Con la mano levantá

Cero

Dicen que los gladiadores levantaban levantaban su arma con la mano derecha ofreciendo al César el macabro saludo de despedida. Otros dicen que la policía universal levanta la mano derecha con su palma extendida para ordenar la quietud. Los niños palestinos nacen levantando la mano derecha con los dedos índice y anular abiertos. Los indios arapahoe levantaban la mano derecha para acoger en saludo al que venía. Los curas cristianos levantan la mano derecha, en forma de hacha, para iniciar la bendición. Los fascistas extendían todos los músculos del brazo y, además, lo levantaban a la vez que producían un sonido con los tacones. Los asistentes a los muchos de los conciertos veraniegos levantan las dos manos dando palmas rítmicas. ET levantó la mano apuntando con el índice alguna fugaz estrella. Los obreros no adormecidos levantan la mano cerrada soportando la rabia. Los socialistas cantan lo supranacional levantando bien el puño en alto. La postura defensiva de Kung-Fu denominada «La serpiente» se inicia levantando el brazo derecho a la vez que se cierra la mano como haciendo un huevo que mira hacia abajo. Mi mujer me levanta la mano rogándome que no pase cuando está recién fregado. Y muchas cosas más de manos, puños y dedos hay.

Ahora dicen los señoros analistas del PP que levantar la mano, o el brazo, a modo y manera de los socialistas, es identificable con el saludo cotidiano que intercambiaban los padres y los abuelos de muchos de los dirigentes actuales de la derecha… pues habrá que levantar la mano mientras se cierran todos los dedos menos el corazón.

Goyo
10-sep-09
A mi amigo Pablo Pando,, que también levanta el puño del brazo izquierdo.

Más impuestos fraternos

excise

El miedo de aquellos súbditos medievales a que se presentase «el tío del caballo y del saco», sin avisos ni plazos, a recoger parte de las cosechas que habían producido las tierras del clero o de la nobleza, con el trabajo y las condiciones de miseria permanente de la gleba, debe haber marcado algún rasguño genético en muchas de las capacidades intelectivas de los ciudadanos de la actualidad.

No está demás insistir entonces en que el significado de la palabra «súbdito» arrastra obligaciones y dependencias indiscutibles de la persona humana hacia el poderoso, mientras que la palabra «ciudadano» almacena derechos humanizados que el poder debe garantizar. Esto que parece tan sencillo, lo sigo creyendo ignorado en el entendimiento de buena parte de la ciudadanía.

Diezmos, alcabalas, tercias, excusados, sisas, portazgos,…eran los nombres de las obligaciones impositivas medievales para que los nobles siguieran siendo más nobles, la corona tuviera más cabeza y el clero tuviera más de todo. El público sabio y callado se revelaba entonces en escasas ocasiones, incluso creaba entelequias vengativas y justicieras para serenar sus ansias de trato humanizado; por ejemplo Robin de los Bosques.

Esta inveterada costumbre lo mismo ha sido capaz de modificar la capacidad de comprensión de muchas mentes actuales: hay personas que gozan de una atención exquisita procedente de los servicios sociales que soportamos entre todos -unos más, otros en menor cuantía-, algunas de tales personas, son incluso ajenas a retenciones o aportaciones fiscales y, sin embargo, manifiestan y muestran rechazo innato a la palabra «impuesto». Reciben de todos y protestan porque al resto se les va a seguir obligando a ser fraterno para paliar así sus escasos recursos económicos. (¿Para cuándo una Ley de la Fraternidad?)

Algo habrá que hacer en casa del que recibe subvenciones, primas, deducciones, becas, ayudas,… y provocan la locura de declarar ante Hacienda Pública menos cantidad que cualquier asalariado. Para que el INRI se escriba con más mayúsculas, protestan más quienes no van a sufrir aumento impositivo. Este frecuente hecho, debemos creer que se debe más a la estulticia sórdida del insolidario, que a la torpeza argumental de los que creemos en la Justicia Distributiva

Yo creo que esa actitud insana, viciada y venenosa debe ser catalogada como «delito social» en un buen código ciudadano. Porque hiere a la cordura, por ejemplo, que un sencillo pensionista, que no tiene otro ingreso que su escaso salario distributivo, manifieste rechazo a la noticia de que las rentas altas hayan de someterse a un aumento de la cesión fiscal (me jode llamarle «presión fiscal»).

