Es que somos malos…!

No es la primera vez que observo cómo creamos arriesgadas interpretaciones de lo que ocurre.

Ahora ocurre que por estos sitios del oeste ibérico no llueve tal como la memoria colectiva dice que debería llover. A esta constatación contrastada, se suma la abundancia de noticias procedentes del noroeste, recordándonos así que se sigue mojando lo que llovió ayer;… y se suman las intempestivas tormentas mediterráneas de otoño, allá por el este.

Y en estas tierras nuestras, habituadas antes a refrescarse según el santoral, no llueve. («La otoñá verdadera, por San Bartolomé, la primera» (24 de agosto). Se nota que no llueve no solo porque el cielo aparece despejado con rutina o no solo porque los pequeños lirios de septiembre siguen ocultos bajo tierra, retrasados, escondidos, temerosos,… Se nota que no llueve porque el ánimo visual espera ver marrones de suelos humedecidos y apuntando en verde; y sin embargo, persiste el marrón desértico que ya se compuso desde mayo. Ni siquiera han dejado vivo al claro pajizo de los cardos secos.

No creo que las vacas dejen los cardos para postre.

Vacascomiendona

«No llueve». Comento con un amante del ganado, que además es ganadero. Y me mira aireando la cabeza: «Es que somos malos. No llueve porque yo creo que somos malos».

Tampoco creo que las vacas puedan comer el excedente constructivo.

100_2031

Ya dijimos que sacar el santo en procesión cuando el cielo no promete, era cosa de cura torpe; pero debe investigarse más seriamente la influencia de la Ética en el Clima, lo mismo es más fructífera que su influencia en la Política.

Goyo
23-sep-09

La basura como pandemia

basura

Yo creo que los mayores recurrimos a los recuerdos infantiles porque desconfiamos ya de los frescos frutos mentales y preferimos los de conserva enlatada; tú abres una lata de niñez experimentada y nacen de nuevo valores que ahora mismo siguen pisoteados.

Por ejemplo, aún sé ubicar exactamente -al lado del cementerio de mi pueblo- el lugar reservado para almacenar la basura de todo el vecindario casareño hace medio siglo. Estaba en la zona propia de los estercoleros, verdaderas fábricas de abono orgánico que equilibraban los desechos ganaderos y los provechos agrícolas; pero el montón de basura se componía tan solo con cenizas del picón de los braseros, algunas chapas de botellas de cerveza y algunos cristales rotos. Las latas se había recogido previamente, al igual que los trapos y las suelas de crepé para vendérselas al trapero, que las cambiaba por dulces algarrobas. Y mi pueblo entonces tenía seis mil habitantes y el montón de basura apenas ocupaba cien metros cuadrados y escasamente llegaba al metro de altura y que no era visitado por los pájaros, que preferían picotear en los estercoleros.

Cuando el Desarrollismo hizo su función, aquel montón inerte y gris desapareció porque los nuevos y extraños olores de sobras modernas, molestaban a los muertos y hubo que dedicar un terreno grandioso y apartado al nuevo desperdicio. Y entonces fue la época en la que se instaló la creencia de que había que quemar los residuos domésticos, quizá tratando de imitar aquel tiempo de cenizas.

Como la riqueza y el nivel de diversidad de especies de desechos fue aumentando con tanta porfía, vimos nacer grandes empresas dedicadas al tratamiento de los RSU, que es la manera fina de llamar a los subproductos de la nuestra civilizada forma de consumo. El sistema de abuso que acarrea nuestro actual derroche, apunta a que cada persona de esta región produce más de un kilo de basura diario, cosa que además de pesar, le da por oler mal; así que las autoridades pensaron que con unos buenos depósitos repartidos por las calles, podría el vecindario verter su basura según voluntad. El hecho resultante es que las calles están plagadas de estercoleros a los que no van ni los pájaros.

