No es la copia burda del libro de Jacques Monod, es que parece que mi azar se muestra desprendido. Hace pocos días pareció abandonarme en la soledad, me enquistó a pesar de la mucha gente que me rodeaba y disfrutaba con la energía egoísta de querer repasar un problema que no era tal.
Ayer cambió.
Me dispuso una tarde repleta de amigos (como niños) a tiempo completo, los hizo reverentes y más necesarios que los dedos de una mano. La polidigitalia era: Juanandré, Isabel, Juancarrillo, Flore, Chema, Manolo y Francisco del Teso, que se dirige a mi en griego clásico cuando me echa flores.
Ayer me faltaban dedos en una mano.
Goyo
18-sep-08