Salud y Constitución

Con toda la funda que los protege y con toda la seriedad que venden sus señorías, no encuentro forma de entender a los otros hombres de negro; tal vez necesite mezclar sucesos y sentencias firmadas por mujeres juezas, pero bien me temo que no serán capaces del revolotear de palomas blancas. La complicación de una persona que juzga debe ser amaestrada tanto con técnicas jurídicas como con barnices antropológicos. Por ejemplo, hay una tendencia de obrar –educable- dispuesta para ejercitar el socorro ajeno; de tal forma, que si las autoridades saben de nuestra evasiva ante una situación de accidente o emergencia, podemos ser acusados, juzgados y castigados por omisión de ayuda o socorro al prójimo.

 

Este principio de acción/reacción altruista se quiebra con reconocida frecuencia porque en algunas ocasiones, una ayuda desinteresada se haya convertido en un cúmulo injusto de problemas y molestias. Así, deberán pensar nuestros gobernantes populares que, al mismo tiempo que en público abogan por una sanidad universal y gratuita, la rebajan torcidamente con la condición de que también sea “sostenible”, como si éste último adjetivo sirviese por igual para tirios y troyanos. Claro está, si ajustamos la gratuidad y la universalidad a los dineros, los términos de la definición primigenia quedan ya falseados y es entonces el mismo estado quien se evade, con razones de falsa justicia, del deber de socorro al débil, al enfermo o al incapaz. Socorrer, siempre conllevará problemas económicos solamente salvables por el Estado.

 

Estas simples ideas, en verdad alcanzan la complejidad suprema cuando caen en manos del colectivo de expertos; o eso es al menos lo que me incita la reflexión con la que uno se tropieza cuando, -tan sólo leyendo el titular- aprende que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos  ha emitido una sentencia favorable para que el servicio médico nacional pueda distribuirse gratuitamente para toda la población.

 

Atendiendo a estos casos, cada vez da más miedo leer esa carta tan magna porque, a la vez, nos permite contrastar que existe un poder que -con frecuencia incomprendida- convierte su espíritu en letras enanas.

 

¿No hay por ahí algún personaje suelto que sepa traducir las decisiones de los recortes sanitarios en pruebas evidentes de omisión de socorro?

 

Lo mismo nos encontramos con sorpresa similar a la que ha dado el conservador Tribunal Supremo de los EEUU a sus pobres conciudadanos. Porque aquí, también el Tribunal Supremo es conservador, ¿no?.

 

Goyo

29-jun-12

 

 

 

Tribunal Supremo de los Estados Unidos

 

Ta mu má la cosa

 

Añadida a la merecida fama de mucho personal político, convendría levantar los dedos de la mano por las personalidades que logran supervivir dignamente al huracán de las maldiciones universales sobre el género. A veces te las encuentras graciosamente sin necesidad de elección previa, si no es porque todos y cada uno de los días, de los muchos ratos del día, de los infinitos segundos del día de trabajo, predican su sabiduría y compromiso.

 

Es una sencilla mercader ovetense que tiene asentada su colonia comercial justo en la entrada principal de la playa de Matalascañas, con un negocio ubicado en apenas diecisiete metros cuadrados que da bien para desenvolverse en venta y protección familiar.

 

La mujer, la que se mostró libre, sonriente y dispuesta a apoyar el cartel de su quiosko, me aclara la duda de la prohibición: «Señó, estoy hajta los cojone de que la gente me venga a decí que la cosa stá mu má ! y yo sólo tengo recogía la alegría y el tirá palante venga lo venga.»

 

Alguno de ustedes lo mismo tiene el atrevimiento de verter sobre el asunto la simple condición de «mujer típica andaluza, graciosilla,… y ya está»

 

Siempre se arrima a leerme algún desarticulado social.

 

Goyo

26-jun-12

Una posible conjunción entre lo público y lo privado

Es muy abundante la opinión expresada acerca de la bondad de las iniciativas públicas para hacer marchar -o recomponer- el estado actual de la cosa social; quizá sean igualmente abundantes las propuestas que apuntan y defienden que este estado de cosas sólo se remedia con una tendencia firme y sostenida de procesos de privatización.

