Si a un grupo de escolares de primaria se le facilita un papel blanco y un lápiz negro y se les dice: “debéis dibujar una casa”, más del 60% dibuja una casa en cuyas proximidades crece un árbol. O sea -y lo ignoro- más de la mitad de la infancia tiene pre-concebido que una casa y un árbol es una especie de pareja indisoluble.
Sin embargo, si la misma prueba se la aplicamos a personas adultas, el porcentaje de sujetos que añade el árbol a la casa, baja a menos del 30%. ¿Por qué esa adulteración? ¿Quizá porque «adulto» y «adulteración» debieran tener la misma raíz semántica?. También lo ignoro.
Conclusión: sigamos siendo niños y creyendo que cada casa nueva que se construya, cada nueva vivienda debe tener su árbol.