Cáceres de Azul

azul

 

En aquel tiempo y en estos entonces las cosas siempre fueron complicadas y difíciles, por eso conviene refugiarse en la duda; así, desde la cueva de la incertidumbre uno puede tantear las imprecisiones, rebuscar en razones ajenas y tratar de componer un juicio no dañino. Esta actitud no disfruta del aplauso de la plebe, que suele buscar pronunciamientos y conclusiones rígidas aunque se contaminen de violencia verbal, gestual o comportamental.

No es verdad que la gente se queje por todo, se queja por mucho. Unos porque dicen que pagan muchos impuestos y otros porque aumentan los aparcamientos azules a más de dos mil cuando ahora, con menos de mil, no parecían quejarse. Dicen que todo se ha de hacer por la movilidad urbana; y yo pienso que cuanto menor sea el tiempo reglado para estacionar el coche y mayor la zona posible, más grande y diverso será el cachondeo de la mudanza. Si a ello le añadimos el trío residentes, visitantes y turistas, tendremos variadas agitaciones a las precisas horas en que se pretende tranquilizar al personal.

Cáceres medieval y renacentista no fue pensada para los villanos sino para élites de la nobleza, el clero o la milicia. La prueba permanente e imborrable del algodón se aprecia cuando uno conoce la razón del diseño arquitectónico del Arco de la Estrella; si tal problema hubiese aparecido en mi pueblo, habríamos hecho pasar el carro atravesado. Cáceres moderno y contemporáneo, debido a la movilidad urbana que imponen los carruajes, se adornó con marmolillos en las esquinas y con bosques de bolardos en las aceras. Incluso dicen que ya es bueno reservar calles enteras al uso exclusivo de la clase peatonal. Como la invasión del vehículo es cada vez más atosigante, las autoridades tratan de solventar el problema; pero el problema no solo lo causan los movilizados cacereños sino que a ellos se añaden los viajantes arroyanos, los inquietos casareños y un montón cotidiano de movilizados de los alrededores atraídos por la aparente feria capitalina.

Ya no podremos dejar tranquilamente el cacharrito en cualquier parte. Y conste que no acudimos a un ferial, sino a un trabajo, a una gestión administrativa ineludible, a una visita médica,… incluso a un relajante paseo por el desvencijado y abandonado Parque de Antonio Cánovas.

Goyo

25-oct-16

Vertebrar

 

 

Cáceres, Amanecer, Patrimonio

 

 

A un matrimonio de turistas portugueses, una vez mostré la monumentalidad de la ciudad de Cáceres desde donde la plebe contempló siempre las iglesias, las torres y los palacios: desde la lejanía. Ha de saberse que el grueso de los turistas la contempla como si fuese noble, capitán o secretario del obispo y que, por tan poco, carecen de la esencia y causa de que Cáceres Monumento sea así. Nos paseamos entonces la Ronda de Vadillo a la vez que íbamos contemplando trozos del exiguo arroyo del Marco. Haciendo el recorrido del oeste hacia el este, a la derecha se sigue observando la humildad de las edificaciones y a la izquierda, la impotente muestra del poderío señorial, militar o eclesiástico. Yo sigo defendiendo que antes de distinguir entre los Golfines y los Mayoralgos, hay que empaparse de judíos, bataneros, hortelanos y caleros para entender la ciudad integrada.

Quizá ustedes también piensen que toda actuación urbanística es un atentado resuelto a lo rústico. Otra verdad es que no hay ciudad noble que no tenga río, o se asiente en los márgenes de un arroyo generoso. La Ribera del Marco, de la Madre, del Rey o del Concejo cosió por siempre a Cáceres. Sigue existiendo -olvidado y penoso- el trazado que el agua de la Ribera del Marco llenó de fuentes, norias, puentes y huertas facilitando así el asentamiento humano de manera permanente. El corredor medioambiental de la Ribera del Marco cacereño lleva siglos señalizado sin que haya requerido programa o proyecto explícito y ha sido redefinido de manera natural por la experiencia de las poblaciones, las culturas y los tiempos.

