Pastores

X_borroka

Las tierras arrugadas
no dejan descanso a las miradas cortas;
sólo el mar plano y furioso
parece suavizar la ira y conceder calma.

La patria de los pastores vascos
se entregó repleta de pasíon de muerte.
Un disparo certero,
una bomba plena,
una paz borroca,
mutilante,
inhóspita,…
aullido de carnes
que orquestan el odio
por amor al crimen nunca salvador.

Repletos de pasados y distancias,
han vuelto a enmascararse
para clarificar nucas y frentes.

Desde aquí, siguen sin oirse
las campanas de bronce viejo
que alimentan de iglesias
a ovejas descarridas.

¡ Qué grandes son los pueblos
cuando se perdonan !

Dedicado a Eduardo Madina.

Goyo
29-oct-11