Frases del pollo con gancho.

Desplumados

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Algunas de las frases que me sugiere esta extraordinaria foto tomada de la Wikipedia Commons.

No sé para que sirven las agallas si no estamos dotados de branquias.

Tampoco sé para qué sirve tanto pico si después es cosa que no se come.

Hablar desposeído de ropajes, te convierte en Diógenes tonelero.

Las leyes del «Mercado» son éstas: la abundancia se derrocha, la escasez es ya privilegio.

Basta con limpiar lo muerto, para obtener buen precio.

La crisis despluma para demostrar que eso del mercado es cosa de la Derecha.

A la Izquierda se la calla pasándola por el mercado. Puede hasta congelarse.

(Usted,… ¿es comprador, vendedor, o mercancía?)

Goyo
23-jun-10
El día más corto del año.

La ruleta yanqui

Fusilament

A uno de los cinco fusileros le otorgan un rifle del calibre 30 (que debe hacer un daño de la hostia) pero está cargado con cartuchos de fogueo; a los otros cuatro los dotan de otros sendos rifles cargados debidamente con cartuchos de fuego real y proyectil debido. Para que ninguno de los cinco del pelotón de los fusileros tienda al error, al preso Ronnie Lee Gardner lo decoran (o con-decoran?) con una diana sobre el pecho, lo sujetan a una silla metálica sin electrificar y le salvaguardian los costados con sacos repletos de arena, que será en prevención de cualquiera otra inundación …y más detalles de cristales blindados y tintados, para que el personal observador no sufra esquirlas de ningún tipo.

No sabía yo que la «guerra fría» había diseñado así la alternativa de la ruleta rusa, que tiene cinco huecos y un solo fusilero.

Ahora me voy a dedicar a rebuscar en las llamadas «culturas primitivas» las formas cruentas para solventar las crisis sociales.

Goyo
18-jun-10

Tía Zopa

Tía Zopa

Hay luces que falsean la quietud. Detrás de tía Zopa está la puerta con tablas en crisis, así que no hace falta preguntarle al chozo dónde está el guarda. El estar de la abuela es fabricado, hay una especie de áurea que informa que la mujer estuvo solo así para que la foto pudiera salir; sólo para la instantánea que después la hizo levantarse como un resorte al que se le ha quitado la traba.

La foto entonces es la traba, el motivo ajeno y extraordinario que aparenta lo que no existe.

Ha sido la silla. La silla es la chivata de la historia estática de la foto de la tía Zopa; la silla guarda más certeza que el Carbono catorce. La silla se colocó para el artificio. Una mujer escasa en sillas no derrenga las patas delanteras por las prisas. La silla no está rota, simplemente desvencijada por el stress. Los palos verticales se dispusieron divergentes y torpes de visita.

No así las alpargatas, asentadas en lo llano, dispuestas a seguir otros sitios distintos al reposo. Fíjate bien que los pies no está descansando, se preparan a su espíritu activo.

El regazo vacío de pura luz, las manos agarradas para quietas y la mirada posible de una especie de cíclope lateral que sabe estar en las esencias.

Y luego, la piedra; la negra pizarra pegada con gravedad gravitacional, con ese diseño hurdano que se repite en Cuzco o en las montañas de Nepal. Cada rincón embellece un laberinto, cada piedra acumula un recuerdo, cada hueco muestra un aliento.

¿Veis por qué el negro es elegante?

Era la bisabuela de un compañero, sigue siéndolo.

Goyo
17-jun-10
Dedicado a Esteban Hernández Ruiz.

Cambio o dificultad.

SubprimeCrisis

Son los momentos los que aprietan; es decir, no es una presión constante sino una constancia de dolores aislados. No duele en ningún sitio concreto, pero todos los lugares se quejan. No es una noticia de efectos contables sino rumores que desalientan.

No hay ánimo para rechazar confusiones.

Nos alimentamos ahora de impresiones que se quedan como experiencias sin que existan hechos constatables.