Es posible que debamos mostrar comprensión con su ignorancia; pero en este campo soy tremendamente desconfiado: más creo que se trata de un ancestro que despierta cada vez que suena la palabra «impuesto». O bien quizá el rechazo a todo lo que huele a impuesto se deba a la extraña condición que disfrutan, en general, los trabajadores y pensionistas si comparamos sus declaraciones a Hacienda con las declaraciones de los empresarios.

Ancestro que alimentan, engordan y clenbuterolizan, precisamente los modernos que huyen de lo cercano a la solidaridad.

De estas resonancias de caverna se siguen alimentando muchos personajes políticos; lo que a su vez provoca el desprestigio de la cierta clase política, de cierta clase obrera y de cierta condición ciudadana.

Goyo
09-sep-09

El refugio no protege lo suficiente

Niñospalestinos

Ahí está el refugio,… es como la gran cabaña en la que la tribu deposita sus hijos y sus esperanzas. Las escuelas gobiernan buena parte de lo que ligeramente llamamos “educación”, ya que tanta prisa ambiental no nos capacita para volver a flexionar (re-flexionar) los argumentos e introducimos en ese saco educativo cualquier cosa a la que deseamos remediar. Aprender a leer parece que es labor que se consigue con cierto éxito, el aprendizaje de la escritura me parece mucho más complicado, aprender a pensar suele producirse nunca o bastante tarde.

Sin embargo, aprender a comportarse al modo idílico que pensamos los adultos que puede y debe comportarse la gente menuda, es otro de los aprendizajes más discutidos, luego es un terreno abundante de dudas. El trato con los iguales se rompe de forma natural desde la más dura infancia: “yo soy mayor”, “yo soy más grande”, “yo soy mejor”,… son los resultados inequívocos del fomento de la distinción en función a la edad, al tamaño, a las habilidades. También naturalmente, en esa dura y tierna infancia, se aprecia el nacimiento de la diferencia de trato por sexo; lo que todavía no sé es cuándo se ha sembrado esa semilla.

Claro, si hacemos caso a los ambientalistas (todo se debe y lo explica el ambiente) se nos derrumba la ilusión de educar a los pequeñines en el terreno de la no discriminación por sexo. Si hacemos caso a los adenistas (todo viene determinado por el ADN, todo es hereditario) el derrumbe es aún más desastroso. En el medio parece que nos encontramos aquellos que nos arrimamos al mundo educativo, confiados en que allí, en la educación, está el paliativo.

Si es por educación, nuestra cultura depositó hace mucho tiempo la responsabilidad de los primeros pasos sociales a la madre; incluso en los lacerantes casos de huérfanos y hospicianos de primera infancia, es en la mujer en quien depositamos la complicada tarea. En el cada vez más amplio servicio de las guarderías infantiles, el personal adulto masculino apenas tiene relación directa con el cuidado y educación de los bebés. En el perfeccionado y regulado mundo de la educación infantil, el porcentaje de personal femenino supera en mucho al 90%. Cuando las niñas y los niños llegan a los seis años, siguen educándose bajo protección y guía mayoritariamente femenina; y, durante todo este tiempo, seguimos responsabilizando a las madres que sean ellas, fuera de la escuela, -o las abuelas- quienes atienda y dirijan los complementos educativos.

Muy a pesar de este predominio, ya están marcados, troquelados, integrados,… los valores que hacen a los varonitos más violentos. Si este defecto educativo no proviene de la educación, ¿de dónde proviene?.

Goyo
08-sep-09

Sostenerla sin enmendarla

Un extenso reportaje sobre los pensamientos, los proyectos y las pocas acciones que nuestro gobierno transparenta una especie de orientación desordenada, confusa, incluso indecisa.

Todos sabemos que se acerca la plaga, todos conocemos que el conflicto ético lo estamos fabricando para nuestros descendientes, todos alcanzamos la comprensión de que tanta vivienda no cabe en un campo de futuro, todos asienten del alejamiento inmoral al que castigamos a los otros seres vivos,… y ni siquiera se perciben los primeros pasos para una revolución verde, para una sociedad del bienestar ambiental, para muchos más escándalos que se acumulan en la lista de espera.

