Me parece que no nos queremos lo suficiente. O nos odiamos en exceso por el escaso humanismo. Ahora resulta que oigo predicar -desde púlpitos y oráculos antes altaneramente adversos- que la gestión política debe preñarse de compromisos a favor de la biodiversidad: eco-liberales se dicen.
Cuando escarbo un poquito, encuentro que son los mismos -y las mismas- los que a la par declaran la inviabilidad de la convivencia pacífica entre miembros de la especie humana en despiadada forma de limitar, despreciar o tratar de impedir la diversidad convivencial de culturas, de colores, de idiomas, de pareceres y de maneras de entender la afición montaraz: unos no bajan del monte, otros se tiran al monte,… y nos dejan el valle lleno de mierda y lágrimas.
Ellos, que descuajaron nuestra Extremadura de querqus, robles, brezos, candilillos y primaveras… Ahora han aprendido pero no los veo sembrar, aclarar, podar, reforestar,… si no es a cambio del becerro de oro.
Goyo
09-may-07