Ya'stá !!!!!!!

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Según el Instituto Nacional de Estadística, la esperanza de vida de las mujeres es seis años mayor que la de los hombres.

Este asunto -que viene multiplicado y recalcado en más de cien artículos y referencias- no ha sido puesto en solfa hasta el momento. Al parecer, hasta el señor Rajoy admite la tendencia, no sin antes comprobar verse rodeado de vetustos de cuerpo y mente.

Entonces, yo llego y me preocupo y me pregunto dónde podrá encontrarse la clave originaria de tan admitida norma; busco por la sabia red y encuentro lo que pudiere apuntar alguna razón; pero me da qué sé yo anunciarla y prefiero que ustedes mismos se asignen nivel de conformidad o de duda.

Sonriamos, que nos están viendo.

Goyo

31-oct-07

¿Dónde está Malgrat?

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Árboles en aprieto.

No sé dónde está Malgrat; pero ya me suena su nombre con prejuicio añadido después de haber visto tan convincente foto en la edición digital de «El País».

Las autoridades «malgratas? deben tener alguna especie de convenio contra lo verde, en vistas de lo anunciado ya en recientes fechas, comenzando a construirse fama a principios de septiembre, lo que motivó que algunos vecinos acampasen en los árboles como monos huyendo de los tigres.

¿Dónde está Malgrat?

Goyo

29-oct-07

Ya está aquí Bolivia !

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Ha sido esta misma noche, cuando mi esposa y yo salíamos de tomar la cañita para regresar a casa, cuando he visto, he saludado y he abrazado de nuevo a Carlos Hugo Molina -el padre de Sebastián Molina– aquí, en mi pueblo, junto a nuestro común amigo Juan Andrés Tovar. Sebastián se ha quedado a dormir en Cáceres.

El Atlántico parece haber desaparecido

Ahora sí que está dispuesta la cosa para el ágora del próximo fin de semana.

Goyo

29-oct-07

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Un encuentro conveniente.

Senatus Populosque Norba Caesarinae

 

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Yo, que soy casi tan joven como la alcaldesa de Cáceres y casi tan viejo como el que estas líneas escribe, me contento al saber que –por primera vez desde hace muchos otoños- el Ayuntamiento de la ciudad ha permitido en un ratito de dos horas que los asientos de las señoras y señores concejales se ocupen por representantes de colectivos diversos de gente que sigue sufriendo y disfrutando los avatares del tiempo. Los llaman “jubilados”, muy a pesar de no siempre rebosar de júbilo. Y “mayores”, como si la palabra “viejo” no arrebatase envidias, experiencias y sabidurías concentradas. También los apuntalan socialmente bajo el sombrajo inculto de “tercera edad”, una vez que podemos hablar de la cuarta y de la quinta.

En el encuentro que duró dos horas, dice la noticia que la alcaldesa manifestó que se pretendía que fuera un “foro simbólico” y también pidió que hablasen “con libertad”. Después de lo que pidió, apuntó algo y se despidió quedando el Pleno del Mayor bajo la presidencia del Teniente de Alcalde y sin dos representantes de la invitada veteranía porque abandonaron la sesión para señalar protesta por inesperada e incomprendida ausencia. Quizá también ellos tenían otra cosa más importante que hacer.

Tras su salida, Santiago Pavón, que así se llama el señor Teniente de la Alcaldesa, tomó la presidencia y anunció que todas las propuestas llegarían a la Junta de Gobierno para ser estudiadas con detenimiento y ser respondidas por escrito. Invitó también a convertir esta iniciativa del pleno en un Senado del Mayor, que sirviera para “examinar” y “orientar” a los políticos. Y a partir de aquí es donde ya me interesa opinar; muy a pesar de que la veteranía ya no sea para algunos un grado sino una degradación.

Ya sabemos de estos juegos simbólicos de nuestra tierna democracia, que lo mismo se contenta con llenar los escaños con niños que las guarderías con ancianos: “intercambios intergeneracionales”, “contrastación de experiencias”, “reciprocidad experiencial”, “riqueza de nuevas prácticas”,… ¿Creen ustedes que es en verdad enriquecedor para un adolescente sentarse por un momento en el sitio del diputado señor Zaplana? –O en el del señor Acebes, no vayan a pensar que sólo pienso en la Z inicial–.

