Transcurre por el trasmallo una indelicada muestra de lo que puede ser un buen banquero, o una buena banquera.
Hoy tenemos como dos cosas resultonas; de una parte, nuestro Parlamento ha protegido y ordenado al Gobierno para que dedique, un mínimo de nueve mil millones de euros y un máximo de noventa y nueve mil millones de euros, con el fin de que algunas entidades bancarias se casen. Parece como si fuese un regalo de bodas que bendice la unión, arras que alimentan siempre las ganas de casorio aunque no lo invadan grandes amores.
De otra, el chiste que os decía que circula por la red, cuenta al oportuna decisión del banquero que contempla desde su limusina, a un matrimonio paciendo césped de los márgenes de la carretera, porque no hay otra cosa que pacer. El banquero, previamente advertido por la necesidad que contempla, no solo invita a los dos hambrientos, también a toda su prole,… a que se presenten en su casa. Y también los invita a que se suban al coche gordo y fresco para llegar a su estancia y patio, que allí hay para aprovecharse de la cuarta larga de césped que rodea sus aposentos.
El caso es que yo quería sacar un chiste de las dos cosas y no me sale.
Bah!…, otro día será… no hay nada peor que estar rodeado de adultos para que se te turbe la imaginación.
Felices vacaciones a mis alumn@s!!!!.
Goyo
30-jun-09