La cultura de la exclusión

A veces dudo, a la griega, por si no fuese a ser que las tendencias que se imponen en realidad no fuesen más que debilidades de la época. Las debilidades de la época son aquellas que despiertan fácilmente el ridículo una vez que los años del tiempo han calmado la moda.

Por ejemplo, parece que proteger a todo lo que se mueve bajo el paraguas ecológico, es siempre digno de veneración por buen hacer; nada parece más arriesgado en nuestras fechas que declararse ausente de la problemática medioambiental; figúrense declararse abiertamente negacionistas, imagínense, -por fin- que además los discursos, escritos y declaraciones sean abonadas con fondos ocultos.

Hoy miro a los ajos que sembré en diciembre, los veo muy bien acompañados de tamaño y de vecindad; las hierbas diversas, potentes y de color verde hierba crecen con el mismo ánimo. Bien está claro que los abonos y los mimos sirven de soporte, así que en los interespacios ordenados, aprovecha la diversidad vegetal para hacerse notar, presentarse sin ser avisada, manifestarse sin pedir autorización,… incluso poner en peligro la vitalidad del diente que misteriosamente se convierte en cabeza.

La primera foto muestra la compañía definida por las leyes de la Naturaleza según hayan sido las condiciones que hayan asegurado el nacimiento y el crecimiento vegetal.

Con hierbas

Pero la cultura humana del campo, impone un riguroso «apartheid» de razas y tendencias vegetales con tal de que aquello que se pretende cultivar, sea el fruto exclusivo de la tierra y otra cualquier cosa que crezca a su lado, tiene que ser eliminada para bien de lo esperado. Entonces, después de aplicar un ratito de cultura del agro, una razzia de zacho y escurqueo, los ha dejado solitarios y sin rivales que rebajen nutrientes. Solo ajos y tierra, cualquier otra planta ha de ser eliminada, apartada, excluida,…

Sin hierbas

Y así decimos que estos ajos son ecológicos, porque las plantas competitivas se han eliminado por procedimientos selectivos donde no han intervenido ni gases, ni sólidos, ni líquidos. Esto lo tengo que pensar más despacito.

Goyo
06-abr-10
Una banderita para los que siembran ajos.

Bande

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