Para estos días, si no estás al corriente de las dieciocho líneas de actuación que contempla el programa DUSI, no eres un auténtico catovi. Este nuevo proyecto trata de hacer un corredor verde para unir barrios de la ciudad a través del Parque del Príncipe, de donde puede coligarse que hemos diseñado últimamente barrios inconexos pese a la joya verde; lo que también nos enseña que no sólo con árboles se hace Ecología y se integran así las calles según un desarrollo urbano sostenible.

Quizá pueda servir para recordar que ya la gente comienza a creerse que la próxima economía será de corte verde o no será; mi duda se centra en si con decir dusi y decir Alzapiernas se dice verde.

 

 

Digno del oeste

 

trendigno

 

Lo atractivo de la Geografía es el disfrute inasible que los territorios dan al hombre, las concesiones que presta a las aventuras del hombre en la tierra. Nosotros pertenecemos a la cultura y civilización mediterránea, que se precia por la diversidad y varianza de las gentes de las riveras del gran mare nostrum. Las gentes del norte del Mediterráneo presentan unas formas de vida y unos fondos de valores que se diferencian de los valores y de las vidas de las personas que habitan las costas del sur. Lo de arriba se llama Europa y lo de abajo, no. Lo de abajo se llama África, lo de arriba, no.

Aquí, en el oeste europeo, también hay arriba y abajo; desde bien chiquitito las profesoras y los profesores nos hacían viajar y cargar con las diferencias: El llamado País Vasco era industrial y las tierras extremeñas ricas en ganadería y agricultura. Cataluña era comercial y Andalucía alegre y turística; pero los dineros, curiosamente, rodaban mejor cuesta arriba. Diferencia acusada también se establecía entre el rico Levante y humilde Poniente. Conclusión: la Geografía nunca nos premió.

Resulta que en el Nuevo Mundo parece que se reprodujo el modelo geográfico para implantarse cómodamente y, a lo que hoy me interesa acudir como ejemplo, el despertar americano no inició el auge hasta que las tierras del salvaje oeste fueron invadidas por el ferrocarril. Aunque para ello, tuvieron que suprimirse culturas y costumbres asentadas, que el tren sustituía e inyectaba en su avance hacia la costa del Pacífico.

Quizá porque nuestros políticos saben esto, se han unido al Presidente Vara y, sobre suelo de cristal de una de las dependencias nobles de la Asamblea de Extremadura -bajo el cristal hay restos romanos- han compuesto una mesa unitaria y unificada que pide para nuestra región un “tren digno”. La foto del acto tiene su gracia porque parece que ninguno de ellos tiene los pies el suelo.

Yo hubiera aprovechado la coalición política para pedir a tan lejana Europa que componga un tránsito ágil entre las dos capitales de los dos países del oeste europeo a través de una línea férrea europea. Y como no existe el eje Madrid-Lisboa y nuestra región no parece dispuesta a doblar grandes voluntades, me entra la duda de si nuestro oeste se encuentra ya domesticado sin haber llegado al Atlántico.

 

Goyo

31-may-16

Lunes

 

Lunes

 

Los lunes son ya otra cosa; cada vez los lunes son más quebradizos, puedes fácilmente partirlos en trozos como cuando sacas chocolate de la nevera, y así adivinas el futuro curso de la semana. Por ejemplo, el pasado lunes abrió las puertas a la primavera. Si pareciese poco, ese lunes también sirvió para recordarnos que al menos una vez al año debemos seguir protegiendo los bosques, conservar los bosques, incluso creerse que aún es posible aumentar la extensión de nuestros bosques.

