Tortura digital

 

 

 

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Esa foto que veis es la de mi pulgar de la mano izquierda. Una brizna de la corteza de un rama de almendro se incrustó finamente entre la uña y la yema. Lo que en un principio pareció que había sido minuciosamente retirada, pasado un día, el dolor siguió anunciando que aquello seguía de okupa, que no estaba tan desinfectado como se pensaba y que “todoslosgolpesibanapararahí”.

 

Otra gente experimentada en este tipo de accidentes quejicas, me dijo que lo mejor era dejar pasar el tiempo y cambiar la molestia por el recuerdo de lo que está pasando en Guantánamo. Así lo hice y ha curado en forma de corazón.

 

Que acaben las torturas en Guantánamo, que puede ser la forma de reducir las otras invisibles y frecuentes.

 

Goyo

19-dic-08

 

Rompiendo cristales, cosiendo amistades

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Fue como un calentador de pies; hacía fuera un frío de esas cosas que algunas personas tienen en la entrepierna y dentro, el llenazo alimentaba el interés. Alfonso Guerra reposó un discurso de emociones cultivadas hacia su amigo Juan Carlos, con el pretexto y el contexto de la presentación del libro; y esto hizo que buena parte de la audiencia olvidase el frío de la noche y se empapase de la homilía laica de aquel librero sevillano. Habló muy bien de su parecer y pareció muy bien lo que habló.

 

Sirvió de mucho la presentación del libro “Rompiendo cristales” para crear el ambiente de cercanía en amistades para esta tierra extremeña; tierra que termina/empieza en caprichos que conviene seguir “expropiando”. Sirvió tanto que sirve de Omeprazol para digerirlo sin dipepsia. A mí me sirvió incluso para reconocer y agradecer a i/ lo que sigue haciendo por cómo le responden los amigos y por cómo lo reconocen sus mismos enemigos.

 

Pero lo que más deseo resaltar en estas reflexiones es la valentía de Alfonso Guerra para tratar el tema de la muerte tal como presentó el recuerdo de aquella parada cardíaca del seis de noviembre. Hay que hablar y saber hablar de la muerte como fenómeno real y próximo, como necesidad inherente a todo que es vida; porque es así una forma elegante de reconocerse vivo y de saberse tan útil como limitado. Ese sí que es un amigo público.

 

Hay que seguir haciendo muchas cosas, aunque sirvan de molestia, aunque supongan incomprensión. Hay que seguir rompiéndose la mollera, aunque con ella se rompa algún cristal. Se trata de tener buenos amigos.

 

Goyo

17-dic-08 

 

(i/) es la forma Twittera de decir Ibarra

 

Mis votos al Premio Enrique Padrós

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Enrique, la gracia del tiempo nos hace repetir la oportunidad de avivar tu memoria con dos premios de hondura política; uno llega destinado al personaje que trabaja con la intensidad superada de las 65 horas. El otro, Enrique, lo destinamos al personaje que lo mismo supera en convicción y compromiso al anterior; pero que -dicen los expertos- no escribe un blog de profesional político.

 

En esta tesitura, defenderé que el doctor -que simula su ciencia en el teatrero granwayomin– debe seguir haciendo cálculos para mejorar la aguda forma en que hace aparecer las noticias. Máxime si hay abundantes ayudantas que no muestran miedo a defenestrarlo; lo mismo seguimos ganando opciones. José Miguel Monzón, el «Gran Wyoming» con sus «Asuntos y cuestiones» es mi mejor propuesta. Envidio su vinagre sanitario y su humor sublime. Repito intento del año pasado y espero que tome buena nota el Andreu Buenagente, a ver si aprende.

Como blog político de personaje ocupado en buscar las soluciones más hábiles al complejo sentimiento vasco, mi decisión descansa en Francisco Javier López ÁlvarezPatxi López.com . Él se merece nuevas alegrías que alimenten su incansable confianza en la paz, en el rigor del respeto a la vida y en el exigirse generoso. Patxi lo necesita, todos los vascos lo necesitan. Por ellos, para ellas,… que venga pronto la quietud de los valles.

 

Goyo

17-dic-08 

 

 

 

 

 

 

Ripios para Rosa

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 Rosa, la de aquel lugar

donde no hay vacas ni ovejas

por el Twitter nos da quejas

de que no puede comprar.

