San Pancracio me regala un 5%

Pancracio

Hoy es otro de mis días de suerte; ni santero ni seguidor de los buenos espíritus soy, pero no reniego a utilizar con sano humor las cosas sanas del santoral. Mi madre mantiene perejiil verde al lado de la estauilla del santo de hoy, que es quien decide el destino de las loterías y de las apuestas del estado.

Yo aposté hace casi tres meses, en un ataque de cordura, que bien podía el Estado tener en cuenta el poco daño que me hacía si me dejaba reducido en un 10%. Pues hoy, el portavoz de uno de sus poderes ha presentado al pleno del Congreso un recorte del 5% a los sueldos de los funcionarios y el alboroto surge como crece el perejil en mayo. Además sigue lloviendo.

Resulta entonces que San Pancracio ha traducido mi apuesta en un reconocimiento oficial para mantenerme bien protegido en un 95 %. El nombre del santo en el idioma griego significa «el que todo lo sostiene«, casualidades o mensajes propios de la gente que tiene influencia; quizá esa sea una de las raíces de eso que se sigue llamando «economía sostenible» y que aún nadie me ha sabido explicar abiertamente.

En esta creencia firme de que nuestro buen santo podrá seguir haciendo de las suyas, apuesto hoy a que cada vez que me asista una persona del sistema sanitario -sea administrativo, enfermero, cirujana, analista,- me obliguen a pagar un euro.

Ahora me dedicaré a repasar el santoral para solicitar protección debida de salud y, así, mi capacidad de ahorro siga creciendo.

Goyo
12-may-10

Menú popular

Seguro que muchos insensatos siguen apuntalando la «Estrategia Cospedal«, que es el reiterativo primer plato que nos presenta el menú cotidiano de eso que falsamente es popular.

El segundo plato es cualquiera de la frases que conforman el cúmulo de «Necesidades Imprecisas«. Algún día les aburriré de nuevo con la recopilación.

El postre suele presentarse con la rotunda expresión de que seguimos «Sumergidos en la Economía«; con todo lo que de verdad padece la frase y con toda la hipocresía con que se carga.

A veces se añaden ungüentos carminativos: allí donde se declararon unanimidades, se levantan renuncias. Donde se dijo que el agua era manchega, pasa a ser murciana. Donde se acordó sentimiento conjunto de lo qué es educación, se edifica desastre de entendimientos. Donde se reconoció la ocasión de repensar Europa en este semestre, se incitan las mejores ideas para desprestigiar la España Europea.

Seguimos adeptos a las cruzadas, a ver si nos ayuda el entendimiento a acercarnos a los tiempos que debiéramos vivir ahora,… ¡qué ganas tengo de ver sábanas limpias !

Colada

Goyo
10-may-10

Impiedad

Hace más de un año, traje a estos papeles una historia corta y cierta de hace más de un siglo: de cómo un presbítero dice a la concurrencia poderosa que eso de la Cajadeahorrosymontedepiedad era en realidad como una especie de valle de lágrimas para el pobrentío. (Pobrentío es una palabra tan probe que no necesita explicación)

Ayer, día en que los dos paisanos más notables se sentaron separados para ver si juntos podían anunciar algo de tranquilidad, nos dicen que lo más relevante es que a partir de ahora, el capital privado podrá entrar hasta un 49% -o menos- en las Cajas de Ahorro. Y otras cosas más de su gobierno financiero, que ni la duda socrática acierta a vislumbrar.
Socrates

Mira que sigo recelando de esto del ahorro y de esto de la piedad; dentro de bien pronto, toda la impiedad -o al menos un 49%- bruñirá de certeza aquél lejano discurso. No habrá miramientos tiernos ni condiciones a negociar; la letra chica es la que manda, que no sé dónde se había escrito eso de que necesitamos un banco público.

Que no hagan caso las nuevas generaciones ni las NNGG, que ya nos dado bien la ración de cicuta; pues debéis saber que Sócrates fue acusado de impiedad y, además, de corromper a la juventud con sus dudas. Fue condenado a muerte. Aquí, su discurso.

