Muros y recuerdos

 

 

Aunque los muros se rematen con alambradas espinosas y se decoren con garitas de vigilancia, las ideas los traspasan. Más difícil aparece el tránsito libre de las personas de un lado y de otro de la pared; pero como no hay pared interminable o inaccesible, al tiempo prudente y aburrido le damos el oficio de arruinar las murallas y debilitar las defensas. Recordad la raíz y fundamento de la Gran Muralla China o la vana pretensión del muro berlinés. No obstante, el tiempo no es capaz de vencer al idiotismo y ahorita mismo se proyecta otro elevadísimo muro destinado a romper la imperiosa amistad entre gringos y chicanos.

 

En nuestra dispareja condición humana, otro desafío permanente surge al constatar que hay recuerdos alimentados y engordados por el odio y que explotan lo mismo en un mercadillo navideño que en la sala donde se espera sea el ejemplo de lugar de encuentro para el debate de pareceres. Lo mismo nos toca contemplar los efectos de un camión conducido por un loco que escuchar las declaraciones de un presunto cuerdo que se burla de la Ley que juró obedecer y defender. Los recuerdos ocasionan esas trastadas; unas con muerte, otras con deseos.

 

Observo cómo seguimos siendo incapaces de olvidar -para superar- la trágica etapa del franquismo, tanto por la parte que se creyó ganadora como por la parte que se creyó perdedora; las muertes, las prisiones, los hostigamientos, las persecuciones,… conllevan siempre -en todas las culturas, en todos los tiempos- el mayor apéndice vengativo.

 

Pero no tenemos el derecho de olvidar, de mirar a otro lado cuando se descubren -por ejemplo-. huesos de cadáveres que mató la Guardia Civil el 5 de marzo de 1949 en Paramos (A Coruña). O de maquis abatidos y soterrados en cunetas, fosas o esos lugares indefinidos donde se enterraban a los infantes que no se habían bautizado, a quienes combatían el régimen o a quienes se suicidaban. Antes bien, la Ley de la Memoria Histórica nos obliga a todos a sentir vergüenza, entre otras cosas porque, para este caso coruñés, será un equipo argentino de antropólogos forenses los encargados en estudiar los restos para conocer su identidad, dada la repetida falta de fondos en los presupuestos de los últimos cuatro años para esta Ley. Mi duda es si esto me tiene que dar miedo o risa.

 

Goyo

05-ene-17

 

 

Ataque al modelo

Rodríguez_Ibarra

Esto no para. Después de las atroces venganzas entre los grupos combatientes en la nuestra Guerra Civil, después de que el bando ganador persistiese en décadas en la limpieza ideológica con sus miles de ajusticiados y otros muchos más condenados a la tortura y a la persecución ,… después de todo ello ser bendecido y paseado bajo palio, nos sorprende la cruzada de los historiadores con panfleto gordo, en forma de libro serio, escribiendo el prólogo de la beatificación de Francisco Franco. Para mejor equilibrio, conviene articular conjuro y persecución a todo lo que huela a socialismo; así que comencemos por la persona cercana de aquí que lideró idea y gestión durante una generación; a falta de cardenales y teólogos que den la cara, basta con que un monaguillo inicie las primeras acusaciones para que la Santa Inquisición señale a brujas y herejes. Luego nos llamarán a declarar. Mientras tanto, vale el desprecio como aprecio y cualquier calumnia será entendida como crítica libre. El Diccionario biográfico urdido por la RAH no es un “Monumento a la libertad de expresión” como quiere ahora argumentar su director, que confunde a sabiendas el concepto de libre expresión con la libre expresión de calumnias y mentiras. Ahora comienza la biografía del barbas.

La crítica nunca la hemos sabido hacer en esta tierra. Es muy difícil ejercerla porque de inmediato levanta las pasiones escondidas, que no suelen exponerse con respeto, sino a oscuras del anonimato que se consiente y fomenta desde los medios públicos de información lo que promueve un mal entendimiento de la libertad de expresión. La trama de desprestigio aireada contra “El Ibarra” acaba de empezar. La inquina lacerante se reparte gratuitamente en cada esquina, se abona en redes sociales, y se engorda con los silencios cómplices.

El transfondo no está solo en herir a la persona que representa para Extremadura una generación completa, el objetivo de esta contienda es destruir el modelo a base de manchar con tinta lo que hemos escrito entre todos, con la intención de hacerlo desaparecer en el olvido, de arrojarlo a la cuneta, de practicar de nuevo otra fosa común, convenientemente bendecida y de enterrar una manera propia y colectiva de entender a esta región: la emancipación política de la mujer, la extensión de las comunicaciones, el acceso al saber y del derecho a sanarse,…

El olvido es el único perdón y la única venganza decía Borges; se fue y nos nos aclaró si eso nos vale a los extremeños. Esa es mi duda.

Goyo
13-jun-11

Diez años y un día

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Yo no me lo quería creer porque en los bares se alimentan los mentideros. Yo sólo creía que eso pasaba por ahí fuera, en casa de algunos artistas o en familias que tuviesen el apellido Lorca después del apellido García.

Sin embargo, allí estaba. Mirando al norte, en sombra de un muro largo y luminoso, a la izquierda de un camino hormigonado recientemente, que es como se hacen ya los caminos “sostenibles”. El caso se adecenta con la ternura de un folio resguardado en una funda de plástico transparente que protege un poema a una abuela que murió. Allí está la lápida común, comunitaria o comunista; para el caso la sinonimia no se fuerza. La lápida no se sostiene; o sea, la lápida no es sostenible, se apoya en el muro. A la lápida se ha adherido una cruz latina inoxidable y su brazo derecho sí sostiene el poema.

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En el suelo parecen crecer jarrones de flores envejecidas, jarrones embarrados, pétalos descoloridos y emblemas mortuorios semisepultados por la hierba tierna de otoño,… todo revuelto,… así como sobras y huellas de un botellón que hubiesen celebrado los difuntos: “AQUÍ YACEN LOS RESTOS DE LAS VÍCTIMAS DE LA GUERRA CIVIL”. Todo este panorama se presenta gratis y lúcido en el cementerio público de la ciudad de Cáceres.
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Un poquito más al sur, en terreno saneado, con cierto empaque de elevación y en suelo tapizado de mármoles negros se hace levantar un monolito paralepipoidal que al sur muestra una leyenda con letras cobrizas que no quiero decir lo que dicen. A los sus alrededores, unas grandes lápidas de piedra lisa y oscura recogen muchos nombres, también de personas de esas que viven ya en los cementerios para siempre. Esta cuidada atención y dedicatorio me dicen que se ejecutó hace seis o siete años.
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Mis dudas -en estas fechas que hasta los muertos señalan- se cifran en si aún quedan ganadores de la contienda que sostienen este desigual trato; también si los diferentes ganadores electorales hacen los esfuerzos por llegar a una transición o si la jerarquía religiosa dominante sigue sosteniendo las armas de la misericordia y el perdón para mejor remedio de las calamidades que fabricamos los humanos.
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Goyo
Hoy, 25-oct-10, diez años y un día de aquel en el que se abrió una fosa que guardaba los restos de 13 republicanos.