Lo que entre todos estamos haciendo.

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Tsunami

Un joven atiborrado de los venenos que reparte la mala prensa, la mala tele y la escasa buena radio, me comenta indagante y casi culpabilizándome, que cómo es que «eso lo consienten« . Y se refiere lo mismo al terremoto que afectó el sábado al centro de Chile, como a la ultraborrasca que ocasionó muertos en Francia y en España el mismo sábado por la noche.

Para mayor reiteración suya, aparecía en el televisor, en ese momento, imágenes de una gente sencilla de la gaditana Jerez limpiando barro líquido de muebles, suelos y calles andaluzas. Que por qué «se consiente eso»….

En el contexto de esta indagación yo interpreto que por medio hay una acusación. Y me dice que sí, que «los políticos» están para impedir esas cosas, que debieran impedir que esas cosas ocurran.

Ahora ve tú y explícale lo que es la subducción de la Placa Nazca o el avance de velocidad radial dextrógira en las borrascas que se originan en las proximidades del Mar de los Sargazos.

Tú te quedas con tu supuesta y estúpida sabiduría, mientras se mezcla con la mierda que inunda los salones y las camas que provocan lágrimas de impotencia de las gentes jerezanas que solo tienen ahora pertenencias que bien pronto han de disponer para la basura.

Pero quizá pueda ser también preocupante que la mierda del razonamiento nos inunde con mayor velocidad; da igual que sea por culpa de una ciclogénesis como por culpa de un tsunami. Para este desastre, me parece que no tenemos previsto medios económicos paliativos.

Goyo
28-feb-10

Menos mal que lo escribí

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No sé dónde lo tengo; pero hay gente importante que lo guarda. Si es preciso iré al reencuentro. Entonces no existía el TW ni el FB, pero ya las primeras máquinas invadían la información y la comunicación de las administraciones que pensaban en futuro. Las cosas de entonces contaban el problema cerrando los ojos a la búsqueda de alternativas energéticas y las soluciones se cifraban tan solo en recomposiciones financieras, fiscales o comerciales. Hablar de alternativas era cosa de locates verdes.

Hace entonces once años. Mi envidiada Alemania disponía -como ahora- de cielos brumosos, escasos de azul y cortos de día; sin embargo, tenía ya una red de instalaciones de plantas solares prácticamente igual a nuestra iluminada península. Y yo escribí, todo lo alto que pude, que estábamos perdiendo muchas oportunidades, que la inclinación hacia los respetos que señalaban los movimientos ecologistas debería convertirse en hábitos sociales, que no podíamos seguir fomentando el consumo despiadado de papel, de cables, de neveras, de ruedas, de kilowatios,… No voy a escribir lo que algunos dijeron y escribieron de mis convencimientos.

termo

Central termosolar de torre de Sanlúcar la Mayor (Sevilla)

Hoy muestra la prensa extremeña muestra la grata noticia de la puesta en marcha de la mayor central termosolar de Europa. Lo que me molesta es que tanto un modelo de prensa como el presuntamente complementario cifren la buena nueva en la personalización de alguien a quien solo preocupa la economía gorda, el publicismo, la sonrisa, el comercio de la camiseta y otros valores con los suelo compartir poquitas cosas.

A mí me hubiera gustado más la justicia mediática de una gran primera página, en la que se mostrase la realidad de alternativas energéticas diferentes al problemático petróleo. No sé cómo hay que hacer las cosas para que sean primera página gorda, la administración pública extremeña merece más aplausos. (Las mejores nucleares, las solares)

Ea, pues, una Bandera Medioambiental para la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente de la Junta de Extremadura.

