Comienzos

Nicolás

Lo primero fue afiliarme a un sindicato que dicen que era «de clases», en tiempos donde aún daban más miedo los poderes del ejecutivo, del legislativo y del judicial. La Unión General de Trabajadores estaba dirigida por aquel Nicolás Redondo que se puso en pie para decir «no» a determinada cosa del gobierno de Felipe González.

Después, compañeros vascos -emigrantes en Bélgica- que también militaban en el Partido Socialista Obrero Español, me invitaron y me acogieron en las filas donde se debatía para acordar a pesar de las tensiones.

Ahora, tras las tensiones conocidas, mi partido no ha considerado oportuno debatir en las agrupaciones acerca de qué cosas podemos hacer los socialistas de base para apoyar con decisión al actual gobierno, para sugerir posturas, para apuntar alternativas. Parece que ha sido la soledad del aprieto el factor esencial del día de San Pancracio.

Después, el sindicato en el cual milito decide anunciar una huelga sin dar a conocer a la militancia de base los detalles, las necesidades o las conveniencias.

En el 88, Partido y Sindicato rompieron la ruta común. En el 2010, han compuesto decisiones rotundas y de alcance sin que podamos mostrar mejor el apoyo, expresar el rechazo o demandar mayor información, con la ruta abierta a no contar con vivencias, experiencias o sentimientos de las mujeres y los hombres que aún creemos en el valor del debate antes que en el de la obediencia.

Ya veis, la crisis parece invadir todo. Espero que la red siga libre.

Goyo
14-may-10