Goyo
06-may-10

De cómo contaminar reciclando

A decorar

La mayor culpa la tuvieron las vietnamitas, que eran como unas máquinas de coser que escupían hojas impresas a golpe de manivela; así la velocidad de producción podía incluso superar a las actuales máquinas fotocopiadoras. Creo que de aquel avance fechado en los años setenta del pasado siglo, percibimos por primera vez la monstruosa gráfica ascendente de uso de papel blanco impoluto, que para serlo más, debía someterse a la decoloración que produce el cloro, con el consiguiente abuso de sustancias químicas peligrosas para todo el mundo menos para las imperiosa industria papelera.

Ya en la década siguiente sonaron las primeras alarmas: de seguir a este ritmo de crecimiento, el peligro de deforestación se convertirá indiscutiblemente en problema climatológico. Quizá las alarmas no sonaron bien. Quizá ya no basta con taponarse los oídos, es más friky hacerse el imbécil.

Mientras los ávidos progresistas seguían desconociendo las barreras éticas que muestran los bosques templados y los bosques tropicales, otros y otras que esperábamos que el progreso y el remedio debía centrarse en la educación de las futuras generaciones, nos lanzamos a la publicitación domiciliaria, a elevar las sugerencias en las Casas de Cultura y a confeccionar carteles, cartas y documentos en papel reciclado, exento de cloro, con trazabilidad ISO 767 y otras cuantas monsergas que fueron y siguen incapaces de frenar el creciente derroche de papel. Para colmo, seguía creciendo no sólo el uso del papel couché, sino las colecciones de valores morales, sociales y económicos con que se presentan o envuelven las cosas en este siglo 21. (Como es moderno, ya no merece el uso de la numeración romana).

O sea, que lo equilibrado y ejemplificador en los noventa era montar un taller de papel reciclado… y dábamos a la chiquillería un montón de periódicos desnoticiados, que para obtener papel nuevo de aquello viejo, debían previamente trocear a minúsculo ejemplo, mojar, amasar, añadir compactante, aplastar, allanar, dejar secar,… y así se obtenía como una especie de hoja gordota, de bordes desdentados, color grisáceo y aroma incierto, que ni recordaba a las viejas imprentas, ni se había inventado útil de escritura que pudiese plasmar fecha y firma. Y sigue sin inventarse.

“ ¿Veis? Ya está,… lo que pasa es que ahora se debería pasar por otras máquinas y añadir otros productos para obtener una hoja como ésta”… y se presentaba una hoja de papel industrialmente reclicado.

Me parece que no enseñamos nada claro a esas generaciones; esos ejemplos de procesos de reciclado no revitalizaba idea nueva, no era exactamente cierto que con ello iniciásemos de nuevo el ciclo que se pretendía mostrar, era un juego torpón de inutilidad grandiosa y tampoco levantaba incitación a no derrochar. Deseché

Recientemente, he contemplado un nuevo Taller de Reciclado.

Botellita a reciclarPintar la margarita

“Hay que traer una botellita de plástico, tijeras, témperas, pincel o brocha pequeña y plastilina.” (Ya habréis escuchado lo impactante de las botellitas de agua putable, perdón: potable).

“ Se corta así y así,… y ahora se pinta con los colores que más nos gusten “. (Ni qué decir tiene que las mesas también se ensucian, que las témperas se derraman, que las camisas se manchan,…)

Margarita y mesa

“Y finalmente, le colocamos un buen bolo de plastilina en lo que era la boca,… y la podemos pegar en el cristal de la ventana”. (Huellas de plastilina en las mesas, témperas en las sillas, cristales empañados, brochas que manchan, salpicaduras polícromas, dedos que no se sabe dónde posar,…)

Flores en la ventana

Usted deberá seguir reflexionando: lo que cuesta limpiar lo ensucidado, la utilidad del nuevo uso de la botellita, la cantidad de valor de austeridad que hemos manejado, el nivel de remedio y la subsanación ambiental ejecutada, …

El verdadero reciclado de una botellita de plástico sería obtener petróleo, o más aún impposible: obtener aquellas plantas verdes del carbonífero; y es que seguimos confundiendo reciclar, con reutilizar, con recuperar, con reducir, con ensuciar,…

¿Cuándo vamos a prohibir estos talleres de reciclado?

Goyo
04-may-10
(A un mes y un día de la cosa universal)

Bande