Goyo
25-feb-10

(Mira que si le da a Florentino hacer camisetas con la banderita… ahí se la dejo.)
Bande

Diezporciento.

diezporciento

Sin necesidad de someterme a pruebas neumológicas, seguro que mi capacidad pulmonar se ha reducido al menos en un 10% con respecto a la que tenía hace quince años. Sin ser experto cardiólogo, cualquiera podrá afirmar que mi potencial de bombeo sanguíneo también se ha reducido en porcentaje similar. Seguro que ya no puedo como antes levantar piedras de más de ochenta kilos, no creo que sepa resistir corriendo al trote más de dos kilómetros, la apnea mientras buceo seguro que ya no sobrepasa el minuto,… y así haciendo repaso y cuentas de mis capacidades, parece poco discutible afirmarme y reconocerme en la normalidad de un recorte general del 10% de mis potencialidades, si me comparo con la edad de los gloriosos años cuarenta. No obstante, me siento conforme y aún bien dotado en los ámbitos vitales y, las reducciones habidas, en realidad no las percibo como pérdidas: mera asimilación por adaptación.

Respecto a mi salud y sensación económica, la cosa ha ido al revés; pues a medida que ha transcurrido el tiempo, ha crecido mi holgura financiera en porcentaje similar al de las pérdidas biológicas. Este tipo de contraste parece que se defiende como ideal dentro de una sociedad que dice preocuparse por el desarrollo personal y por el bienestar social (?); no importa que al mismo tiempo existan miembros que a medida que transcurre el tiempo pasan a peor “condición financiera”. Cuando eso ocurre con excesiva frecuencia y descontrol, los expertos dicen que hay crisis.

Así, no me parece quebranto anunciar y afirmar que, si en la misma medida que han decrecido mis condiciones biológicas decrececiesen en mí las económicas, debido a un aumento de los impuestos que me han de retener para seguir asegurándose el bienestar social, no me da excesivo miedo «sufrir la inclemencia» si el resto de protecciones sociales generales siguen siendo las mismas; vamos, que soy capaz de aguantar una presión fiscal crecida un diez por ciento a la escasa presión fiscal que este estado del bienestar me organiza.

diezporciento

Seguro que puedo seguir disfrutando de los servicios de la comunidad con igual satisfacción aunque mi salario mensual disminuya un diez por ciento gravado por nueva carga fiscal. Presumo que esta misma sensación la puede tener alguna persona que supere el salario neto 1.500 €/mes. Deberíamos entender que las cuentas serían otras para las personas que perciben más de tres mil euros al mes. Yo me ofrezco voluntario a este condicionamiento. Bien creo que en algo se ayudará.

Claro, está esta oferta la daré por concluida cuando se cumpla una cualquiera de estas tres condiciones:

1.- Cuando el PIB nacional crezca en un porcentaje superior al 1,5% anual.
2.- Cuando el número de parados sea inferior a 3,5 millones.
3.- Cuando los representantes políticos de los gobiernos no sean carácter progresista.

Esto último me duele concertarlo así; pero hay demasiadas declaraciones de políticos conservadores que afirman convencidos de que lo que hay que hacer frente a este panorama es bajar los impuestos; esta creencia de que bajando los impuestos se aporta solución a la crisis -comprenderán ustedes- es absolutamente incompatible con la mía y, por tanto, porque yo no quiero chafarle a nadie la oportunidad de enderezar el actual entuerto, mi oferta no sólo sería inservible, sino contraproducente.

Goyo
24-feb-10

719

autoviacasar

Aquellos labriegos consiguieron que los nobles cacereños de la época les permitiesen edificar sus pequeñas -pero alineadas- cabañas a lo largo de la casi desaparecida «Vía de la Plata». No obstante, la poderosa avaricia y el querer poner freno a iniciativas de autogobierno aldeano, se compusieron para mandar mensaje de que, si bien tenían y podían estar en sus casas, los vecinos de aquel «casar» no podrían salir de ellas ya que pisarían entonces tierra del señor.

Esta mísera y repugnante amenaza rondaba las cabezas y alimentaba el desasosiego de la pequeña aldea; hubo entonces una organizada escritura, en un papel de la época, con el explicativo mensaje de protesta que llegó a manos del rey Sancho IV. El monarca concedió entonces el privilegio de que las labores y ganados del pueblecito pudieran a adehesar en terrenos medidos con radio de una legua. Así nació mi pueblo que desde entonces se llama Casar de Cáceres.

