Hoy, víspera del Día de la Bestia (6.6.6) un ciudadano senegalés (suponiendo que los poderosos de la Democracia hayan permitido que en Senegal también existan ciudadanos); digo que un ciudadano senegalés, afincado en España (no sé por qué dicen eso si el pobre no tenía ninguna finca) se ha prendido fuego después de haberse empapado con un líquido inflamable.
Como podrán poner en su imaginación, la decisión final requiere un diseño tan meditado como premeditado; articulado y sucesivo en actos intermedios entre los cuales no se nos proporciona la razón primera del primer acto, que parece ser la de quitarse de en medio; lo desconocemos.
Desconocemos también si el hecho final de arrojarse en llamas a un contenedor formaba parte del trágico guión o constituye tan solo una fatal coincidencia achacable a interpretaciones gratuitas.
Quitarse de en medio está a veces bien visto si es para dar paso a la sencillez; pero me temo que la persona que opta por el suicidio a voces de llamas desea también gritar la difícil desesperación en que se encuentra: negro, inmigrante, obrero de lo que sea, sin poder ser ni rapero, ni jugador de NBA, … en un país donde hay gente que asocia, negocia y escupe la bazofia de que la delincuencia se construye y crece con la inmigración.
La Blogosfera crece, aunque sea en endogamia; lo que me importa hoy, lo que nos debiera importar, lo que asusta es que crezca la idea de que alguien pueda sentirse más tranquilo porque ese alguien piense que potencialmente hay un delincuente menos.
Goyo
05-jun-06