Periodismo de pies y cabeza

 

 

 

Con palabras elevadas, las personas decimos que buscamos la verdad porque amamos la Justicia; así, deberíamos entender que cuando fabricamos la mentira practicamos a sabiendas la Tropelía. El periodismo es una técnica de comunicación que funciona con una sabia mezcla destinada recoger, elaborar y hacer pública una información relativa a la actualidad, especialmente sobre hechos novedosos de interés, incluso sobre hechos pasados a los que se les quiere conceder relevancia nueva. Es una técnica depurada y excelsa que proviene y supera al ejercicio de la reyerta de amigotes de barra o al de la trifulca desgañitada de verduleras. Si les parece desafortunada y malediciente la comparación, no me hagan caso y dedíquense a observar tanto algunas afamadas tertulias, como otras algunas alambicadas editoriales de periódicos cercanos y lejanos.

 

Dicen los buenos consejos, que la Ética juega un papel muy importante es esta profesión, cosa que ningún periodista debe olvidar; pero que debiera exigirse con igual fuerza a cualquier persona que lee el periódico, comenta la noticia o traslada lo que ha oído en la radio. No sólo las personas que profesan el periodismo son las selectas para ejercitar la libertad de expresión según proclama el artículo 19 de la DUDH, también a las que no han estudiado la técnica debemos otorgarles el mismo nivel de libertad de opinión: Ambos niveles no deben confundirse con el nivel de libertad de embuste.

 

Nunca he asistido a una mesa de redacción; que es el lugar y el tiempo donde se decide cuál y cómo ha de ser la portada y cuáles son las noticias que van en chiquinino; los platos que se elaboran en esa cocina, tienen como destino alimentar o envenenar a la inocente clientela. Por ejemplo, los llantos de quienes no pueden procesionar se presentan ahora más relevantes e impactantes que los que provocan la falta de atención de necesidades educativas y vitales de los hijos, de los que desean tener trabajo, de las urgencias sanitarias,…. Éstas me parecen verdades más poderosas que las otras.

Algunos periodistas bien pagados, han ejercido recientemente su oficio presentando en gala televisiva lo último en belleza, que no es otra cosa que un tratamiento de desintoxicación para los pies. Por mi afición a las dudas, debo entender que está muy próxima la noticia, presentada también por diestros del periodismo, de un nuevo tratamiento de desintoxicación de cabeza.

 

Goyo

03-abr-13

 

 

Periodistas, larvas y noticias moras

Philatria

A veces, hasta el campo descansa algunos domingos de agosto.

Dos, y más, nos volvemos a juntar en la churrería del Tinta para desayunar y comentar lo que aparece en la prensa. Ya llevamos varios días con la tarea interpretativa y lectura de augurios de la prima. Sin adentrarse en razonamientos del gineceo político, que suelen ser igual del sustanciosos que los del androceo, hoy nos hemos dedicado a menosturbar cómo de cocida debemos tener las neuronas en pleno agosto. Después de los primeros comenarios, coincidimos en que lo más sustancioso es la noticia de las Moreras. Entonces, caemos en el acuerdo de que el principal temor no nace del riesgo financiero o del terrorismo de los dragones asiáticos, sino del manejo que de la información y del derecho al protagonismo hace a veces la prensa escrita.

Ya saben que el 80% de nuestro cuerpo lo compone el agua; pues bien, el otro 80 lo compone la información. Somos casi todo información de la que viene de fuera y el 20% restante es información interior, de producción propia; y hay gente que subsiste utilizando menos del 5% de la cosecha informativa (IVA incluído). Por otra parte, saben que al 80% de nosotr@s nos gustaría ser protagonistas y al 20% restante, no les molesta servir de personajes secundarios, inclusos extras anónimos de las películas cotidianas. Con estos ingredientes naturales, hasta un experto periodista puede confeccionar un gazpacho noticioso.

El barrio pacense de Las Moreras, podría bien llamarse también, con mayor propiedad, el Barrio de los Olmos o la Barriada Larvada o cosa mejor que la sabiduría vecinal seguro que tiene ya en ocurrencia. Y ocurre que dispone de unos cuantos olmos que, al decir y parecer de la noticia, están malsanos o plagados por enfermos. Mariposas de origen impreciso aprovechan esta circunstancia y se avecinan además de depositar sus huevos, de donde nacen sus larvas y prosiguen con las molestias propias que los humanos no sabemos soportar. De esos hechos ciertos, hasta las afirmaciones recogidas y trasladadas (Una mujer se quejaba de que hay noches en que cuando está dormida se despierta porque siente «un muerdo») parece que no solo hay sobreactuación: hasta lo conocido, ni las larva ni las mariposas «muerden». (Mordisco de madrugada me dan tus recuerdos, dijo el poeta)

Para que la noticia añada relevancia, se suma lo que sigue: (Antes de esto han tenido que soportar las molestias de las mariposas, que «no pican como mosquitos, es que muerden», se quejaba ayer Manoli Vara). Lo urbanita siempre sorprende más que lo rural.

La crónica no falta al papel del marujeo: (Yo me pongo al fresco, que estoy haciendo una colcha, y me comen viva.). Tampoco desaprovechan que por allí puede pasar el Pisuerga: (Esta mujer acaba de realizar obras en su vivienda y ha comprobado que las raíces, de gran grosor, se cuelan hasta adentro); sin menoscabo de aprovechar también los derechos que se contraen cuando se pagan impuestos (Estoy pagano 300 euros de IBI y creo que tengo derecho a vivir como una persona). Y más valores informativos que se despachan con comentarios contra todo lo que se mueva, se presente o se imagina, que siguen permitiéndose con ton y son.

Y hasta aquí el ejemplo de cómo cualquier buen profesional puede hacer de doble de mal becario obligado a rellenar la hoja del día.

No sé a qué atenerme; agosto siempre tiene este tipo de problemas.

Goyo
07-ago-11

Una banderita para quien sepa soportar.

Bandera107Kb

La maldición de la red.

Tim_Berners-Lee

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Me asusta cada vez más utilizar este medio como herramienta de comunicación firme.

Primero porque las estructuras de seguridad crecen cada día en debilidad.
Segundo porque la red -y sus usuarios- está derivando más hacia un anonimato irresponsable y una banalidad violenta, con la paralela desprotección de los que nos significamos con nombres y apellidos.
Tercero porque su creador pone serias dudas sobre el alcance social del uso de la información.
Cuarto porque se está potenciando más la agilidad temporal que la reflexión y el análisis de datos: la creatividad se apaga.

Quizá el hueco de salida se agrande cuando al periodista del futuro tome como natural que cuando se vacía un conocimiento en la red, la autoría ya es compartida con derechos compartidos. Y todos aspiremos a ser buenas personas.

Y es que a eso no estamos acostumbrados.

Goyo
23-nov-10