La creencia en la eficiencia y predominancia de los procesos públicos para arreglar los desvaríos sociales tiene su cuna y almacén en las diferentes ideologías denominadas socialistas o socialdemócratas; mientras que la defensa y marketing de las iniciativas privadas se depositan y alimentan en casas de ideología conservadora o neocon.

Podríamos acudir a la imagen de que las dos interpretaciones se mueven a lo ancho de una banda espectral cuyos extremos serían, por una parte la postura intransigente y contraria y, por la otra, la posición cercana o dialogante con la opuesta concepción. Por tanto, la ideología global interpretativa es en realidad un espectro de opinión que alberga cualquiera de nuestras variadas opiniones y cabe pensar que debe haber una zona de posible encuentro, quizá cercana a la zona central.

Miles de nuestras empresas que florecían hace cuatro o cinco años, han ido desapareciendo empujadas por la ruina diseñada desde el imperio financiero; otros muchos cientos de empresas e iniciativas públicas conocen la demolición controlada desde hace, injustamente, un año. El resultado es que las poquitas iniciativas empresariales que subsisten lamentan que no se aprecien ánimos financieros desde los redimidos bancos, ni ánimos de ofertas procedentes de los “ajustes” de las administraciones públicas de nuevo cuño.

Al desencanto privado se le ha sumado el cáncer de la molicie pública que contamina en extremo a eso que se pretende tanto airear como enterrar: “los emprendedores”. Un colapso de aventuras empresariales se ha decidido por quienes tienen capacidad de decidir estos colapsos.

Quizá un territorio poco explorado sea el de provocar una conjunción entre iniciativas empresariales honestas y administraciones públicas deseosas de servir; conjunción que debería nacer sin prejuicios previos ni desconfianzas mutuas; y, animadas por un diseño, una dirección y una financiación compartida, donde lo público pierda su marca pura y lo privado su condición de “sociedad anónima”, donde se conozcan a las personas que deciden, sus salarios, sus competencias y sus compromisos de transparencia social,… y más cosas que ustedes mejor saben y peormente callan.

Quizá sea este uno de los pasos que necesitamos, pasos que tanto lo pueden dar los pequeños ayuntamientos, como las medianas empresas, como los bancos y sindicatos, como los grandes gobiernos. Sin olvidar que los peores enemigos de esta conjunción se colocarán en los extremos de la izquierda y de la derecha… del espectro.

Goyo
25-jun-2012
Día con más luz gratis.

Con educación

 

(Alfred Reginald Radcliffe-Brown)

Los brujos de la tribu siguen siendo casi los mismos por mucho Android que llevemos en los bolsillos. Si yo le digo a ustedes que la duda de esta semana la he rescatado de Radcliffe-Brown, A.R. es muy posible no solamente que me crean, sino que además presten consideración a lo que nuestro paisano y antropólogo Julio Caro Baroja decía de las brujas; pero siempre hemos sido así de rotundos ante la ignorancia: dicen que acudir a Radcliffe-Brown no es lo mismo que rebuscar en los papeles de don Julio Caro; figúrense entonces acudir a las fuentes de Goyo Tovar.

Los chamanes de esta moderna tribu que nos acoge, contempla y valora, tienen un sistema que ordena las diferentes tensiones culturales y obtiene un equilibrio social más o menos agradable en sus miembros. Por ejemplo, antes recogía a la población infantil y adolescente en edificios complicados, pero organizados en laboriosas diferencias que atendían a la edad, al número, a la capacidad de asimilación,… para que los pequeñajos adquiriesen el complejo conjunto de normas, lengua, valores y símbolos que les permitían acceder a la clase madura según las expectativas que la clase madura les había marcado. Para este menester -al acuerdo de los sabios progenitores y sus decisiones- no había mejor maquinaria que la institución escolar, que era mejor considerada cuanto más diversa se mostrase y más atención dispersa ofreciese.

