El ser humano es manantial eterno de sorpresas; por eso me estoy inclinando a pensar que la educación puede servir tan solo para que los sobresaltos sean más domesticados y no se quebrante nada al caer. El caso ético y de opinión de todo lo que hoy me despierta, se arrastra a raíz de una paliza que puede desembocar en 70.000 euros.
Resulta que un profesor -que enseñaba Teoría del Estado- trata de evitar que Violeta recibiese una paliza ; y el agresor, por eso de terminar lo que acababa de empezar, deja en paz a la moza y resuelve el conflicto sobre el teórico, con tal quebranto, que la paliza que recibe el entrometido profesor le supone caer en un estado de coma de complicada reversibilidad.
“Tú no te metas donde no te llaman” dice el discutido consejo. A Violeta Santander la están llamando de la tele para que se mete a cambio algo más de diez millones de pelas en la faltriquera, tras una entrevista donde aclarará que ella es también víctima.
Son las cosas del periodismo neo-con.
Goyo
08-sep-08