Que pongan más. Que los laven. Que los incrusten. Que los escondan. Que sean nocturnos. Y así seguimos, a la sana imitación de lo sobrante, produciendo basura en el razonar, con tanta abundancia, que infectamos la radio, la tele, la prensa y el bar.

Hasta dicen que el infecto se recrudece, fuera de los bares, con savias jóvenes al terminar la semana, en lugares aún sin denominación de origen, porque el destino que nos encajona, prohíbe que se planteen dudas. Y esta es la desechada duda de esta semana.

Goyo
21-sep-09

Inclinaciones hacia el verde.

Pues va a tener que seguir siendo misterio reducido: el pasado martes sugería una especie de adivinanza fomentada por una foto que presenta cachivaches diversos de procedencia incierta; había compuesto un post explicativo e ilustrado para que contempláseis el proceso indagador. Una serie de fotos conducía la prueba desde el principio hasta el fin; pero resulta que se apreciaba con claridad la marca comercial y no quiero yo dar a entender mensajes dañinos. Así, la foto misteriosa del pasado martes, no es otra cosa que el interior de una especie de barrilito de cinco litros de cerveza.

La cerveza y el vino siguen demostrando su valía si es la moderación el criterio de uso; y en mis creencias, me es molesto abrir una botella de vino con tapón de plástico, y sigue siendo más fresca y apetecible la cerveza de barril que el congelado botellín. Esos gustos me causan los consiguientes prejuicios.

Observando el barrilito doméstico de cerveza, me pregunté qué es lo que en su interior -además de cerveza- guardaba el recipiente.

La primera foto, debería haber sido la de un barril ya caduco y ligero en peso,… que podemos encontrar en cualquier contenedor amarillo (es un decir), que es imposible abrirlo con un abrelatas normal y hay que utilizar otras herramientas; pero ya digo que, como en el reportaje fotográfico se veían las letras, las formas externas y los colores, he decido prescindir de ellas y tan solo aportar las esencias.

Una vez abierto el recipiente -el proceso es atractivo y revelador- desbarato el orden interno y despego la bombonita blanca que está fuertemente adherida al fondo del barril con una especie de silicona.

5Sacando

Ahora dispongo todo bien ordenadito, que es la imagen que os mostraba el pasado martes.

6Piezas

Abro la bombonita, también fuertemente sellada, y os presento su contenido; creo que es carbón activado.

7Carbónfinal

Para mayor abundancia de componentes, habría que añadir otras piezas, artilugios y envolventes que acompañan al barrilito; esa indagación la dejo para ustedes.

En fin, lo que me pregunto es si para tomarnos cinco litros de buena cerveza es absolutamente necesario tanto derroche tecnológico.

Goyo
18-sep-09

¿Qué creéis que es esto?

Piezas

La foto muestra una especie de bombonita blanca, sellada herméticamente con un artilugio metálico raro que cierra la boca,… y en sus proximidades he dispuesto tres piezas de plástico, un tubito de plástico y otro cierre (sobre la bombonita, arriba a la izquierda) que ha dejado de ser hermético porque el alicates lo ha tenido que destrozar para sacar lo que veis en la foto.

Pero ¿qué creéis que es esto?. Indagad, aventurad, confundíos,… el viernes tendréis la solución.

Goyo
15-sep-09

Sostenerla sin enmendarla

Un extenso reportaje sobre los pensamientos, los proyectos y las pocas acciones que nuestro gobierno transparenta una especie de orientación desordenada, confusa, incluso indecisa.

Todos sabemos que se acerca la plaga, todos conocemos que el conflicto ético lo estamos fabricando para nuestros descendientes, todos alcanzamos la comprensión de que tanta vivienda no cabe en un campo de futuro, todos asienten del alejamiento inmoral al que castigamos a los otros seres vivos,… y ni siquiera se perciben los primeros pasos para una revolución verde, para una sociedad del bienestar ambiental, para muchos más escándalos que se acumulan en la lista de espera.

