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Nunca deben prestarse libros, y menos de filosofÃa básica. Alguien a quien quiero, sigue disfrutando las exposiciones de mi envidiado Bertrand Russell. Quizá también disfrute de mis anotaciones marginales (en el doble y rico sentido que siempre tiene la riqueza de la palabra marginal)
Macho, macha, regálame mi agenda ética y sabia pues temo que la tonterÃa se instale entre lÃneas.
¿Quién me secuestró la âSabidurÃa de Occidenteâ de Bertrand Russell ?. Que me lo devuelva, que os sigo queriendo.
Nunca deben prestarse libros, corres el riego de perder una amistad.
Goyo
01-feb-08