¿Otra vez rural?

viejobaston

No me lo acabo de creer.

Parlamentarios puestos en pie para la foto, venidos de Bélgica, de Alemania, de Finlandia, de Austria,… para que en sus tareas aborden acciones de «concienciación» con el fin de obtener equilibrio entre las zonas rurales y urbanas europeas,…

Parece entonces que hay un desequilibrio. Y cuando la balanza está torcida a un lado, hay que contraponer peso en el otro,… o rebajar el platillo donde se ha cargado el exceso.

Con el mismo tesón y convicción que algunos afirman que la especie humana es la más agresiva contra el resto de especies, la mejor dotada para eliminar a cualquiera que deambule por sus inmediaciones, existen personas que argumentan que lo más nocivo para la vida en el pueblo es la vida en la ciudad. Hay gente que vive a gusto con estas evidencias y sus contrarias; pues sabrán que incluso hay cazadores que cuelgan a sus galgos, campesinos que queman sus campos y parientes que quieren arreglar las lindes a garrotazos. Al parecer, constituyen la lista menos votada.

Hace quince meses, en el lugar y momento preciso, lo dije . Y hace ocho meses, repetí y amplié en otro momento con más fuerza y con más extensión.

No sé si arraigará la idea o si la cruda oferta se chamusca cada vez que la hacen pasar por los fogones; pero ya son muchas las experiencias que certifican la agonía de los pueblos y el insostenible predominio de la vida urbanita -con sus abusos- porque hay que mostrar obediencia a los nuevos dioses del siglo XII: los mercaderes. Curiosamente, la vida urbanita suele estar repleta de ciudadanos que dicen decir y añoran las condiciones de vida del pueblecito que supo acoger la vida de sus padres o la de su infancia, que gustan de la morcilla patatera, de la siesta, de los olores a olor diverso, del cielo limpio y de la vecindad noble. Y más paradoja: aquella tribu que con más convicción aplaude a las ciudades a base de eliminar pueblos, se llaman «populares»; para ello no ha falta ni leer lo oque dice el Informe Lugano.

Yo una vez estuve con un abundante grupo de parlamentarios belgas -eurodiputados- cuando se puso de moda en 1985 eso del hablar español en Bruselas; los hombres y mujeres escucharon de mí cómo era/es la vida en los pueblos extremeños. Uno de ellos (Willy Fayen , Alcalde de Herstal, megapueblo pegadito a Lieja) vino a conocer Extremadura, que entonces estaba fuera de cualquier oferta turística; al volvernos a ver en Lieja me espetó: «En lo que puedas, no consientas que los tuyos hagan las mismas tonterías que los nuestros«.

Me siento fracasado en tan sugerente encomienda. Reconocerse en la profundidad del «ser de pueblo» sigue causando maldita gracia incluso hasta los que no quieren renunciar a ello. ¿Cómo sabes cuál es la gallina que se come los huevos?, ¿qué color tiene la uva cuando está madura?, ¿qué hace la yegua antes de parir?, ¿por qué a mi abuela no le atacan las avispas?, ¿ por qué no ha nacido el cilandro que sembré el mes pasado?, ¿por qué no he de faltar al funeral de aquel vecino?, … conocimientos y estrategias sociales que al urbanita no se sirven porque los valores del «urbanismo» está en el papel couché, en su foto del periódico, en salir haciendo el mono ante las cámaras, en mostrar no sé qué lujo automovilístico, no sé qué artificio en la vestimenta y en la pronta asistencia al recinto de oportunidades y rebajas porque «uno no es tonto«.

Seguimos regocijándonos de la falacia del desarrollo sostenible, alga de embrujo tiene el binomio «desarrollo sostenible» muy a pesar de que la esencia de todo desarrollo radica en no sostenerse ni sujetarse.

Temo que la Declaración de Mérida navegue Guadiana abajo.

Hace ya doce añitos que otra apuesta razonada y dispuesta, se ha dejado de discutir por la derrotada democracia europea, a costa de abrazar un mal llamado «liberalismo». Lo que se conoce como Informe Lugano; pero nunca tenemos tiempo aseado para obtener cosechas de nuestra propias reflexiones, ni aún con la ayuda de una señora llamada Susan George.

Pues a esperar confiado en las buenas gentes de la vieja Europa.

Goyo
20-ene
Bande

Otra banderita para los rurales europeos.