Yo ya lo expresé suficientemente contrastado con el grandioso ejercicio de credulidad que puede fabricar un mitin; el pronunciador, así lo dije, no se presentaba con las ideas lúcidas y relucientes; diríase que álguienes, algunos, algunas y mucho? de su entorno no acaban de creérselo. Me siento más convencido, más obligado y más convincente para seguir exponiendo mis ideas; sobre todo porque me creo el sitio que fabricamos a diario.

Pues la economía ya no puede sostenerse. Ya hemos acusado la sangría. No se aplaudan con tanto clamor «las renovables», que lo mismo estamos sosteniendo la antigua economía con nuevas burbujas. ¿ Nadie se pregunta cómo una clásica empresa de la vieja escuela, Iberdrola, se dibuje tan campesina y tan verde? ¿ De verdad que la empresa que propaga que echemos una mano al medioambiente está traicionando sus queridos pasados y desea cambiarlos por otros menos agresivos?

¿Qué más plaga hay que sufrir para dejar de sostener a astuta y vieja economía?. No me vale solo un nuevo nombre.

Goyo
A punto de ser de nuevo Día de Extremadura.

06-sep-09
bandemita

¿Por qué los árboles saben que fue el mes de julio?

Ellos, los árboles, no fueron a estudiar Historia y desconocen que éste es el mes dedicado a César. Los historiadores dicen que César admiraba a la higuera; no solo porque duplicaba en cada anualidad su cosecha -ya brevas, ya higos- sino porque era el único árbol que además de dar sombra regalaba frescura al transpirar. La sombra de la higuera la sabemos apreciar los que no somos emperadores. El caso es que yo no quería escribir sobre el nanoclima de la higuera sino sobre el clima humanoide del mes de Julio.

El mes de Julio es el altavoz del infierno que planifica el Sol en el hemisferio norte. Los árboles han de saberse ya abundantes en raíces que consiguen agua escondida para soportar el mal trago. Los árboles, que distinguen en su quietud las diferentes clases de aguas, temen las obras públicas y privadas de este mes. Los movimientos ecologistas se mueven menos, los contratistas del plan Eñe se escudan con el antiparo y los árboles resisten con su silente porte el rugir de las máquinas que cambian raíces por baldosas que, clandestinamente, esperan a que llegue el invierno para moverse (baldosas y raíces).

El caso es que donde había árboles con sus raíces, hay mortero sobre zahorra. No siempre es así la regla; pero sucede que algunos protectores con banda anticrisis hacen su julio y agosto recordando -pecho en alto- que ellos también tienen sentimientos;además, obedecen lo que deciden los técnicos y los políticos.

Muchos técnicos en Obras Públicas y más políticos en las mismas cosas -o al revés-, no acostumbran a descubrirse ante un arbolito que guarda quince años de atenciones y no supo en un principio colocarse en el sitio que el Plan Eñe, el político, el técnico, el contratista o el maquinista entiende que ha de ser la línea correcta.

Mire usté, nosotros estamos aquí pa trabajá; si elarbo estorba, se quita el arbo. ¿sabe?.

Algo del Plan Eñe y algunos políticos y demás derivaciones de julio y agosto, ocasionan largos paseos encintados de hormigón donde no se han previsto árboles maltratados: unos por erradicarlos, otros por radicarlos en la estúpida sabienda que certifica la muerte certificada. Es muy fácil aprender: no deben sembrarse árboles en julio: se cabrean.

Muchos árboles son condenados por el infierno de los fuegos, algunos otros se suman con la bendición hipócrita de esta crisis que desconoce corduras.

Me han dicho que el próximo Plan Eñe se va a concebir para ayudar a nacer bosquecitos, verdear los pueblos y ciudades, monumentalizar los campos y dignificar a pastores y labriegos.

Otro día les hablaré del mes de agosto, que se le puso ese nombre en honor a Augusto, que fue otro César distinto a Julio; pero más caliente.

Y después escribiré sobre septiembre, que no es mes imperial.

