Dos velas negras

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No me importa admitir que soy más torpe que muchos negros y menos gilipollas que algunos blancos. Yo bien querría que todos fueramos iguales de sagaces y bien distanciados de la sandez; pero me temo que ni siquiera la educación universitaria, los años, o el merecido prestigio aseguran la esbeltez en las ideas.

Ahí tenemos al doctor John Watson, que hace 25 años recibió el premio Nobel por el desciframiento del ácido desoxirribonucleico y desde hace 50 es director del Cold Spring Harbor Laboratory, considerado como el centro más avanzado en la investigación del cáncer y el conocimiento de la  Genética. No obstante, dicen que su entorno científico tiembla cuando el doctor pasa a la opinión sobre sexo o raza. El Dr. Watson ha ocasionado con señalada frecuencia controversias impropias a su teórica altura.

Evidentemente, hay que temer por el futuro de África si uno piensa como él.

Ahora tiene 79 años, no me gustaría que sus recientes declaraciones sobre la inteligencia de la gente negra se asociaran a un posible estado chocho (otro ejemplo de machofeminismo) y sí me gustaría que fuese cierto que dentro de dos años se tuviese el control del cáncer.

Yo sólo deseo que acierte en su profético control de las células malignas; le doy dos años de plazo.

Como no acierte le pongo dos velas negras.

Goyo

19-oct-07

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