Ya descubrieron los antropólogos que esta función también la realizaba con primor toda una galaxia de medios masivos de comunicación, que difundían lo que era bueno, amonestaban a los viciosos y sancionaban las desviaciones. Por regla general, este ejercicio necesitaba de menos brujos, otros trucos y una falta ostensible de control académico, lo que era compensable con un absoluto control mental y emocional de la población afectada. Así, lo mismo gastaban los dineros en comida basura que multaban a los que buscaban comida en la basura; también pregonaban lo zafio y había concursos que premiaban todo lo contrario a la escolástica.

Vosotras, vosotros,… tiernos padres de la generación que conoció una universidad casi universal, conoceréis -al peor quizá- la duda que, como chip, se incrusta hábilmente: ¿será posible educarse sin maestras diversas o sin profesores especializados?

Publicado en el semanario Avuelapluma )

Goyo

19-jun-12

Himno roto

 

La tarde es de junio cálido y revoltoso de vientos, de soles intensos y sombras que ennegrecen lo fresco. Pienso en un himno que pueda ser ilimitado, que no admita parcelas, que sea proindiviso. Desgraciadamente sólo conozco un idioma que me permite sacar los adentros.

Himno roto.

Hemos callado la voz del silencio,
y una luz lejana, de allá, nos anima.
Júntate conmigo, que nada me extraña,
que acepto compaña de quien se me arrima.

Sin espaldarazo, aspiro a ser noble,
soy persona dócil vestida en rebelde,
cultivo la duda al dormir la noche
y luego recojo la fruta del día.

Cántame lo mismo que ahora mismo canto,
rómpeme en cien cachos si me ves mintiendo

llámame tan pronto como necesites,

te echaré la mano que me deje el tiempo.

Donde voy, llevo la patria,
donde me esperan, me asiento,
navego en todas las tierras,
no me empujes mar adentro.

Goyo
17-jun-12

Poda en verde

 

Este señor -me refiero al señor Rajoy- dicen que anda ocupado él mismo y encargando a sus colaboradores el hallazgo feliz de la nueva terminología que calme tanto a mercaderes como a compradores. Y esta mañana, como aprendiendo las cosas que el campo enseña, he encontrado como una especie de remedio que deseo exponer por si le sirviese de ayuda al personal. Anticipo que la valía del método ya fue criticada por Bertrand Russell cuando afirmaba que una explicación de este tipo, una analogía,  lo mismo sirve para explicar todo que no explica nada.

Pues yo estaba lo que se dice podando en verde mi pequeño viñedo dispuesto en espaldera. En esta época, hay pámpanos que crecen malamente, roban nutrientes a los racimos infantiles e impiden después colocar las redes que preservarán las uvas de los pájaros. En la primera foto se aprecia cómo se desarrollan con desmesura algunas partes de la cepa; para el buen equilibrio de toda la planta, dicen que conviene recortar lo que sobresale para que el resto, y el fruto esencialmente, alcancen el desarrollo previsto.

Pues algo así puede utilizar ahora el populismo para convencer a la mediocre clase media de las bondades de los recortes: los brazos más salientes de la planta eran los hiperdesarrollados pámpanos sanitarios y educativos. Ajustándolos al tamaño recortado, no hacemos otra cosa que sostener sin eliminar y, a la vez, permitir que los frutos entren en sazón y engorden. O sea, que en realidad lo que hacemos es revitalizar la viña, darle un aire nuevo y ordenado, corregir los excesos y organizar que no vivan por encima de sus posibilidades. ¿ Comprenden ?

 

 

Supongo que no hará falta explicarles para quién serán los frutos, y que deben entretenerse buenamente con los juegos semánticos que permiten las palabras en negrita.

Para todo lo demás, ustedes mismos aprenden y saben.

Goyo

12-jun-12

El verbo

Parece que la palabra sigue siendo una de las herramientas que nos facilita la comunicación. Digo parece, porque las personas que buscan sensatez en lo que oyen y desean seguir aprendiendo de quienes se fían encuentran hoy problemas más complejos que los que hemos vivido hace una década.

