Reservando la posibilidad de que la cena de los ideólogos sea para mí el mayor acontecimiento del cuarto año del tercer milenio, tengo dos noticias que refrescan lo mucho que desconocemos pese a los indiscutibles logros técnicos y científicos.
Las dos se produjeron en el mes de enero y tratan sobre el conocer, sobre cómo saber lo que somos. Para conocer, unos acuden a su inmediata cercanía y preguntan al vecino de al lado; otros, se arropan en una bandera porque así se puede agredir impunemente a un ministro,… otros acuden a la Biblia sobre la que G. Bush juró dar lo mejor de él en este nuevo mandato…(¿habría dado ya lo peor en el mandato anterior?).
La física española María José Borge, del Instituto de Estructura de la Materia del CSIC, explicó que un miembro del grupo que ella coordina, tuvo la idea de desarrollar la trampa tecnológica que ha permitido «atrapar» la demostración que se venía estudiando desde hace cincuenta años: el carbono nace cuando tres núcleos de helio se funden simultáneamente y eso sucede a muy alta temperatura en las supernovas. Dicen los científicos que el Big Bang no produjo prácticamente nada más que hidrógeno y helio ; pero en el corazón de las estrellas, el carbono se puede formar a partir de la fusión de tres núcleos de helio (partículas alfa): es la escurridiza reacción triple alfa. Ya está así explicado todo el carbono del Universo, incluido el que sustenta a la vida humana. Así que ya no solo se iluminan nuevos caminos en la Astrofísica, sino que ya sabemos más certezas de nosotros. Eso dicen.
Otras informaciones nos dieron a conocer que en uno de los archipiélagos del sureste asiático existen tribus que datan del alto Paleolítico y del Mesolítico, por lo que tienen una antigüedad de entre 20.000 y 70.000 años. Según los antropólogos, los miembros de las tribus onges, jarawas, gran andamanense, sentinelenses y shompens, pueden oler lo que trae el viento, conocen lo profundo del mar por el sonido de los remos, interpretan el canto de los pájaros, el cambio de conducta de los escarabajos,… utilizan el mismo tipo de alerta que los animales para escapar de los tsunamis,…tienen un sexto sentido, un séptimo sello, un octavo saber,… y tiran flechas a los helicópteros. Tras el tsunami del día de Navidad del 2004, los responsables del Parque Nacional de Yala quedaron perplejos al no encontrar evidencias de muertes de animales, a pesar de que las olas gigantes invadieron las tierras donde habitaban elefantes, orangutanes y felinos. Tampoco hubo muertes en hombres, mujeres o niños de estas tribus. Todos se libraron de las gigantescas olas.
A este último tipo de reacción los científicos aún no le han dado nombre alguno.