El pasado lunes nos revolvió de nuevo palabras y emociones para que las poetisas y los poetas hicieran fiesta de lectura y de escritura de los escritos bellos. Y además, la Organización de la Naciones Unidas nos recuerda que desde 1966, el 21 de marzo es el Día Internacional dedicado a la eliminación de la discriminación racial. La gentileza de ese lunes radica en que también tiene fuerza social suficiente para dedicarlo a las personas con Síndrome de Down, que no es una enfermedad, sino una especial forma de ser, pensar y hacer, causada por la triplicación del vigésimo primer cromosoma de nuestra dotación genética, por eso también se llama trisomía 21, numerología que nos vuelve a fijar la fecha del día 21 del tercer mes del año.

Hoy también es lunes y se seguirán encendiendo hogueras en Idomeni, que no creo que sirvan ya para calentar; seguiremos vertiendo a los arroyos claros las aguas sucias que con tanta abundancia nuestra sociedad produce y seguiremos sembrando los campos de ripios de chuscas caseras, de muebles derrumbados y de coloridos plásticos desusados. También seguiremos sembrando casas en los parajes silvestres con la misma intensidad que aumentamos la población de casas abandonadas en los parajes urbanos.

Leo que Extremadura necesita 18.600 viviendas nuevas antes de que llegue 2029, con lo que es muy posible que el censo de viviendas viejas aumente en la misma cantidad: menos bosques, más aguas sucias. Ya nos avisan que el pantano del Arroyo de las Lobas -Guadiloba- anuncia déficit inmediato para antes del verano.

Hoy es otro lunes hermoso; que nacido tras una semana de recogimiento procesional, se presenta dispuesto para ser declarado “lunes del entendimiento” y se inauguren así las obras dialogadas para un nuevo y luminoso gobierno. Bueno, esa es mi duda.

Publicado en Avuelapluma

Lunes de Pascua de 2016

Otro tren que va y viene

 

 

 

tren

 

Mi último cuarto de siglo, puedo resumirlo en dos aspiraciones que me siguen conduciendo sin que pueda comprobar hasta el momento que mis desvelos se hayan cubierto de éxito. Digo que la primera es que me gustaría ver atravesada nuestra Extremadura por una vía férrea doble, electrificada y acogedora de trenes veloces. La otra primera y más importante es que me gustaría que supiéramos repoblar de encinas y alcornoques nuestros disminuidos bosques y nuestras viejas dehesas.

Sobre la repoblación, llevo veinticuatro años promocionando una sencilla campaña durante los dos últimos meses del año: “Siembra una bellota” por ver si, además, nos sirviese tan familiar fruto como muestra de regalo navideño a los amigos y familiares que tuvieron que emigrar. Así, me dicen que tenemos ya encinitas o alcornoques en las tierras más alejadas. Muy pocas; pero muy queridas.

Sobre el ferrocarril, fue en el 92 cuando di por primera vez la lata ante las mejores autoridades que tuvimos y, por lo que percibí, no les resultaba asombroso que Madrid y Lisboa estuviesen unidas por un moderno ferrocarril, al modo y manera como Sevilla y Madrid se unieron. Naturalmente, también parecería asombroso que la línea que uniese las dos capitales excluyese al territorio extremeño. Yo me pedía tan sólo una parada en cualquiera de estas tierras y recordaba que, paralelo al Tajo, el relieve se inclina suave y favorablemente hasta el Mar de la Paja; luego, venir de Madrid a Lisboa era energéticamente cómodo y económico, aunque al revés la cosa se complicase algo.

Con algo más de seriedad nos recordaba Iam Gibson en días pasados nuestra cortedad visionaria respecto a esa buena gente que tenemos al lado. Y la semana pasada, nuestro presidente Vara se vuelve a ilusionar con el tren. Vale.

Ya estamos conformados para echar de nuevo la culpa a los últimos responsables políticos que nos han gobernado; quizá convenga cambiar de estrategia y culpabilizar a los que nos quieren gobernar en el futuro; a ver si nos damos cuenta que unos u otros, los responsables, los culpables, los gobernantes son “extremeños”.