Si bien es verdad que los idiomas se erosionan con el uso, también es cierto que se rejuvenecen con las nuevas necesidades y se recrecen con las adaptaciones.

Hoy, por ejemplo, la palabra «rescate» tiene tal ajetreo, que me temo que terminará gripando sus últimos rodamientos. Ya está muy lejos la idea salvadora, liberadora de una situación donde la voluntad del secuestrador aprisionaba cuerpo y espíritu.

Ahora resulta que la inmensidad de los negocios bancarios tienen como capital -en lugar de billetes o plata- ladrillos o sitios donde poner ladrillos. Extraña muestra de riqueza que ya no puede ser cambiada por ese prodigioso papel que llamamos billete. Y mira que la cuenta estaba clara; fue en 2008 cuando anuncié que los cálculos afirmaban que, de seguir el ritmo constructivo de la época, allá por el 2013 tendríamos -teóricamente- en nuestra España, tantas casas como personas. Aquello requería un freno administrado tanto por los gobiernos como por los prestamistas.

Ya estamos atiborrados de chalecitos, urbanizaciones y promociones que llenan los despachos de los abogados, de los ayuntamientos, de las familias y de los bancos. Prisioneros, pobres y sin que nadie sepa dónde están los billetes, algunas administraciones y algunos bancos carecen de eso que llaman liquidez, de pasta corriente, de dinero contante y sonante.

Y aparecen entonces nuestros compadres europeos facilitando lo que -según cálculos espesos y oscuros- podrá ser la salvación, o rescate, o ajuste, o recobro, o garantía, o ayuda, o redimo, o auxilio,… y si quieren seguir jugando podrán llegar a encontrar el término que mejor concuerde con sus ganas de entender la cosa.

Nuestro gobierno está tan empleado en la búsqueda, que ya ha levantado la copa como si de un triunfo se tratase, a la vez que tiene como encargo encontrar la feliz expresión que descontamine el asunto del vocablo que entre todos excelsamente construimos: trampa.

 

Goyo

11-jun-12

 

Rodrigo Rato y yo

 

 

Este es mi post mil uno. Creo que los dos personajes del título merecen un momento de reflexión, que deberá ser tomada desde las grandes distancias. Sobre todo porque el señor Rato dista una enormidad de donde yo estoy y permanezco. Por ejemplo, Rodrigo Rato no ha escrito ningún post ni yo he dirigido algo parecido a una entidad bancaria o financiera. Le llevo más de mil posts de distancia, que en el universo dospuntocero son como siete años luz. Aunque la humanidad no dispone aún de instrumento preciso, la distancia entre el capital de Rodrigo Rato y el de Gregorio Tovar es de varios millones de euros.

Como ustedes están habituados a otras magnitudes, paso ahora explicarle la cosas al modo que les sea de mejor comprensión. Según los científicos, la Vía Láctea tiene como trecientos mil millones de estrellas y que una de ellas es ese Sol que sale todas las mañanas para Don Rodrigo. Esa misma gente que tanto sabe, nos dice que dentro de cuatro mil millones de años la tal Vía Láctea y la galaxia Andrómeda se fusionarán de manera parecida a como hoy lo hacen las cajas. El motivo de tal acercamiento no es otra cosa que al acercamiento mutuo debido a procesos gravitatorios que ejercen incluso las materias oscuras que tanto rodean a una y a otra.

Del milagroso resultado de las fusiones, se funden -como su propio proceso obliga- los plomos de los ahorradores, aunque -siempre, según los expertos- la constelación resultante sea más luminosa. Que que si alguno de nosotros percibe que su dinero pasa a ser de acción preferente, no es otra cosa que las ramas de tu árbol no te dejan ver el inmenso bosque.

Notaréis lo bendito de la Astrofísica para comprender la Economía. Deberéis entender entonces eso que acaba de decir el jefe de nuestro gobierno: «España no se encuentra al borde de ningún precipicio«,… posiblemente será porque estamos cayendo a velocidad astronómica.

 

Goyo

02-jun-12