De repente de nublan los dólares
y se embarran de mugre los euros:
lo que en mayo fue la opulencia,
es en octubre el siniestro.
Da igual mancharlos de sangre,
da igual vestirlos de negro;
armas, petróleos, ladrillos,…
da igual, con tal de tenerlos.
Lánguido otoño
que cae las hojas podridas de la riqueza.
Siempre son los pobres pobres;
es la verdad más certera.
Siempre son los pobres pobres
pero nunca se rebelan.
No basta que se repita que la sordidez degolla,
no basta que se repita que la avaricia es inmutable.
Goyo
17-oct-08