Seguiremos batallando. La duda la tengo en saber cuántas encinas y alcornoques faltan aún que arrancar al fin de diseñar para estos inmediatos años, campañas de reforestación más variadas e incisivas.

 

Goyo

15-feb-16

Anomia

TRISTEZA

 

Las necesidades de comunicación que aparecen por el uso del lenguaje, provocan la creación de palabras nuevas. Los estudiosos del funcionamiento de las sociedades y de las personas, cuando perciben que impera una desorganización colectiva, detectan que es usual el aislamiento del individuo del resto del grupo de pertenencia. Ese “no querer saber” es consecuencia del descontrol de las normas sociales muy a pesar de la abundancia de leyes. Yo creo que experimentamos esta sensación en nuestro país y en nuestros tiempos. Hay anomia.

Sobre cuáles son las causas que originan esta situación, aunque no sea fácil establecer las prioridades y las relaciones que existen entre ellos, estas cuantas pueden darnos servicio explicativo:

Desconfianza generalizada en las instituciones públicas y en sus gobernantes. Elevado porcentaje de ciudadanos abstencionistas; más de la tercera parte de los electores. Desequilibrio entre la necesidad de protección laboral y el descrédito de los sindicatos. Exagerada distorsión entre las preparaciones académicas y la obtención de un trabajo. Huída de jóvenes formados a otros países. Reducción drástica de atención en todos los servicios sanitarios y educativos. Amplia desprotección social de los sectores de la infancia y de la vejez. Aumento de la pobreza en los pobres y de la riqueza en los potentados. Desconfianza en los cuadros de la Justicia y en los cuerpos de seguridad ciudadana. Concepción democrática cada vez más centrada en lo numérico y no en los acuerdos.

La relación admite más añadidos, y el orden de aparición no implica ninguna jerarquía; una intrincada red de relaciones e influencias entre ellos es lo que fabrica en sentimiento generalizado de “la crisis”. Y lo que percibo en mis alrededores es la sensación de que el año que comienza debe trastocar todo este engranaje perverso, es como si necesitásemos el cambio de un año para darnos cuenta de ello.

Si en lugar de contar la cosa por años, lo hiciésemos por lunas, -como aquellos indios- lo mismo nos encontrábamos con mejor predisposición para mudar el ánimo. Y una vez que nuestro espíritu se haya recompuesto y se aclare como la luna llena, ¿qué término conviene crear para definir la compleja “salida de la crisis”. Que saldremos, no preocuparse; la duda la tengo en el cuarto.

 

Goyo

20-ene-16 Día del Miércoles Triste

Escuela y salario.

 

el-maestro

Dudas de papel /
Goyo Tovar

A lo largo de la Historia de la Escuela han aparecido ideas tan originales como audaces; recuerden aquella que defendía que la inteligencia de las mujeres también era asunto competente de la institución escolar. Un poco más atrás en el tiempo, las primeras instituciones relativamente organizadas para integrar a la infancia en la sociedad, se ubicaban en la cabaña donde el chamán propugnaba y regulaba la ceremonia que garantiza el paso de la infancia a la adultez.

Más recientemente, muchos y muchas somos testigos de épocas en las que a los nueve o a los diez años, se abría la puerta para que el niño comenzara a cuidar ovejas o la niña aprendiese el oficio de criada. Era el tiempo donde también imperaba la Economía y donde también el Trabajo esclavizaba a cambio de escaso dinero; pero se fijó como principio social que la formación académica podría traducirse en garantía de una profesión futura bien pagada. Y allí comenzó el big bang educativo: la universidad es la gran cabaña y los informes de los expertos son las estrellas. Una de ellas muestra como verdad grande que los países que pagan bien a los profesores, gozan de un sistema educativo exitoso.

Recientemente se ha vuelto a repetir la propuesta consistente en premiar con mejor salario a los profesores que obtengan buenos resultados con sus alumnos. Esto lo ha dicho José Antonio Marina. Pero también lo dijo Andreas Schleicher, que apostó por atraer a los mejores profesores con incentivos ya que no se debe pagar a todos lo mismo cuando los resultados del trabajo son diferentes. Si a distinto rendimiento se asigna distinto salario, ya no tendría validez el principio laboral que aboga que ante igual trabajo, igual salario. Eso dicen los expertos y un experto no es otra cosa que un pensador atrevido.

