Siembra una bellota. XX Aniversario

 

 

 

 

 

Casi en la soledad cumplo veinte años. Veinte años intentando convencer a tirios y troyanos que el Mediterráneo es mucho más grande que Extremadura y que se distingue vitalmente por su litoral repleto de bosques medios que se desarrollan al abrigo de la encina, el alcornoque, el olivo,…

 

Quiero que me ayudes a destacar mi reiterada obsesión de agrandar la zona boscosa de Extremadura y de fuera de Extremadura, y de instituir el hábito sencillo de felicitar la Navidades a los familiares y amigos que tenemos en otras tierras, enviando dos o tres bellotas para que se siembren allí donde el futuro señale una posibilidad.
Sé que sembrar una bellota tiene una inconmensurable carga inocente: quizá no tengamos sitio dónde hacerlo, quizá la bellota enterrada la detecte el fino olfato del jabalí, quizá una sencilla oveja se la coma recién nacida, quizá se nos quede olvidada en ese rincón del coche donde la hemos dejado para cuando vayamos a pasear por el campo,… quizá nunca tengamos la oportunidad de dormir la siesta bajo su sombra porque tarda años y años en hacerse adulta. Pero esos desafíos constituyen para mi un emblema del que no quiero renunciar.
Hace 20 años inicié esta sencilla apuesta. La recompensa es grande; me considero incitador de gentes y de encinas repartidas por los lugares más diversos, lo que también me ha causado amistades estrechas que se remozan cada invierno.
Por eso quiero aprovechar la poderosa influencia de las redes sociales para captar alguna que otra persona sensible que sea capaz de jugar con este futuro tan incierto, tan gratuito y tan irreverente.
No te preocupes si las circunstancias empujan a que no pueda hacerse un hueco para estos asuntos, tenemos todo este mes de diciembre para responder.
Goyo
07-dic-12

2 comentarios en «Siembra una bellota. XX Aniversario»

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