Con palabras elevadas, las personas decimos que buscamos la verdad porque amamos la Justicia; así, deberíamos entender que cuando fabricamos la mentira practicamos a sabiendas la Tropelía. El periodismo es una técnica de comunicación que funciona con una sabia mezcla destinada recoger, elaborar y hacer pública una información relativa a la actualidad, especialmente sobre hechos novedosos de interés, incluso sobre hechos pasados a los que se les quiere conceder relevancia nueva. Es una técnica depurada y excelsa que proviene y supera al ejercicio de la reyerta de amigotes de barra o al de la trifulca desgañitada de verduleras. Si les parece desafortunada y malediciente la comparación, no me hagan caso y dedíquense a observar tanto algunas afamadas tertulias, como otras algunas alambicadas editoriales de periódicos cercanos y lejanos.
Dicen los buenos consejos, que la Ética juega un papel muy importante es esta profesión, cosa que ningún periodista debe olvidar; pero que debiera exigirse con igual fuerza a cualquier persona que lee el periódico, comenta la noticia o traslada lo que ha oído en la radio. No sólo las personas que profesan el periodismo son las selectas para ejercitar la libertad de expresión según proclama el artículo 19 de la DUDH, también a las que no han estudiado la técnica debemos otorgarles el mismo nivel de libertad de opinión: Ambos niveles no deben confundirse con el nivel de libertad de embuste.
Nunca he asistido a una mesa de redacción; que es el lugar y el tiempo donde se decide cuál y cómo ha de ser la portada y cuáles son las noticias que van en chiquinino; los platos que se elaboran en esa cocina, tienen como destino alimentar o envenenar a la inocente clientela. Por ejemplo, los llantos de quienes no pueden procesionar se presentan ahora más relevantes e impactantes que los que provocan la falta de atención de necesidades educativas y vitales de los hijos, de los que desean tener trabajo, de las urgencias sanitarias,…. Éstas me parecen verdades más poderosas que las otras.
Algunos periodistas bien pagados, han ejercido recientemente su oficio presentando en gala televisiva lo último en belleza, que no es otra cosa que un tratamiento de desintoxicación para los pies. Por mi afición a las dudas, debo entender que está muy próxima la noticia, presentada también por diestros del periodismo, de un nuevo tratamiento de desintoxicación de cabeza.
Goyo
03-abr-13