Querida maestra:
Me alegraré que al llegar ésta a su poder, usted se encuentre bien como yo quedo G.A.D.
En las cartas al director del periódico «El PaÃs» de este domingo, aparece un escrito suyo levantado la inquietud de las personas que podamos quedar con sentimientos cercanos a todo lo que significa el huerto para los niños, los hombres y las mujeres de cualquier época y de cualquier paÃs. En su caso, usted se preocupa y denuncia la poca sensibilidad demostrada hasta ahora por el equipo directivo y por otras autoridades, ya que pretenden edificar no sé qué instalaciones sobre el huerto donde los alumnos dan sus primeros pasos agrÃcolas. He visitado la web de su colegio y no aparece como actividad extraescolar ninguna relacionada con el huerto; pero esto quizá sea otro pequeño fallo.
El fallo grueso es lo que a mà me traslada su emotiva carta al director de El PaÃs: me apena que a esos locos chiquitos se les arrebate el juego de la tierra y de las plantas, el aprendizaje del crecimiento y la educación de la serenidad.
Yo desde aquà puedo hacer escasa muestra de apoyo; eso sÃ, a mà me sigue pareciendo que a algunas de las personas no les apesta las azadas y los rastrillos; más bien parece que les apestan los niños.
Desde tan lejanas tierras, sepa usted que tiene mis ánimos. Y a la vez le ruego traslade el correspondiente q.l.d.p.c. al personal vario y contrario.
Suyo afectÃsimo.
Goyo
17-jun-07