¿Es social y políticamente ilusionante airear la difícil condición de “lúcida senectud” (sin Z final) para ir a recoger sensaciones de ninguneo? ¿En verdad creen los sostenedores de esta Efebocracia, que todas las personas tras los setenta años cumplidos tienen opiniones “simpáticas”, “interesantes”, “curiosas” y otros términos ominosos y aciagos? ¿También creemos que el florido prensil de los alrededores de los cuarenta asegura la mejor gestión y la mayor fuerza creativa?.

Cuando queremos, podemos decir a un joven que se prepare y espere tantas veces como sea preciso para alcanzar la desesperanza; y, si llegado ese tiempo preparado desea pasear y reivindicar su experiencia, podemos también recordarle que hay que apostar por la juventud que ahora no tiene. Es más sencillo: no hay que apostar, que, fielmente, significa lo mismo que jugar con prejuicios, con suposiciones, con antojos.

Nuestra visión y valoración de la práctica política ¿se asienta en las sabias mujeres arrugadas?, ¿en los despiertos y achacosos próceres?, ¿en las creativas mentes de edad indefinida?, ¿en los sensatos jóvenes impermeables al cansancio? …

 

Goyo

26-oct-07

Ratones

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Hoy os presento cuatro enredos infantiles de mi cosecha escolar, por si tenéis cerca a alguien chiquito que se anime a jugar con la música de las palabras.

También son cosa seria esa gente chiquita.

El ratón (I)


¡Chacho con el ratón!

que no hay forma de vivir;

se esconde bajo la cama

y no me deja dormir.

 

¡Mecachis con el ratón!

que tiene una orquesta entera

trompeta, flauta y tambor

y un altavoz de primera.

 

¡Mecagüen con el ratón!

siempre arrugando el hocico,

mastica que te mastica

papel y queso del rico.

 

¡Maldito roedor peludo !

es como una pesadilla,

cuando corre por el suelo,

mi padre coge una silla.

 

 

El ratón (II)

 

Ratón chiquitito,

miedo de señoras,

quisiera tenerte

a todas las horas.

 

Quisiera señoras

que quieran tener

ratón chiquitito

a todas las horas.

 

Miedo chiquitito

a todas las horas

tiene mi ratón

de aquellas señoras.

 

 

Los roedores (I)

 

Tengo en casa de mi abuela

un ratón de color negro,

una rata blanquecina

y un ratoncito moreno.

 

También tengo una ratita

dentro de una caja verde

que si le quito la tapa

se me sale y se me pierde.

 

Ratita colorada,

ratón negro carbón,

rata gris alcantarilla,

hay que ver qué maravilla

los roedores en reunión

debajo de una sombrilla.

 

 

Los roedores (II)

 

Rata de cloaca.

Ratón de salón.

Rata y albahaca.

Ratón y melón.

Rata repugnata.

Ratón repugnón.

Rata de sonata.

Ratón de canción.

Rata, rata, rata.

Ratón y ratón.

 

Goyo

24-oct-07

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Un encuentro conveniente.

Se busca primo

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Quizá pueda deberse a que aún no se ha estudiado convenientemente el alcance y consecuencias de las caídas de un helicóptero; pero el caso repetitivo –o sea, los casos- indica, apunta y dispara a que el tarro de las esencias derechonas dice que tiene un primo físico en la Universidad de Sevilla que -juntándose con otros no primos y sabios del mundo sabedor- no se atreven a asegurar qué tiempo hará mañana en el barrio de Triana.

Yo allí no tengo primos; pero tengo un conocido conocedor de las Leyes de Termodinámica y otros revueltos energéticos, que me dice que lo mismo no hay forma de encontrar al primo por estar ocupado en enconderse.

Nos debe importar que un catedrático de Física niegue el poderío predictorio de la Estadística, pero más nos debe afectar el contenido de la caja de herramientas argumentales que maneja Don Mariano.

Hasta que sepamos quién es el primo aludido –que poco o nada nos debe importar- nos debe preocupar la calidad argumental del líder que ha de controlar la acción de nuestros gobernantes primeros; y nos debe preocupar que en el ejercicio de ese control, o en el de las deseables propuestas alternativas, se precipite tan gravemente –grave, de gravitacional- hacia los poderosos campos magnéticos de la estulticia, que decían aquellos pensadores de la Retórica y Dialéctica clásica.

