facilitar asentamientos industriales en suelo rústico, incluso para abrir la puerta a nuevas construcciones destinadas a segundas residencias. Mientras llegue, mi duda es si se van a dejar tal cual los abusos constructivos de los cauces.

 

Goyo, lo escribí el 24 de septiembre.

10-oct-18

El principio de concomitancia.

 

En mi curriculum figura que soy Licenciado en Filosofía y Letras, lo que entiendo que me da licencia para pensar y escribir lo que pienso. Esta concesión que me otorga el título no la tiene cualquier persona; no obstante, no soy partidario de restringir el pensar libre para los no licenciados ni acortar libertades para quien desee expresarse por escrito,… aunque sea con faltas de Ortografía,…incluso con otras faltas. Pero los tiempos siguen incómodos para la Filosofía como lo prueban los horarios y el prestigio de estas enseñanzas en los estudios de nuestra juventud.

 

Como una especie de mal remedio, los periodistas adultos recogen valoraciones excelsas de los viejos filósofos, sobre todo si estos acaban de fallecer, que es cuando adquieren nombradía y relevancia.

 

Pues una de las cosas que intenta controlar el pensamiento lógico -la Lógica es una parte de la Filosofía- es el cuidado que debemos observar al concluir cuestiones de raciocinio. La Teoría de la Demostración en el razonamiento estoico, trata de establecer las relaciones de concomitancia o de sucesión de acontecimientos. Por ejemplo, se produce un suceso el jueves, tal como la sentencia del conocido Caso Gürtel y salen entonces periodistas que detectan que la caída del Ibex 35 se debe a la sentencia. Al día siguiente, aparece la noticia de la Moción de Censura y otros periodistas afirman que la caída de la bolsa de debe a que Pedro Sánchez quiere tumbar al gobierno. Como ven, la búsqueda de la certeza más bien parece al vulgar episodio de arrimar el ascua a su sardina.

 

Es indiscutible que el segundo acontecimiento -la Moción de Censura- se produce como consecuencia del primero -la sentencia Gürtel- pues son sucesos concomitantes. Ahora bien, la ocurrencia de un tercer suceso -la caída del Ibex- que se produce en la inmediatez de uno o de ambos sucesos, no tiene por qué ser también concomitante. Tanto la sentencia adversa a un partido como la moción de censura a un gobierno son elementos propios de una crisis; pero desconocemos si, de forma separada o conjunta, son mecanismos explicativos de cómo funciona la esencia de la Economía, que nadie la entiende.

 

Comprenderán ahora mi duda permanente por la concesión del Premio Nobel de Economía, que ni lo instituyó Alfred Nobel, ni sirve para paliar los niveles de pobreza.

Goyo

12-jun-18

Pensiones

 

La conciencia social se destruye con mucha más facilidad que se edifica. Aquello que los partidos de la izquierda europea fabricaron a lo largo de la última mitad del pasado siglo, se ha demolido en apenas dos lustros del presente. En sustitución, sobre el solar abandonado, sobre cimientos bien armados, se levantan los nuevos edificios de la ignorancia y del engaño que son los puntales necesarios para asegurar el egoísmo.

Parece que aún preservamos el indudable valor de la educación como elemento autoliberador, como instrumento que abre puertas al mundo del trabajo y como avío culto que nos traslada a otros espacios y a otros tiempos. Durante el periodo de la infancia toda educación es poca, en el de la adolescencia nacen las dudas y puede escaparse como agua entre los dedos, en el de la juventud se desmorona por la clarividencia de este futuro tan nítido donde a pesar de los esfuerzos de ampliación y perfeccionamiento, se resquebrajan las aspiraciones; pues no por mucho master se accede a la tierra prometida de prestigio y salubridad económica.

Para la superación de esta ruda travesía, y en vistas claras de las penurias personales y sociales de nuestros paisanos, de esas trabajadoras y de esos trabajadores que se encuentran en la edad más acertada para el mejor rendimiento, se ha diseñado por los pensadores de la CEOE un nuevo contrato social; eso sí bastante alejado de aquel revolucionario propuesto por Jean Jacobo Rousseau.