Aprecio gentes preocupadas por su futura capacidad de cambiar su trabajo por dinero; aunque la vea ahora empujando un carrito repleto de productos del «súper-mercado«. El «mercado«, ese sitio deslocalizado donde se trueca esfuerzo, sudor y sabiduría por dinero, también cambia y es dificultoso. Se lamenta ese pequeño empresario con su gran coche. Se derrumba aquel autónomo. Mengano dicen que lleva tres meses de «baja». Las inspecciones laborales aumentan, también las denuncias. La economía sumergida mantiene a flote el enredo y engaño social. El Presidente del Gobierno está más delgado. El señor de la oposición engorda y acumula grasas de santo Job.

Son momentos de cambio o dificultad, dice el «libro gordo» de María Moliner; el Diccionario de uso del español. Y el adjetivo que nuestro idioma dispone para las personas afectadas por esos cambios y esas dificultades es críticos, o críticas. Las personas que de un modo u otro estamos afectadas por la crisis debemos denominarnos críticos, en el significado de que estamos en el crítico momento. No nos conviene solamente el significado de «crítico» como persona que ejecuta la acción de juzgar, que es juiciosa, resuelta, decidida. Lo que más nos conviene saber es que este es el momento, o punto de una situación tal que de lo que se haga u ocurra en él depende el éxito o el fracaso.

Ya no solo afectan los hechos evidentes, sino que las ideas, las murmuraciones y las opiniones; que se traducen en efectos más poderosos que pudieran fabricar otros hechos evidentes.

Las nociones que precipitan hechos y sensaciones como si de hechos proviniesen las puede hacer cualquier grupo o individuo con cierto poder de expansión de un criterio. El que se produjo ayer, desde un periódico alemán, puede servir de ejemplo preclaro de cómo se puede atacar al mismo tren europeo desde la misma locomotora. Quizá hurgando ya no hay locomotora.

Ya estamos en el momento culminante, preciso, decisivo y supremo,… y es el oportuno: aprendamos a ser críticos en el pensar y en el juzgar.

Sea usted libre al viejo estilo.

Goyo
16-jun-10

Afganistán: más razones para más guerra ?

Papaversomniferum

Mirad, leed, pensad,… fijaos de dónde viene tanto ardor guerrero. Ya nos han mostrado las poderosas razones del laberíntico sistema de guerrillas y caudilletes en aquello que fue Congo belga; ahora parece que le toca el turno a Afganistán: geólogos usáticos han descubierto ingentes yacimientos de minerales sin explotar por un valor de casi un billón de dólares en Afganistán, incluyendo vastas reservas de cobre, litio, hierro, oro, niobio y cobalto. Ahora busque y aprenda, por ejemplo, para qué se utiliza el niobio y el litio.

Ahí lo tenéis, el país de los afganos, que pese a que casi todas estas cosas se conocían a final de los años 70, en 1995, este país que es un poquito más extenso que el nuestro, ocupó el puesto 192º entre los 192 en el ranking de países según el consumo de calorías de su población. Miles de personas carecen de alimentos, vivienda y asistencia sanitaria. La guerra diezma las tribus, que suelen emigrar a la vecina Pakistán.

Para mejor pasar estos «viajes», deberemos entender que -para algunos- una buena evasión opiácea es la mejor lucha contra una mala invasión.

Goyo
14-jun-10

Agrícolas

Aceitunas

Me he venido al campo a escribir, por si así mejor contemplo la duda agrícola. Los racimos ya han decidido que uvas serán y qué florecillas han de caer aunque sea encima del teclado. Hay dos gorjeos distintivos de los gorriones; los de la nueva generación y los otros. Los dos olivos de ahí al lado parecen primos de la parra: tienen la muestra abundante y mezclada en flores. Las lechugas, cuconas. Los pínzoles, para simiente. El abeto dejando agujas,…

La primera duda que puede tener un agricultor es conspiscúcea. Los periódicos afirman que la UE seguirá dando fuertes ayudas al campo más allá del 2013 y la señora ministra nuestra reconoce que aún no se sabe el presupuesto de la Política Agraria Comunitaria. Como ahora toca dar donde sea, ya ha habido expertos en exigir la dimisión de doña Elena por tal grado de ignorancia, que para quedar new progre, hay que calificarla de “supina”, aunque el catedrático -o catedrática- de crítica haya olvidado de dónde coño viene eso de “supina”.