Yo ya lo expresé suficientemente contrastado con el grandioso ejercicio de credulidad que puede fabricar un mitin; el pronunciador, así lo dije, no se presentaba con las ideas lúcidas y relucientes; diríase que álguienes, algunos, algunas y mucho? de su entorno no acaban de creérselo. Me siento más convencido, más obligado y más convincente para seguir exponiendo mis ideas; sobre todo porque me creo el sitio que fabricamos a diario.

Pues la economía ya no puede sostenerse. Ya hemos acusado la sangría. No se aplaudan con tanto clamor «las renovables», que lo mismo estamos sosteniendo la antigua economía con nuevas burbujas. ¿ Nadie se pregunta cómo una clásica empresa de la vieja escuela, Iberdrola, se dibuje tan campesina y tan verde? ¿ De verdad que la empresa que propaga que echemos una mano al medioambiente está traicionando sus queridos pasados y desea cambiarlos por otros menos agresivos?

¿Qué más plaga hay que sufrir para dejar de sostener a astuta y vieja economía?. No me vale solo un nuevo nombre.

Goyo
A punto de ser de nuevo Día de Extremadura.

06-sep-09
bandemita

¿Por qué los árboles saben que fue el mes de julio?

Ellos, los árboles, no fueron a estudiar Historia y desconocen que éste es el mes dedicado a César. Los historiadores dicen que César admiraba a la higuera; no solo porque duplicaba en cada anualidad su cosecha -ya brevas, ya higos- sino porque era el único árbol que además de dar sombra regalaba frescura al transpirar. La sombra de la higuera la sabemos apreciar los que no somos emperadores. El caso es que yo no quería escribir sobre el nanoclima de la higuera sino sobre el clima humanoide del mes de Julio.

El mes de Julio es el altavoz del infierno que planifica el Sol en el hemisferio norte. Los árboles han de saberse ya abundantes en raíces que consiguen agua escondida para soportar el mal trago. Los árboles, que distinguen en su quietud las diferentes clases de aguas, temen las obras públicas y privadas de este mes. Los movimientos ecologistas se mueven menos, los contratistas del plan Eñe se escudan con el antiparo y los árboles resisten con su silente porte el rugir de las máquinas que cambian raíces por baldosas que, clandestinamente, esperan a que llegue el invierno para moverse (baldosas y raíces).

El caso es que donde había árboles con sus raíces, hay mortero sobre zahorra. No siempre es así la regla; pero sucede que algunos protectores con banda anticrisis hacen su julio y agosto recordando -pecho en alto- que ellos también tienen sentimientos;además, obedecen lo que deciden los técnicos y los políticos.

Muchos técnicos en Obras Públicas y más políticos en las mismas cosas -o al revés-, no acostumbran a descubrirse ante un arbolito que guarda quince años de atenciones y no supo en un principio colocarse en el sitio que el Plan Eñe, el político, el técnico, el contratista o el maquinista entiende que ha de ser la línea correcta.

Mire usté, nosotros estamos aquí pa trabajá; si elarbo estorba, se quita el arbo. ¿sabe?.

Algo del Plan Eñe y algunos políticos y demás derivaciones de julio y agosto, ocasionan largos paseos encintados de hormigón donde no se han previsto árboles maltratados: unos por erradicarlos, otros por radicarlos en la estúpida sabienda que certifica la muerte certificada. Es muy fácil aprender: no deben sembrarse árboles en julio: se cabrean.

Muchos árboles son condenados por el infierno de los fuegos, algunos otros se suman con la bendición hipócrita de esta crisis que desconoce corduras.

Me han dicho que el próximo Plan Eñe se va a concebir para ayudar a nacer bosquecitos, verdear los pueblos y ciudades, monumentalizar los campos y dignificar a pastores y labriegos.

Otro día les hablaré del mes de agosto, que se le puso ese nombre en honor a Augusto, que fue otro César distinto a Julio; pero más caliente.

Y después escribiré sobre septiembre, que no es mes imperial.

Goyo
04-ago-09