Se trata de un contrato de formación para las personas mayores de 45 años que se encuentran en paro. Es mejor que no aclare qué cantidad engordará la nómina de aquella gente que acceda por no sé qué tiempo en averigüe usted qué escenario laboral. Haga un esfuerzo y conozca las condiciones que podrá encontrar en cuento les llegue la noticia del júbilo.

Mi gran duda de hoy es si puede denunciar ante la alejada Justicia esta ofensa y desprecio; pero en estos días, y más habiéndose marchado Forges, hay que andar muy taimado en lo que piensas, dices o escribes; pues lo sutil puede ser interpretado como pérfido y hasta una falta provocada por el asco, puede ser elevada al cajón de los delitos de odio.

Ya ven, yo quería aportar mis dudas sobre las futuras y presentes pensiones; pero se me cuelan otras certezas sin pedir permiso.

Goyo

02-mar-18

Aire de Casar de Cáceres

 

 

 

 

Sancho IV (el bravo)

 

Aire de Casar

Hace más de 500 años en Europa Occidental se inició un gran cambio de mentalidad que afectó a las personas y las instituciones. A pesar de las reticencias de la Iglesia y de la Nobleza, los pensadores y los científicos impusieron pacíficamente sus planteamientos pese a las persecuciones que sufrieron. El pueblo llano aceptó los nuevos planteamientos porque ello suponía otra forma de vivir, de ser libre y de ser considerado.

En aquellos tiempos, nuestro pueblo vivía al entero capricho de los nobles cacereños; de tal forma, que a los paisanos no se les permitía poseer tierras para atender a sus cultivos y ganados, se les prohibía vender vino en la ciudad, incluso se les amenazó con impedirles salir de sus casas porque ello significaba pisar la tierra propiedad del noble. Tras una petición razonada al rey de la época, Sancho IV, el soberano concedió una dehesa alrededor de la aquella primitiva ciudadela que dio origen a nuestro primer término municipal: un monte comunal que se extendía media legua alrededor de la Charca Vieja, de las antiguas tenerías.

Hemos de suponer que aquellos paisanos celebraron con fiestas la Carta de Privilegio y la nueva situación. La música, en aquellos tiempos, era actividad casi exclusiva de la Iglesia, y las expresiones del pueblo sencillo no siempre eran bien vistas. Así nació en Francia, en España, en Portugal,… la tendencia a componer pequeños poemas para ser cantados en las fiestas. Esa composición era un “aire”.

Nos hemos atrevido a imaginar, acudiendo a las formas y ritmo musicales del Medievo, que algo parecido a esta cancioncilla cantaron y bailaron nuestros antepasados.

 

Sale el sol que nos alumbra tras de Las Nateras

y se esconde en Los Vicarios buscando otras tierras

Rey Don Sancho qué maldad imponen los nobles

no nos dejan pisar suelo porque somos pobres.

Estribillo

A su digna majestad pedimos un sitio

que tengamos nuestras tierras con un municipio.

Media legua alrededor tiene nuestra hacienda

Sancho Cuarto nos la dio con la independencia.

Estribillo

Con el Aire de Casar se quitan las penas

con la flauta y el tambor bailan en la fiesta.

Entre los mozos y mozas nacen los amores

con el vino y con el queso salen los colores.

Estribillo

Rojo y plata en la bandera son nuestros colores

casa limpia y calle larga los nuestros blasones.

Gustamos de festejar con nuestros paisanos

y los que vienen de fuera son nuestros hermanos.

Estribillo

 

Semos de pueblo, ya se nos nota por este cantar;

tenemos queso, tencas y vino, rosquillas y pan.

 

Goyo, feb-2015, copyright music&lirics

Mi familia vive en Valdeflores

 

 

 

La sociedad volátil en noticias, aún permite que escribamos los jueves para ser leídos los lunes; ello no implica que las dudas se difuminen, pues todos los días tenemos muestras fieles de cómo trata la minería o el asentamiento humano al paraje natural. Basta con ver cualquier programa de La Fiebre del oro o de Mi familia vive en Alaska.