Así que con estas propuestas engorda el vicio de comparar y se piensa que los sanitarios que más y mejor curen recibirían mejores emolumentos; aunque con las cosas de la vida, las oncólogas no lo tendrían tan prometedor como los comadrones. Y otra comparación que siempre me ha invadido: si el trabajo del escolar se tradujese en cifras crematísticas en lugar de calificaciones numéricas o cualitativas, se potenciaría el rendimiento académico de adolescentes y jóvenes, ¿no? Quizá lo que valga para los profes no vale para los pupilos.

 

Goyo

10-nov-15

 

Drones

 

dron

 

Hace escasos días, trinaba yo afirmando que si tu invento no tiene aplicación militar no es invento serio. Lo de trinaba lo digo porque prefiero el vocablo trinar al spainglish “twitear”; gorjear me parece que se acerca a la pijería lingüística. En fin, que si su descubrimiento, o el mío, no tienen el beneplácito de un general bien estrellado, como mucho tendrá salida como otra “app” que aparece en el mercado para agostarse nada más termine la semana.

 

Recordarán que desde que el desafortunado Nicola Tesla avanzó la oferta de dirigir máquinas y artilugios sin necesidad de contacto directo, los mandatos a distancia han evolucionado tan ostensiblemente que ya no es necesario levantarse para cambiar de emisora de radio, de canal de televisión o de opción política.

 

Nuestros vecinos portugueses acaban de hacer públicos los primeros ensayos que han demostrado la posibilidad de dirigir con la mente el vuelo de un dron. Es verdad que se requiere entrenamiento mental; pero las ondas cerebrales se recogen en una especie de gorro repleto de cables que transforman los deseos en órdenes efectivas para controlar los diferentes parámetros de vuelo a través de un ordenador. Los generales han bendecido la idea urbi et orbe. Y a ellos quieren sumarse los snobs, los camellos, los gamberros, los curiosos y la diferente fauna deseosa de controlar espacio y tiempo.

 

Las oportunidades se alimentan y crecen en todos los ámbitos iluminados por las nuevas iniciativas y hasta los periodistas quieren ya tener un dron para enviar fotos y artículos, que eso del e-mail ya no es cool. El futuro del dron invade incluso lo verde: un ingeniero retirado que trabajó en la Nasa defiende que pueden sembrarse mil millones de árboles y luchar así contra de deforestación de manera más efectiva y económica. La empresa norteamericana BioCarbono Ingeniería ya tiene dispuesto el proyecto y yo estoy por facilitarle material para la próxima campaña “Siembra una bellota”.

 

Anímense, promuevan, emprendan, empoderen y asignen funciones nuevas a este nuevo bendito invento. Bien; todo sea con el debido cuidado pues en los casos de revoluciones y cambios, los oportunistas aprenden a navegar deprisa y se me presenta la duda de si alguno se dedicará a distribuir mejores mentiras o a repartir bloques de hormigón.

Goyo

12-may-15

El herrador

 

 

 

Cascoca

 

Herrar es proteger con hierro. Ajustar una herradura al casco de un caballo requiere primero observar detenidamente su forma, detectar zonas de desgaste de la muralla -o de crecimiento excesivo- acomodar la curva de la herradura al casco y clavar con esmerado tino los seis clavos. Marcelino decía que es un oficio que nunca se acaba de aprender, que aunque por edad te fallen las fuerzas para usar el pujavante y la tenaza, te encuentras desafíos que fomentan el éxito de otra experiencia que de nuevo se almacena. Las personas amantes del mundo del caballo reconocen la trascendencia de un herraje correcto; incluso ahora que las bestias no están sometidas al trajín diario ni a los rigores del trabajo campesino. Ahora un caballo es más una mascota a la que se cuida con elaborada técnica.

