Azar y necesidad

periodista

Ya que no sabemos escribir, quememos libros.

Al lado de la crisis económica, todo un ejército de crisis quiere sentarse. No basta con que el Teatro siga estando en su fama; no es suficiente con que nos aticen la conciencia recordándonos que los muertos de hambre engordan a la misma velocidad que aumenta el sobrepeso a nuestro alrededor; podemos seguir con el fraude energético; podemos dar la vara con el engaño abusivo de los medios que deberían facilitar la comunicación,…

– ¿Qué buscamos?
– Aún no lo sé.

Esta mañana he escuchado un corto pasaje de la entrevista que cuatro periodistas afamados han hecho al Presidente del Gobierno. Hablaban de que las tareas decididas el 12 de mayo, entre otras cosas, de las reformas que debieron establecerse, tal como la prohibición de que los ayuntamientos no pudiesen acudir al endeudamiento. A la vez, no sé qué voz femenina, trataba de presentar los nuevos reajustes, o las nuevas decisiones, o los nuevos cambios,… para así intentar traducir las diferencias de decisiones con terrenos pantanosos donde mora la contradicción.

Al estilo de aquel mal perro que tenía el hortelano: si se decide con energía antipopular y el pueblo exige flexibilidad, no es plausible que dos meses más tarde se decida corregir porque ahora toca exigir el rigor que antes se criticaba con dureza. Este calamitoso ejercicio de crítica periodística no sólo rebaja el buen trabajo de estos profesionales, es que ahuyenta toda escucha serena.

¿Parece razonable ampliar los fondos destinados a inversiones públicas ahora que el estado de cuentas lo permite?. ¿Si antes se optó por cercenarlo, acortarlo, limitarlo, arrinconarlo,… ya entonces aquella decisión debe apuntalarse como incorregible?. ¿ Si ante una corrección, rectificación, cambio de rumbo, … se asigna una valoración de contradicción, no le estarán pidiendo a Zp la obcecación ?. ¿Las empresas tienen planes inamovibles?. ¿Los estados no dan muestra de adaptación a la suerte y a las necesidades?

¿Los periodistas afamados son incapaces de presentar cuestiones relevantes, inteligentes y racionales?

Ya que no sabemos preguntar, quememos respuestas.

Goyo
10-sep-10

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