La tercera imaginaria

Perdonadme que hoy componga pareceres con recuerdos de lo que fue mi servicio a la Patria; pero es que la noche del sábado dormí mal pensando y suponiendo sobre las declaraciones del señor Mena Aguado.

Digo “lo que fue mi servicio a la Patria” porque la estructura que administra militarmente este sentimiento de servicio patrio, me reconoció hace 18 años como persona que ya ha finalizado su dependencia y disponibilidad para con el ejército. No sé como lo presté, el caso es que no tengo ninguna medalla aunque guarde un abrupto y negro cúmulo de atropellos a lo que yo entiendo que es cordura, respeto humano y ciudadanía democrática.

Alguna vez, en aquella incomprensible mili, fui castigado por la superioridad con lo más temido entre el cuerpo de reclutas, que no era una semana sin salir del cuartel; sino la tercera imaginaria. Explico la cosa; para que la noche del soldado tuviese la tranquilidad de atención a su sueño y a sus pertenencias, se dividían las ocho horas del sueño en cuatro periodos de dos horas cada uno, cada periodo de vigilancia recibía el nombre de “imaginaria”. Realizar el primer o el último periodo de la noche no era excesivamente molesto; pero hacer la tercera imaginaria te provocaba al día siguiente una incomodísima ruptura del descanso, tener que soportar dos horas de vigilia en los momentos más necesarios y apacibles del sueño me sigue pareciendo una propuesta diabólica de servicio patrio. En fin, quizá sean estas más las impresiones de un lacayo comodón que las de un glorioso soldado.

Ahora voy a explicar por qué no dormí, por qué tardé tiempo en conciliar el sueño, por qué el asunto me condujo inexorable al sufrimiento de la tercera imaginaria. Llegué tarde a la cama después de unas agradables copas que siguieron a una fraternal cena, en que se habló del pronunciamiento decimonónico del que era hasta ayer Jefe de la Fuerza Terrestre. La actitud y ensamblaje declaratorio del Secretario de Comunicación del PP compuso para mi concepción ciudadana, el broche y medalla política a la cuartelada sargentera. Ya está suficientemente explicado y criticado en cientos de páginas cómo el Partido Popular se ha manchado la mente y las razones.

Por eso no era capaz de conciliar el sueño, volvían los retazos de narraciones del 36, del 37, del 38, del 39, del hambruno 40, del 41,…se me entremezclaban estudios, pruebas, evidencias, paseos, Ley de Fugas, pelonas, aceite de ricino,… eso que para algunos se ha dado en llamar Memoria Histórica: políticos, maestros, sindicalistas,… y bendiciones bajo palio.

La prensa afirma que el señor ministro ha sancionado duramente al teniente general imponiéndole una semana de arresto domiciliario y que los partidos apoyan la medida disciplinaria. A mi poco entender castrense, el alto jefe tendrá bien cerca el tiempo de reflexión de lo invocado; debe también sospechar los millones de imaginarias que sus palabras hayan causado.

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