Sucedió la firma de tan transcendental documento un día como hoy, 18 de febrero, hace ya 719 años.

Esta noche vamos a celebrarlo.

Goyo
18-feb-2010

Pacto, pact, agreement, accord, deal, covenant,…

trabajo

Nos dice el DRAE que es «Concierto o tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir lo estipulado«. O bien, la segunda acepción: «Cosa estudiada por tal concierto«. Parece rotundo que no está el tiempo ahora para el segundo significado ya que ni existe el concierto, ni hay cosa que estudiar.

Volvamos a la primera: muchas partes están dispuestas a celebrar un glorioso acuerdo que incluso sancionaría felizmente la sociedad. Tal acuerdo sería como una especie de llave maestra que nos abriría la puerta hacia el nuevo esplendor, acabándose pronto -tras la ceremonia bendecida- la época de brumas tenebrosas. Debería entonces haber sucedido que las partes que deben acordarlo se hayan reconocido autoras responsables del desconcierto que hace nacer la necesidad del concierto, confesión que ninguna ha mostrado. ¿Qué ha de pactarse si no hay cosa rota?. ¿Cabe entonces preguntarse ahora de qué rotura proviene la crisis?. O sea: la crisis aparece cuando se rompe ¿qué?

De los ingentes números de catedráticos y doctores de economía -que son los que saben pero recetan al mal tuntún- sale el conocimiento de que fueron las burbujas alegres y los abusos de los galimatías financieros; esos mismos que hicieron ver que España no era y que después de dos días: España era, porque lo habían escrito, en pérfido inglés, en un papel de un país que ni siquiera da muestras de admirar el proyecto social europeo y que hace horror a la moneda común.

Con toda esta sopa de inconsistencia, los sindicatos dicen organizar una huelga que, naturalmente, pasará de largo ante las fachadas de las entidades bancarias porque el panorama se presenta irremediablemente memo¿Las trescientas mil pequeñas empresas desaparecidas por falta de crédito, irán también a la huelga?

Mientras tanto, Oriente sigue en moto con combustibles financieros sólidos y líquidos; y nosotros,… con estos pelos tan occidentales.

Goyo
17-feb-10

Ponte un burka en Carnaval ?

burka

La tardenoche del sábado se presentaba tan alegre como gélida, parecía que la habían hecho para buscar algo calentito que enamorar. Las fiestas de Carnaval, comenzaban su segundo día radiante y toda la calle que cose al pueblo de norte a sur, estaba repleta de comparsas vivamente decoradas.

En estas fiestas, a mí me gusta sentirme de fuera, que pocos me conozcan, que pueda observar con descaro cubierto, … así que dediqué casi toda la tarde para componerme un disfraz apropiado: la mujer de un pastún.

El ropaje no era complicado, el único detalle femenino debería ser presentado -a la vez que simulado- a la altura del pecho; todo lo demás lo debería decir la rejilla indiscreta situada a la altura de los ojos. Una red blanca, trenzada, de una bolsa de patatas, era el antifaz ideal por su delicada transparencia y su cuidado tupido. El resto era cosa fácil.

Creo que el éxito principal de mi decisión fue el acierto previamente diseñado para evitar el frío intenso que se presentó como queriendo hacer chantaje a todo lo programado. Los ropajes abundantes y protectores me hicieron sentirme bendecido por dentro.

¿Y el burka? Para mejor jugar, me quité las gafas que siempre llevo y apenas necesito, y me sentí relativamente dotado para observar desde mi nueva estrategia visual, que todo veía desde dentro y todo dejaba al adivinar desde fuera. El burka es entonces una pieza a la que pudieran aspirar comadres del maldecir y malpensar.