Goyo
04-ago-09

Guindillas

Perros y sombra

Hace un calor que ya lo quisiera diciembre norte. La sombra no llega a la vertical celeste. La pared que me sirve de reloj -es también un reloj de pared- me dice que el sol no ha llegado al zénit. Tengo al menos tres cuartos de hora de sombra aireada y no sé cual de ellas elegir. Llamo a los perros, y aparecen. Sigo el rastro de dónde han venido. Les pregunto para saber dónde estaban y no contestan. Me inclino por deducir que estaban en la pared oeste del edificio. Les invito a que se vengan conmigo. Caminan alegres y nada más ven sentarme,… se reposan sobre el suelo sombreado. He acertado.

Mientras me sosiega la tarea, los perros intentan juguetear con mi trabajo. La tarea es pura improductividad, nula competitividad, cero patatero subvencionable, desanimosa en el pantano mercantil, ajena a la PAC europea,… solo para ser digna de una hojita de bitácora, de una vacación mental, de un disfrute intransferible. Sobre todo, porque -mientras- escucho el programa “siglo21” de RN3.

Sombrayperros

Anudar guindillas de las que he sembrado, para regalar algún colgaero a los cercanos, para disponer de reservas de futuros guisos, para extasiarme con la sabiduría práctica del nudo ballestrinque,… para domesticar a los perros y celebrar que el sol -otra vez- ha llegado a lo más alto gracias a mi ayuda,…

Y estando allí -en lo más alto-, primero me anuncian los perros que el sitio ya no les gusta, después el sol alumbra repleto lo que antes era sombra y por fin cuelgo mis trofeos sobre la blanca pared.

Guindillas

Ahí están, eso es algo de lo que he hecho hoy.

Goyo
28-ago-09

Menos mal que ya estamos más locos (un chupito de petróleo)

Fuente

Hace ya un montoncito de meses, propuse una cabellada idea para que los reunidos nos sintiéramos más cerca de la cordura anticonsumista. Yo soy un miembro del Consejo Rector del Colegio Mayor Universitario «Francisco de Sande«, institución dependiente de la Diputación Provincial de Cáceres. La propuesta que lancé nacía de la observación que me merece la vista de la mesa de reuniones: si estamos nueve, hay una docena de botellitas de plástico sobre la mesa, unas llenas, otras a medias, otras vacías,… La propuesta era tan fácil como arriesgada: que por qué no tomamos agüita fresca de la red, que bastante rica y sana se nos presenta. El caso es que por agradable unanimidad acordamos eliminar el uso del agua embotellada por hacer también honor a tan desestimado servicio público.

Lo decía porque el Ayuntamiento de Cáceres -como otros muchísimos ayuntamientos más- se esmera diariamente en servir agua potable y recién tratada a través de la red, cosa que parece que no ha sido suficientemente observada, conocida o reconocida; y que cuesta un pastón asegurar el suministro salubre y abundante, muy a pesar de las averías o deficiencias que les son dadas a cualquier ayuntamiento en este delicado servicio. El caso es que cualquier municipio de nuestro país elabora, facilita y distribuye agua potable para el vecindario. Y el vecindario responde comprando agua embotellada a un precio cientos o miles de veces superior. Y eso me venía dando la vara hacía mucho tiempo.

Para mi loca suerte, me entero recientemente que un pueblecito australiano, Bundanoon, tiene unos representantes municipales que han acordado, por unanimidad, prohibir en su pueblo la venta de las aguas de sus manantiales en botellitas de plástico. Las razones que articulan no son despreciables: extracción, embotellamiento, montaje, etiquetado, transporte, residuos y desperdicios para beber carísima el agua que de allí mismo sale. Que si nos fijamos mejor, resulta que cada litro de agua ha requerido también un bumboncito de petróleo para elaborar el recipiente de un solo uso.

A ver qué pueblo se apunta otro tanto, qué casa se aplica el cuento y que otro locate se arrima.

Goyo
24-ago-09

Le vamos a regalar a Bundenoon una buena Bandera Medioambiental.

Bande