Nos vemos en Huesca, que suena a campana.
Lo digo porque el otro día, un corto animado sobre clavos, transmitía el mensaje de que «sólo aquel clavo de sobresale es el que se machaca«; el pobre y brillante clavo de la historia tenía en sus cercanías tres otros con la cabeza prácticamente hundida, pero los ojos y los oídos le permitían ver el alrededor. Cuando venía el martillo, simplemente mostraban la herrumbre y la obediencia. El reluciente, se espigó para señalarse en desafío comunicativo. El martillo la tomó con él y lo introdujo con certeza y poderío a los adentros de la tabla. Los otros tres siguieron -eso sí, un poquito más oxidados- disfrutando del paso embrutecido del martillo.
«Ciudad Digital» , que tiene este vínculo (http://www.jornadasciudaddigital.com/) es una apuesta para afilar cabezar y asentarlas, no para hacerlas clavar; es el reconocimiento de un colectivo político organizado, el PSOE, hacia las nuevas formas de ejercer la influencia y el traslado de las ideas que ayuda a que las gestiones de los gobiernos sean cada vez más humanas. En eso creo, para eso apuesto, por ello voy.
«Civitas digitalis» que dirían los melancólicos del clasisicismo, debería ser un montón de casas ordenadas en hilera que necesitan, de vez en cuando, una plaza donde descansar, vender o confluir.
Pero no nos quedemos en el deshilachado concepto moderno de ciudad; Internet vale porque los pueblos pequeños, los villorrios, las aldeas,… son capaces de salir y sobresalir en información sin dejar de atender al conocimiento cercano del vecindario.
Ciudad digital para pueblos alfabetos.
Goyo
26-feb-07.