 

Nos reímos -se ríen- de muchos de los principios y planteamientos de la ciencia ecológica; incluso de aquellos que ya son constitutivos de leyes de obligado cumplimiento, como son las normas que regulan el uso del suelo de los términos municipales. Si somos aún cojitrancos en la obediencia, cuánto más al contumaz anhelo ecologista.

 

Afectados por un sentimiento noble, muchos cacereños instan a que se declare la solana de la Sierra de la Mosca como parque de conservación y ocio; ignoro si existe tal figura y en tal caso, nos podemos encontrar con el derecho indiscutible de los promotores de la mina que se mantengan los tipos de suelos que les conviene. También me entero que la empresa minera pide formalmente al ayuntamiento que modifique el Plan General Municipal para permitir la actividad extractiva en el paraje natural. El conflicto está entonces definido. Ah!, en mi saco de dudas tengo lo del subsuelo.

 

Son duros y complejos los condicionantes ecourbanísticos tanto a la hora de definir los tipos de suelo como en el acertar en la previsión de futuras alteraciones atendiendo a necesidades que no existían en definición primigenia. Reajustar también es desajustar.

 

Que la mayoría de los representantes municipales se hayan definido tan pronto en contra de la mina, me puede hacer sospechar que más que una pasión les guía una interpretación administrativa; en tal caso, la acusación de oscurantismo me parece inapropiada y ñoña. Así pues, habrá que seguir esperando otros informes, tendremos que entender que los mineros reivindicarán su negocio, no nos debe extrañar que los manifestantes del primer sábado de febrero crezcan en número y que los argumentos de todas las partes se afilen y enriquezcan.

 

Por lo poco que atisbo, todo apunta a que serán los tribunales quienes solventen el apuro y que serán los abogados quienes encuentren otra mina y que yo seguiré con la duda de si los ciudadanos han leído alguna vez el PGM y si el litio suaviza el nivel de desempleo.

Goyo

12-feb-18

La pared

 

 

 

Cualquier caso de lo que ocurre es, con llaneza, una ocurrencia; pero será por querer distinguirse o por no haber estudiado el tema, algunas personas asignan el término “ocurrencia” al suceso desprovisto de enjundia, al que carece de altura o al que se presenta a su entender como pobre de inteligencia. Así hemos podido escuchar opiniones de ciertos personajes, usando la palabra ocurrencia para las ideas o propuestas que no son del agrado de quien quiere criticarla. Para tales casos, yo prefiero la vulgar tontería, la elevada sandez o la explícita bobada.

Pues ocurre que como fruto de lo que se puede considerar un signo de personalidad singular, un muchachino del entorno de mis amistades, como de dos años de edad, presenta un original comportamiento ante situaciones adversas y que no son de su agrado. La conducta normal, a estas edades, frente a los sucesos que no se producen al gusto del sujeto, suelen responderse con un berrinche acompañado de otros comportamientos añadidos para ser oídos o vistos por los adultos que le rodean. Por ejemplo, tirar las cosas al suelo.

Continuamente podemos disfrutar de la interminable variedad de comportamientos con los que nos sorprendemos los humanos. Uno proviene de ese niño pequeño que apenas lleva medio año dominando la marcha y equilibrando la carrera, sus primeras palabras asientan un crecimiento sano y acorde con sus tiempos pero tiene una conducta que se aparta de lo que consideramos norma. Cuando se le corrige una desviación, se le anuncia una prohibición o se le reprime para apartarle de una situación peligrosa, el infante -además del esperado llanto penoso- busca la pared más cercana y emprende contra ella una serie de pataditas hasta que el consuelo o el cansancio aplacan su contrariedad. Se da el caso preciso que cuando la ocurrencia se produce en el patio de la casa, todo rodeado de macetas, busca el hueco necesario entre dos macetas para acceder a la pared y así descargar sus frustraciones.

En la pandilla bien creemos que es una respuesta graciosamente original: todas las culpas se localizan en la pared más cercana, allí encuentra su muro de las lamentaciones.

En lugar de arrojar Cataluña a los suelos, quizá el señor Puigdemont necesite una pared donde descargar la adversidad de sus infantiles pretensiones.

 

Goyo

07-nov-17