Esa era la voz de guerra de los mozos recios de mi pueblo cuando alguien se negaba a “pagar el piso”. Tal obligación de pago se adquiría por el novio cuando éste, siendo forastero, había conseguido enamorar a una lugareña; nacía entonces en la pandilla de la novia, la necesidad de serenar los ánimos de los mozos del pueblo al ver reducida su posibilidad de elección.
Por aquellos años sesenta, quizá con una garrafa de vino podía solucionarse la celosa afrenta; una garrafa de vino era una noche alegre y líquida y si el afortunado novio se resistía al invite, la pandilla lo tiraba a la charca. Así de refrescante era el mensaje.
Como los tiempos cambian que es una educación, un mecenas con gorra visera (ese de la foto, con guitarra, hija y esposa), amante de cualquier buena música y de la dedicación de los jóvenes a cualquier buena música, se ha compuesto un cuidado y costosísimo estudio de grabación que pone a disposición de los triunfadores del encuentro musical que el Ayuntamiento de Casar de Cáceres organiza en las inmediaciones de la charca del pueblo (es que si digo «laguna» queda muy cursi) aprovechando algunos fines de semana de los meses de julio y agosto.
Para los seguidores de las últimas tendencias tecnológicas en lo que a registro de sonido se refiere, se advierte que el Estudio de Jenimusic Producciones (web en construcción) dispone de micrófonos «Blue», de altavoces «Genelec» de mesas de producción «Tastam», … al mismo nivel que puede tener las mejores cadenas de Tv. Todo un lujo.
Para los seguidores de las excelencias turísticas rurales, en entorno de la charca de mi pueblo, el paisanaje y demás vistas y sonidos esperan ser disfrutados.
No teman, ya hemos perdido la costumbre de tirar a la charca a los forasteros.
Goyo
17-jun-08