 

¿Qué no puede comprar Rosa

aunque tuviera millones?;

pues que no hay queso en porciones

de la marca “El Caserío”

 

— Y como no hay Caserío,…

ahora, ¿de quién me fío?

Y le responde Tovar:

— de la Torta de Casar.  

 

 

  Goyo15-dic-08 

La zapatilla como método pedagógico

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A vueltas con el criterio, que dice nuestro diccionario que es la “norma para conocer la verdad”; también dice que es “juicio o discernimiento”. Sinceramente, yo me sentiría feliz y contento con solo conocer la mentira; incluso me sentiría sabio. Hay otras personas que estudian para que la ceguera anímica dé paso a la luz que resuelve la duda; por ejemplo: los maestros, las madres o la elevada judicatura. Otras labores y oficios también exigen discernimiento, juicio y verdad,… hasta en el ser niño se requiere instalar ese tipo de herramientas, si no fuera esa la creencia, no tendríamos por qué tener escuelas.

 

Pues resulta que un niño le tira una zapatilla a su madre y ésta le responde con un tortazo que utiliza el niño para que la Justicia indague y se dedique a discernir; por otro lado, las enfermeras de un clínica incitan a un sindicato para que la Dama Ciega decida si hay que sanar con cofia y pilorriza. Los representantes terrestres deciden en el primer caso que la madre debe ser separada en tiempo y forma de su hijo, y en el segundo, que las enfermeras deben vestirse como la ocasión que la empresa discierne, que para eso hay crisis.

 

Ninguno de estos asuntos alcanza la enjuncia de la casa y caso de un parado, luego debiéramos darle su dosis de importancia.

 

Pero la cordura sigue en peligro: dicen los medios que ayudan a informar, que incluso la Fiscalía sigue indagando para estudiar si es posible que la madre esté tiempo más largo lejos del díscolo. La razón que a mí se me presenta sin pedir permiso, es que así también estará más lejos de la zapatilla.

 

Goyo

12-dic-o8 

(La hermosísima foto está tomada de http://www.photoshop-designs.com/galeria_fotografica/) 

Otra ocasión para no morirse tonto

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Pregunta ahí mismo, a ese lado que aparece ocupado por esa persona que está al corriente de lo que pasa. La primera pregunta que debes plantearle se hace para que sepamos, aunque sea de media vez, cuántos millones de Euros ha facilitado el gobierno a los bancos. La segunda, si se responde, nos debería decir desde qué fecha los bancos tienen esos dineros disponibles. Si todavía resiste, lo mismo es capaz de soportar una tercera pregunta para que nos aclare cuánto de ese dinero se ha repartido ya entre las empresas necesitadas o por los hogares con estrecheces. Digo esto al mundo de los vivos porque esta mañana, en la Cadena Ser, los expertos en pistas financieras se hacían preguntas que incitaban a éstas que acabo de plantear.

 

¿Hay algún banco por ahí que haya puesto el cartel de “Aquí hay billetes”?

 

Los expertos que he escuchado afirman que muchas de las empresas siguen en esta situación: contratan un trabajo o servicio, lo ejecutan, para ello gastan y pagan personas y materiales, pasan la factura al cobro y,… a esperar “comprendiendo” que es que estamos en crisis; mientras, lo mismo ya han contratado otro trabajo que debe ejecutarse, para pasarlo al cobro, etc, etc… Las distancias entre el remate de faena y el cobro efectivo son cada vez más largas, impredicibles, escurridizas,… todo el mundo buscando la pasta haciendo el tonto mientras tanto.

 

Mientras ese tanto, ¿dónde están y qué hacen los dineros inyectados?

 

Cuando suena la palabra «Filosofía», o bien se desata el terror, o bien una carcajada, o bien la bizquera del sordo («¿filo qué?»). Eso contaba Félix De Azúa. El primer caso atañe a quienes creen que la Filosofía es como la Física Cuántica, cuando sólo es su fundamento. En el segundo caso es seguro que se ha dicho en un contexto como «la filosofía del entrenador del Real Madrid». El tercero es el más general y simpático. Sin embargo, la Filosofía es lo más simple del mundo: es «el arte de hablar exclusivamente de asuntos que a todos conciernen«. Eso sí, deben concernir a todo el mundo, no solo a los geómetras o a los peluqueros, no solo a los inteligentes o a los tontos. A todo el mundo. Parece una condición imposible de cumplir y sin embargo es la única sin la cual no hay filosofía.

