Para lo que sirve un misal

mónica

Mónica Oltra, es una señora representante de los ciudadanos valencianos en su autogobierno. La señora Oltra, como el resto de los representantes de la Generalitat Valenciana, interviene en ocasiones para mostrar su parecer de lo que allí acontece; el otro día, pareciéndole que tenía que decirlo, dijo e hizo -a la vez que quisieron impedirlo- una pregunta indirecta que lo mismo es también una acusación indirecta: ¿ Para qué les ha servido a ustedes tanta escuela privada y tanto misal ? Ustedes mismos observarán que realmente son dos indagaciones.

Yo estuve en un colegio privado y, a lo mejor, mi estancia atenta y comprometida con lo que veía, leía, observaba y pensaba, me malvalió mucho porque las entendederas con las que me dotó la Naturaleza me incapacitaban para encontrar relaciones claras de justicia, de humanismo, de libertad y de amor (perdón por esta última palabra, tan destrozada actualmente).

Yo creo que a mí me sirvió como sospecho que le sirvió a mi amigo Manolo Saco o a mi admirado José Saramago: para intentar hacer las cosas sin contradicción entre conductas y pronunciamientos, entre actos y creencias. Yo sé muy convencido que Saramago no quiere un Ferrari y afirmo rotundamente que a Manolo Saco le importan mucho los trajes internos con los que se viste a diario.

El misal, distinguida parlamentaria, era lo que la gente guay de época utilizaba a falta de blog; era nuestra guía esclavizante para no salir de la red celestial,… era era como el trasmallo que nos hacía sentirnos «en red», «en rebaño»,… que ese es el significado profundo de la palabra «eucaristía». Yo no sé dónde carajo olvidé o escondí mi misal, mi cuaderno de bitácora de cultos, de comunicados y correos a través de oraciones (era lo que había, hermana). Ah! pero atesoro el misal de mi compañera y esposa. Lo que antes era una «monición» ahora se llama «twitter»: texto breve, exhortación, consejo o advertencia que el celebrante lee o dice en determinados momentos de la misa,… sigue teniendo los lomos rojos (el misal) y sigo sin entender que haya «indulgencias que vulgarmente denominan Jubileo, a semejanza de la indulgencia plenaria de la Porciúncula, y concedidas con las mismas condiciones de ésta«. Sigo siendo torpe.

Aprovecho entonces el amparo que su escaño imprime por indagar entre sus oyentes el sentido y alcance de tal nomenclatura. Es que cuando se lo pregunto a Manolo, no deja de reir.

Goyo
16-dic-09