Debe haber al menos dos tipos de empresarios: los que emprenden desafíos porque disfrutan invadiendo lo social con el trabajo y los que invaden los económico con el trabajo de los demás. Estos últimos quizá no sean abundantes; pero son los más poderosos, hasta han podido dar jaque al Estado del Bienestar. De entre los primeros, un pequeño grupo de industriosos (hay que reparar bien en el alcance y significado de esta palabra) extremeños amenaza con encerrarse en las oficinas bancarias que ahora niegan lo que antes ofrecían con tan poca displicencia.
Quien se dedique a pensar -si es que pensar sirviera de algo- aprenderá cómo de ágiles son las entidades bancarias para garantizarse el desprecio de la gente sencilla; bueno, quizá esto no tengan por qué considerarlo con tal de seguir preocupados porque la gente sencilla siga sin dedicarse a pensar.
Goyo
29-ene-09