Rosa en mi pueblo

Exactamente no fue en mi pueblo ¿eh?.

Como a 10 Km de mi pueblo han colocado el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura, que el pasado viernes acogía a Rosa Díez para animar -dar alma- al acto de entrega de diplomas a los nuevos abogados que habían superado el Curso de Prácticas Jurídicas. (Las abogadas y abogados que hayan superado estas prácticas, adquieren con ello la facultad de ejercer el turno de oficio, que es como un eufemismo que evita utilizar la hermosa función de ser “abogado de los pobres” y además, eso de que la Facultad de Derecho se acuerde de a una eurodiputada de izquierdas para hablar de libertades y derechos da para pensar muy en positivo.)

Rosa es una mujer política que sufre con amargura la forma más animal de la cultura nacionalista; convivir en los pueblos y en las calles vascas con la determinación y el compromiso de militancia de un partido no nacionalista, se acerca mucho al heroísmo, el desprecio que acumulan los pensamiento que dan razón de ser a los nacionalismos, se devuelven contra cualquiera de los derechos que debe disfrutar un ciudadano libre, incluso se devuelve de forma violenta para que así sea el derecho a la vida el primero que desean eliminar, creyendo así que las ideas contrarias se destruyen con balas.

Disertó para llenar una bitácora larga, para llenarla no sólo de anécdotas del crudo infierno nacionalista vasco en estos tránsitos; disertó para que alguien pudiera servir ocasionalmente de cronista blogosférico y por ello, os apunto las dos perlas que mejor pude sacarle brillo.

La primera dice que no se explica cómo los militantes socialistas y populares de las tierras de allí no se cogen del brazo y se declaran resistentes demócratas ante los terroristas. La segunda afirma que la Política tiene su origen cuando el hombre deja de utilizar la cachiporra y la cambia por la capacidad de persuasión.

Que nos volvamos a ver con más paz.

(Creo que para eso, la palabra “nación” debiera cambiarse por “abrazo”; parece que es más seductor el término, ¿no?)

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