Pepe Extremadura

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Hijo de portugués y española, Pepe no tuvo otra ocurrencia -antes de que Saramago hablase- de adherirse como apellido el nombre de la tierra. Ahí lo tienen, en la foto que para mí resume su filosofía de vida: al lado de los consagrados y de los cantores de la calle. Alegre y lanzado lo mismo para apoyar las apuestas de capitalidad cultural de Cáceres o de seguir defendiendo y cantando la sencillez rutinaria de Aldeacentenera.

El jueves pasado fue brutalmente agredido según marcan las directrices de los civilizados juegos de rol. Cuenta Pepe que de forma inesperada se vio en el suelo cubierto de patadas de botas «paramilitares» que descargaban no sé qué tipo de ensayo victorioso. No le dejaron ningún mensaje, amenaza o explicación. Ni siquiera le dio tiempo a ver las caras de los agresores. Una exhalación de odio llenó el puente y el cuerpo indefenso; una de esas «palizas» dignas de salir en los periódicos. Se quedó con un hematoma grandioso que aún le enmascara toda la parte izquierda de la cara, magulladuras varias, contusiones otras tantas y una clavícula rota como si le hubiesen añadido el castigo de impedirle tocar su guitarra durante un mes.

Tiene muchos amigos Pepe, ya le han atendido César y Santiago. Te seguimos queriendo. Arréglate la sonrisa.

Goyo

21-ene-08

Goyo

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