Noticias de G-8

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Ya me atreví a advertirlo antes, los señores del G8 (que tiene un nombre muy feo si se escribe la mayúscula junto a las letras del número) se fueron de Kobe sin acuerdo solvente en espera de que un futuro encuentro los absolviera del pecado original. No importa seguir pecando en Hokkaido con tal que sigan existiendo confesionarios; máxime si son ellos mismos quienes administran las penitencias.

Este grupo, ha llegado a un principio de acuerdo que es el mismo al que llegaron en el 2007, avance que unos bautizan como crisis y otros como desaceleración. El caso es que todos querían una cumbre exitosa que impulsase las apuestas incitadas por la ONU sobre un nuevo marco que superase los límites del Protocolo de Kyoto, que expira en el 2012; este tipo de negociaciones deben terminar antes del plazo que dieron al grupo: a finales de diciembre del año que viene, en Copenhague. Allí está la sirenita esperando.

Sobre lo que han hecho no sé cómo entenderlo; por una parte, se han comprometido a reducir a la mitad las emisiones del gas C02 y por otra dicen que será en el 2050; quizá así, puede que en cuarenta y dos años les dé tiempo a convencer tanto a los que emiten poco, como a ellos mismos.

Antes de empezar el encuentro, se han producido numerosas manifestaciones en su contra, como si supiesen los alborotadores qué iba a proclamarse. Parece que han acertado: la Tierra se irá calentando globalmente a la vez que el cambio climático se irá asentando. Creo que el mejor resumen se constituye en las declaraciones del representante canadiense antes de producirse el encuentro:

“No creo que estemos esperando un acuerdo. Eso se dará bajo el auspicio de Naciones Unidas en Copenhague el próximo año,” dijo el ministro de Medio Ambiente de Canadá, John Baird, a periodistas de camino a Japón. “Lo que esperamos es que podamos dar impulso hacia un avance sólido sobre el cambio climático”, agregó.

Así lo ha dicho: «un avance sólido sobre el cambio climático». O así lo han traducido.

Claro, como era un poco violentillo venirse de rositas, han decidido -esta vez por unanimidad- la resolución más dura que se podía adoptar con el acuerdo de todos los miembros de los países más ricos del mundo (miembra incluida); hay que sancionar a Zimbawe. Algunos dirigentes africanos ya se han pronunciado; el presidente senegalés Abdoulaye Wade, ha cogido un lápiz rojo y ha subrayado:no sirven para nada y a su juicio, podría provocar una guerra civil.

Los países africanos urgieron a los ricos a ver qué pasaba con lo suyo, con eso del hambre, del Sida, de la carestía de los alimentos,… la solución podrá encontrarla en «El Siglo de Tucumán» un periódico que recogerá lo que otros tiran.

Goyo

09-jul-08

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