 

Un cirujano gana en prestigio conforme avanza su edad y se actualiza con las nuevas técnicas quirúrgicas. Un músico amplifica su fama con el paso de los años si no para de ejecutar lo clásico y de atreverse con las nuevas tendencias. Supongo que cosa parecida le ocurre a un inspector de policía, casi lo mismo debe pasarle a un buen albañil, a una excelente peluquera o a una extraordinaria comadrona. Y a un juez, y a un cocinero, y a una economista, y a una taxista.

 

Parece entonces que esta sociedad no desprecia el principio de valor que permite acumular buena profesionalidad con el mero ejercicio de las faenas rutinarias; cuanto más si a ello se le añade iniciativas novedosas, respuestas nuevas y cúmulo de experiencias exitosas. Todo esto ocurre incluso a medida que pasan los años.

 

No obstante en la ocupación destinada a organizar la vida compleja de la sociedad, en las tareas que conducen al gobierno de las gentes, impera la idea de que una persona no puede/no debe seguir más de ocho años; que tras ese periodo debe abandonar la actividad política muy a pesar que haya podido acumular experiencia de gestión; que debe dedicarse a otro oficio, a su oficio,…porque se corre el riesgo de entender que la Política no requiere de oficiales. Con meros aprendices nos valemos, ah!… y que sean jóvenes.

 

Los romanos, que en sus buenos tiempos funcionaron bien, preferían a los viejos para el Senado; los iberos, que ahora no tienen buenos tiempos, desdeñan la Política. ¿Estaban locos los romanos?

Goyo

21-04-15

 

El infarto

 

 

 

corazón

 

Sigo diciendo que es un maño uno de los personajes que mejor asienta la Extremadura de finales del siglo XX y principios del XXI. Lo es no sólo por su función de ánimo y trabajo silente sino porque ha sabido derivar con discreción y acierto todo su potencial científico y social. Evidentemente, se requería otro personaje de igual o mayor calado que armonizase lo social y lo político; y allí estaba un tal Ibarra junto a un tal Usón. El Centro de Cirugía de Mínima Invasión nos sigue mostrando el ingente beneficio social que siempre conceden las inversiones dedicadas a las tareas de investigación.

 

El caso es que, el CCMI, con la armonía indagadora de siete países y más de veinte entidades, lleva tres largos años estudiando cómo recomponer el corazón derrumbado tras un infarto, tras un taponamiento de algunas de las arterias que riegan el músculo cardiaco. La base preclínica del estudio apunta a que implantando células madre en la parte del tejido cardiaco que murió por falta de riego sanguíneo, se observa una reconstrucción del músculo que posibilita una mayor y mejor “vida normal”

 

Esta está siendo la tarea de la doctora Verónica Crisóstomo, trabajo que al parecer termina el próximo mes de marzo y yo no sé si su condición laboral será de nuevo renovada, si tiene la gozosa condición de tener segura su dedicación investigadora o si será invitada a que la buena suerte le acompañe. Lo novedoso y esperanzador del trabajo es que se facilita la regeneración del corazón afectado utilizando células externas que actúan como fábricas que producen sustancias que animan al tejido dañado a recomponerse.

 

Vale. Y entonces, me invade la perplejidad; resulta que este método y sistema no se aplica a nuestra infartada sociedad, definida por seis o siete millones de células jóvenes que se ahogan en la desesperanza y que como mucho, a pesar de su preparación académica aspiran –paradójicamente- a ser humildes y tristes becarios de un país que se distingue precisamente por el recorte brutal de becas para el estudio. Y las arterias gobernantes se distinguen por la facilidad con la que aplican argumentaciones que amputan inversiones en investigaciones científicas.

 

Para que el asco sea más digerible, lo embadurnan con la mentira de que otros servicios públicos requieren la urgencia inmediata.

 

Goyo

26-feb-15