A lo largo de la noche, fui observándome en otra faceta; la falta de horizontes visuales: la ventanuca te restringe el campo visual como cuando a las mulas le ponen las antojeras, sólo puedes ir seguro para adelante, si quieres ver algo lateral, debes dirigir la ventana hacia el territorio que deseas observar y, claro está, puedes ser detectado por tu talibán de turno y el mirar de reojo es técnica idiota. Andas así como un autómata, indicando con el cuerpo qué puedes ver, anulándote el suelo y el cielo, sufriendo lo que no ves porque sabes que hay cosas que no ves con el aparataje.

Al final de la noche se me presentó la duda de si el invento fue cosa del varón o fue la misma mujer talibana quién diseñó el suplicio.

Uno u otra, y los dos, deberían dejar la fiesta.

Al final sufrí.

Goyo
15-feb-10

Lo pasajero

Pierrot

Lo estamos pasando mal, ya queda menos.

Mientras, el partido que se dice popular ha decidido -electoralmente- no presentar programas o propuestas de mejora o contención,… ni ofertas de ayuda política pública,… porque cree que así obtendrá más apoyo dentro de dos años.

Prefiere que mucha gente lo siga pasando mal; bueno quizá no sea bueno decir «prefiere», digamos que no le importa tanto cómo lo pueda estar pasando el ánimo nacional. No parece dispuesto a ninguna concesión de buen ánimo. Se equivoca; sólo un año más así y quedará roto el apoyo que creen tener.

Unas coplas argentinas que conviene volver a remover.

¡ Aijuna pucha la vida ¡,
¡ qué cosa más despareja ¡:
¡ unos deshacen terrones,
otros van como en bandeja ¡.

Y el rico le dice al pobre:
“¡ Calavera, chupador ¡”,
y el rico chupa en su mesa,
y el pobre en el mostrador.

El que sin amar vive,
solo la pasa durando,
y es tarde cuando percibe,
que es un muerto caminando.

Goyo
12-feb-10

Terapia barata

Escurreplatos

Doña Economía transcurre y galopa según reglas que se explican doctamente a posteriori: tú te quedas sin subsidio de paro, o sin trabajo, y llega un buen catedrático y te riega de tesis que demuestran que la coyuntura requiere cambios estructurales. Si no lo entiendes, es como si lo apriorístico tuviese proximidad con lo que vaya a pasar luego.

Ahora, lo económico tropieza mal y torpemente por estas tierras y florece en las tierras cercanas donde el sol es naciente. Además, lo hace aquí con la abundancia del pobre, mientras que en otros lugares y pueblos se orienta, que quizá de ahí provenga el buen nombre de Oriente, sitio lejano repleto de mágicos y ricos monarcas.

En este juego burlón de conceptos y relaciones, todo el sabio occidente sufre la calamidad de un fenómeno mercantil extrañísimo: hay la misma cantidad de dirigentes decididos a remediar lo tuerto -sin lograrlo- que cantidad de aspirantes a dirigentes incapaces de señalar cual es el ojo malo. Aún seguimos atacados por estas bombas de racimo:

1.- Que la causa del mal está en la ingeniería financiera.
2.- Que la culpa ha de recaer en los dirigentes políticos.
3.- Que el remedio pasa por recordar que los pobres han de seguir siéndolo más.
4.- Que no se debe impedir a los ricos que aumenten sus riquezas como consecuencia de lo anterior.
5.- Que quien no lo entienda es que no es de este mundo.

La industria y la inteligencia financiera ha conseguido incluso que la mayoría de los ciudadanos asuman que el dinero público es bueno también para salvar a las grandes empresas y a los gruesos bancos. Esa misma ingeniería propagandística es la ha sido capaz de hacer creer que la octava potencia del mundo pasa a ser, en menos de una semana, de país arruinado a nueva economía emergente.

Eso sí, me cabreo cuando lo sigo entendiendo.

La inmensa y apropiada foto es de Chema Madoz.

Goyo
11-feb-10