Es de lamentar que siendo él, Don Mariano, tan amante y afamado seguidor de la facundia y la buena elocuencia, padezca estos desplomes. Ya nos dirá el futuro  -ya que el primo no se atreve- si esta anécdota cruel no culmina en mojiganga genial.

No obstante, no haya preocupación; que no habiendo mal desaprovechable, las futuras generaciones de estudiantes de Filosofía, Física o Ciencias Políticas tendrán casos divertidos y clarividentes del curvo pensar contemporáneo.

Goyo

23-oct-07

Dos velas negras

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No me importa admitir que soy más torpe que muchos negros y menos gilipollas que algunos blancos. Yo bien querría que todos fueramos iguales de sagaces y bien distanciados de la sandez; pero me temo que ni siquiera la educación universitaria, los años, o el merecido prestigio aseguran la esbeltez en las ideas.

Ahí tenemos al doctor John Watson, que hace 25 años recibió el premio Nobel por el desciframiento del ácido desoxirribonucleico y desde hace 50 es director del Cold Spring Harbor Laboratory, considerado como el centro más avanzado en la investigación del cáncer y el conocimiento de la  Genética. No obstante, dicen que su entorno científico tiembla cuando el doctor pasa a la opinión sobre sexo o raza. El Dr. Watson ha ocasionado con señalada frecuencia controversias impropias a su teórica altura.

Evidentemente, hay que temer por el futuro de África si uno piensa como él.

Ahora tiene 79 años, no me gustaría que sus recientes declaraciones sobre la inteligencia de la gente negra se asociaran a un posible estado chocho (otro ejemplo de machofeminismo) y sí me gustaría que fuese cierto que dentro de dos años se tuviese el control del cáncer.

Yo sólo deseo que acierte en su profético control de las células malignas; le doy dos años de plazo.

Como no acierte le pongo dos velas negras.

Goyo

19-oct-07

El Hospicio

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Hoy vamos de crítico cinematográfico, que en mi otra vida debí serlo y por ello no me repito, ni abundo, ni abuso de mis pasadas experiencias. Ser crítico de Cine no es exactamente lo mismo que ser crítico de Pintura o de Música; en el ejercicio de la crítica de estas dos últimas artes, el espectador contempla las obras rematadas con la misma situación que las contempla el autor, sin que se conozca de antemano el proceso y sus circunstancias. Sin embargo, en el Cine, el proceso de producción, dirección y construcción de las partes, se vive de forma radicalmente distinta a lo que se presenta en pantalla. Lo que el director ve cuando se sienta en la butaca de cine, esconde todo lo que el director veía durante el rodaje.

Yo no vi el rodaje pero sí la selección montada y ordenada de lo rodado de la película «El orfanato» que está dando que hablar y escribir porque también se está reconociendo que una buena campaña publicitaria vale más que cualquier director, que cualquier actor, que cualquier guionista.

Yo me senté con mi mujer en la última fila, al final de la mano derecha según se entra, porque ya solo quedaban de las seis primeras filas o posiciones de extremos laterales. Ya se sabe que uno va a veces al cine por participar en eso de las competiciones. Y como ya te habían anunciado que era el miedo o el terror lo que iba a florecer, pues estabas a verlo venir.

Hay que decir que yo también soy un poco sordo, que tengo un discreto audífono que me facilita una enormidad la captación de detalles sonoros hasta el punto y coma que distingo aires y músicas que no todo el normal gentío percibe. Pues bueno, nada más empezar la obra uno se tiene que quitar el pinganillo y se da cuenta al poco tiempo que la esencia del miedo radica en el susto de la música rabiosamente violentada y desprovista de antecedentes. Es como si cuando vas a un funeral te ponen un petardo en los pies: pues claro que te asustas… si a eso le añades que las puertas aterrorizan cada vez que se mueven y asustan cada vez que se abren y cierran, basta una serie frecuente de tránsitos anodinos para que el suspense del pertardo se fabrique con reverenciada claridad.

No nos salimos por eso de que ya no devuelven lo pagado.

Así que me puede quedar bien el resumen.

Goyo

16-oct-07

efindex071.jpg Cáceres, 2, 3 y 4 de noviembre de 2.007.

Un encuentro conveniente.