Bruselas -que debe ser muy estudiosa- dicen que estudia crear un seguro que garantice una renta mínima al agricultor. Quizá pensando en otras cosas, los agricultores han protestado derramando “aceitunas y vino” los dos frutos más cultos de nuestros campos. Protestan para que haya precios justos, que a la fama que pasean hoy las señoras Economía y Justicia, dudo yo que se avengan; ya me dirán ustedes lo que entre ellas podrá haber.

Y luego percibo que están paseando al nuevo patrón, que se llama Dacian Ciolos, que debe haber producido ya algún milagro porque había pancartas que rezaban casi la misma adoración que decora a cualquier billete norteamericano. El señor Ciolos es rumano; su historial académico y político sirve muy bien para colocarlo en cualquier altar chiquito, quizá no tan adorado como los miles de rumanos que cultivan en silencio muchos de nuestros campos con salarios callados.

Y esa es mi duda, si no cambiaremos al pensamiento de la cabra, la trompeta y la escalera.

La tarde es calurosa, el aire no está acondicionado y las hormigas no conocen descanso.

Goyo
07-jun-10
Una banderita para los campesinos.
Bande

Trabajar a ritmo 3/4

hardwork

Dicen los libros y las historias – que Alá y San Jerónimo sabían más- que de la Gran Depresión diseñada también por los Señores de la Bolsa, se salió en parte gracias a creer en la apuesta de que era posible funcionar modernamente permitiendo al obrero una jornada de ocho horas y un salario a sus cuentas -a las de ellos

Bueno,… y así parece que se enderezó todo hasta el punto que, por procesos democráticos o escopetacráticos, algunos países del contexto europeo abrazaron dictaduras tan delirantes, que aún persisten los recuerdos de su histórica memoria. No será verdad que la crisis provocó el sarpullido dictatorial; pero algunos pijos aprovecharon el aire, con la misma fuerza que un montón de imbeciloides creyeron que «Nazi» era la abreviatura de «nacional y socialista».

Que lo quería decir es que si se reparte el pastel laboral, es posible que toquemos a menos trozo pero más apetitoso.

Lo de trabajar menos de ocho horas diarias puede ser apetecible; pero estamos habituados a que los servicios de lo que denominamos «Estado del Bienestar» permanezcan en funcionamiento a cualquier hora del día y en cualquier día del año. No queda entonces otra salida que repartirnos entre servicios y días.

Ignoro qué condición teocrática impuso que la cosa temporal debía ordenarse en periodos del incómodo número siete; que aunque siga siendo mágico, ocasiona tendencias egoístas: todo el mundo se apunta a descansar sábado y domingo; incluso ya hay quien defiende que también el viernes. Y resulta que los niños, las atletas y los neurólogas también se pueden poner malitos el sábado, tienen un accidente deportivo el domingo o requerir los servicios de la policía el viernes. Conclusión: estamos acostumbrados a no dejar descanso a los servicios públicos durante el triduo de cada fin de semana.

Pues quizá sea menos malo acordar que podríamos trabajar, y alternar periodos de trabajo de tal forma que quien decida – o se le imponga- trabajar ocho horas el periodo lunesmartesmiércolejueves, descansará el periodo viernessábadodomingo. Y viceversa. Con posibilidad de intercambio, alternancia y demás ajustes.

Puede que incluso así la gente deje las bajas por enfermedad para los días de descanso y los servicios públicos mejoren en salud.