Por ser difícil de cumplir, la filosofía es infrecuente; le sigue pasando lo que ahora le ocurre a los billetes.

 

Goyo

11-dic-08 

 

 

 

 

Criterio

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No acabamos de ordenar el criterio. Quizá Jaime Balmes tampoco nos lo hizo fácil y aparecemos todos los días con una situación que hay que superar. Tres alumnas me dicen que hoy desean trabajar menos porque se acercan las Navidades y yo no tengo ni ganas de hacerles entrar en criterio: “…pues decidle que se alejen, que tenemos muchas cosas que hacer”. Desde el Twitter, Loreta se queja de su sol vasco oculto y su lluvia atosigante y dice tener envidia de la mañana soleada con la que hoy se viste Extremadura; poco antes los ganaderos de mi pueblo lamentaban que ya la lluvia parecía retirarse. Mi entrañable Chiqui recoge y nos presenta el edredón holandés con imitación mejorada del cartón de la nueva nevera, y yo le comento que en algo me entristece aunque la ayuda es la ayuda. Mernissi luce confiada su apoyo al nuevo anuncio publicitario y yo le recorto el ánimo recordándole que la Conferencia Episcopal también empieza con “con”. Y termino sin tener claro ni lo del coñazo ni lo de los cojones; porque ya no sé si la gente lo toma mal por las partes o por el todo.

 

Hoy no estoy fino.

 

Goyo

10-dic-08 

Duda a la bolonesa

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Nunca repudié una huelga. Aunque estuviese racionalmente equivocado, me gustó y me gusta armarla con el arma más pacífica que tiene la colectividad. Y nunca me escudé en el número; por eso me anima el alma que los estudiantes universitarios, y vísperos, se las arreglen para hacerse un huevo -perdón-, un hueco en la importancia. Para ellas, para ellos, les expongo mi duda experimentada.

 

He de decir que, como estudiante, tuve la fama tanto de bueno como de revoltoso aunque tirando a pavo. Como estudiado, cuando éramos muy pocos los que creíamos que “eso” de Europa era algo más que ir a Perpignan a ver no sé qué cosa del tango, tuvimos “la necesidad” de irnos a Bélgica, prestada mi condición de maestro al Ministerio de Asuntos Exteriores, que en aquel entonces lo era bajo la batuta del asturiano Morán.

 

Bélgica nos acogió con la mayor tasa de humanismo que he conocido y, además -porque lo supe de cerca- fue una de las naciones que evitó trabas a que nuestra dolida España entrase en lo que entonces era “Mercado Común”. No obstante la preocupación mercantil, muchas instituciones belgan nadaban ya en la superación de lo económico y fijaron sus primeros cuidados en el campo de las culturas y de las ciencias; así, que no me fue difícil introducirme en los primeros vericuetos universitarios de la Universidad Libre de Bruselas.

Dos años más tarde, me hice forofo del Instituto Superior de Psicología Experimental de la Universidad de Lieja; allí me admitieron para seguir cursos que se llamaban entonces de “postgrado” y que suponían los primeros y necesarios pasos para que un licenciado adquiriese la condición de doctor. Nada más vieron el papel oficial de la Uned y aquello fueron puertas abiertas. No solo estudié sino que aporté, y fueron admitidas, las bases científicas de una tesis sobre los comportamientos verbales en el aula.

 

Aquella estancia acabó sin que hubiese tiempo a rematar la faena bajo la prestigiosa cátedra de George de Ladsheere, y regresé a nuestro país, inmerso ya en la Europa antes soñada.

 

La Universidad de nuestra Extremadura Europea, y nuestro MEC de nuestra España Europea, al ver los papeles de la Universidad de Lieja, me recibieron con los siguientes brazos: 1) imposible dirigir la tesis porque lo que ahora apoyamos son los estudios cualitativos y en su propuesta abundan las fórmulas matemáticas; y 2) aunque haya estado como estudiante de postgrado en la Universidad de Lieja durante dos años, no se contempla este hecho como suficiente para concederle la especialidad de Idioma Francés en Enseñanza Primaria. Tócate los huecos.

 

Pero no se me ocurrió levantarme en huelga para que se instalara el espíritu de Bolonia; estaba solo y a mí me va la comparsa.

Goyo08-dic-08