Se ha presentado como la alegría del viernes. Diciembre se ilumina casi al final desde el principio y ha consentido que la esperanza también se instale en la primera fecha sin aún haber llegado al remate del mes que acaba de pasar. Hoy es el primer día del mes último y, nada más dejarse decir, ya ha iluminado el embuste; pues si no se llega al final, no se debería saltar al principio.
La sátira ilustración ofrece la apuesta del estado alemán de un euro por hora de trabajo y que el resto hasta el salario mínimo salga de las arcas públicas, así podría dedicarse a curar ciegos y a convertir agua en vino, por ejemplo. Algo parecido habrá que hacer para asegurar que se llega justo al final para repetir otro principio.
El ministro Caldera repasa la calderilla.
Quizá ayudemos a que San Silvestre resista a su mismo maratón.
Un euro, rueda una moneda buscando la vergüenza. Un euro, dadle también un euro a la paz.
Goyo
01-dic-06