Pero lo más afortunado serían las condiciones de intercambio comercial y social entre pueblos y ciudades, entre orígenes y destinos, con el consiguiente relax de no saber qué fin de semana es el más apetecible; si el que comienza en lunes o el que acaba en domingo.

Todo esto y mucho más en este rinconcito.

Goyo
02-jun-10

Cómo se procesa la información.

Carroheno

Yo iba dirección a la escuela. Tempranito, que me gusta acicalar bien el aula para cuando la peña llega. Pero he aquí que a esa hora mañanera, otro sabio más madrugador ya había segado las hierbas. Vi el carro como a eso de un kilómetro y en pocos segundos se fugó por el camino que recorre contrario a la carretera que me lleva a Cáceres. Pienso entonces como a noventa por hora y, al llegar a la rotonda, doy una larga cambiada y desando el trayecto para perseguir al carro.

Apenas habría andado el carro unos doscientos metros, así que me daba tiempo de llegar de nuevo al pueblo y enfilo en camino, que es la Real Cañada Socriana Occidental, y me voy a su encuentro. Paro y hago la foto que muestra la venida.

Le pregunto para más certeza: ¿Le hago a usted una foto?. Y levanta los dos brazos por si no fuera suficiente encogerse de hombros y decirme sí con la cabeza. Entonces dice: «so«. Así de seco y de potente suena la orden en la mañana y se paran los cuatro como si la foto fuese lo único que habría que seguir haciendo.

Se fijan los dos lebreles al suelo, a la vez. A la misma vez se para el mulo. También a la vez se queda quieto «El Vaca» para que el fotógrafo no tiemble. Así es el momento.

Carroheno1
Después nos vamos todos, unos hacia el norte; el otro hacia el sur.
Carroheno2

Pues muy bien, ¿y qué creen ustedes que se puede aprender con este caso?

Goyo
31-may-10

Solo hombres

onlymens
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“Las golondrinas no se matan,… que le quitaron las espinas al Señor”
. Esa era la cantinela y advertimiento de mi madrina cada vez que nos veía en pandilla armados con tirachinas. “… además, la carne de la golondrina está mu mala; la los gorriatos, sí”. Este ha sido el recuerdo que me facilitado la buena noticia del pasado miércoles.

El sabio Ateneo -perdón por la redundancia- nos ha contentado con una cuidada atención volviendo a dar brillo a las figuras que ya se ilustraban ellas mismas. Cuatro biografías de cuatro personas relacionadas con la vida política, social y cultural del pasado cacereño se presentan como primera tanda de reconocimiento y refresco que necesitamos; no sólo por las calores que vendrán, también por las frescuras culturales, sociales y políticas que nos arricen; y así, recordando, puede que nos contentemos con la templanza. Cualquiera de los cuatro personajes elegidos para el inicio (Narbón, Crehuet, Galarza y el Zahorí) merece la alegría, incluso de aquel riguroso trentino capaz de excomulgar a las veneradas golondrinas de mi madrina. A mí me apasiona el que sabía encontrar agua, hablé alguna vez con Narbón y me entristece la historia de aquel Garzón de los años treinta.

Con el patrocinio del Consorcio “Cáceres 2016”, una larga lista (Álvaro Gómez Becerra, Joaquín Castel, Ángel Pérez, Leocadio Mejías, Muñoz Chaves, Antonio Canales, Publio Hurtado, Benito Boxoyo, Carlos Callejo, Eugenio Frutos,… ) todos con duda razonable para preguntarse por qué cualquiera de ellos no habrá podido ser el primero de esta primera tanda tan alegre y diversa.

Pero me lamento que en la cola no se haya escrito el nombre de ninguna mujer. Quizá no sea la duda, sino la certeza de trato al recoger lo que se hace, lo que se dice o lo que se escribe. Mi madrina, que era de Casar de Cáceres, decía esa cosa de las golondrinas; lo mismo hay mujeres más notables repartidas por las historias cacereñas que dijeron o hicieron algo más atractivo que aquel jefe del episcopado.

Goyo
24-may-10