Creo que se aniña el pensamiento trabajando con enanos sutiles. Observé que ella -la niña- sufrió en su cumple por el retorcido hecho que protagoniza la colega que ayer tenía como amiga: no se dignificó felicitándola. Tan solo una falta de atención hace padecer a toda una clase afectiva, de poco servía el alboroto consentido. Eran las dos ellas,… la cumplidora y la vengativa, el resto estaba en celebración; pero no estaba la clase alegre.
Así me presionaba el ambiente para interpretarlo.
Ahora pienso en las setentamil alegrías de l@s que han comenzado -de nuevo- a trabajar. Con solo que a una, a uno, llegase mi felicitación me sentiría cumplidor.
Debe ser muy triste obtener un puesto de cumpleaños y no encontrar alegría en los dirigentes del partido al que uno vota,… porque algun@ de l@s setentamil votará al PP, ¿no creen?.
Goyo
04-jun-09