El acuerdo de las rapaces.

Buitre

 

 

Observar a un buitre en vuelo produce una sensación de descanso a la vez que de fortaleza. De ordinario el buitre bate poco las alas; su organismo es capaz de detectar cómo suben las pequeñas corrientes de aire caliente hacia los cielos de arriba y, simplemente dejándose planear, asciende y se traslada con muy poco esfuerzo.

Hace mucho tiempo, cuando el hombre respetaba a la Naturaleza, también todas las aves rapaces se dedicaban a cazar. Había abundancia de animales de todas clases, sanos, fuertes, ágiles, … y aquellos que enfermaban o se despistaban de sus padres, pronto las rapaces le daban caza.

Hombres ignorantes que no quisieron entender la sabiduría de la vida en los campos, no apreciaban que las rapaces se alimentaban de los animales que él solía despreciar. Además de ello, aquellos hombres envidiaban a las rapaces por su sigilo, por su velocidad, por su agudeza visual, por su figura elegante, por la fuerza de sus garras, … en resumen, porque cazaban mejor que él.

Por envidia, el hombre comenzó a matar caprichosamente y de forma desorbitada a las mejores piezas, a los animales más sanos, a los más rápidos; como queriendo desafiar a las rapaces e intentando demostrar que era mejor cazador. Y además, algunos humanos mataban y envenenaban a las rapaces acusándolas de ser alimañas que se dedican a comer los mejores conejos y perdices.

Pronto las águilas, los buitres, los halcones y demás aves cazadoras tuvieron problemas para conseguir alimentos y asegurar sus vidas; así que se reunieron para encontrar solución a la nueva situación. Con triste pena reconocían que el hombre era incapaz de corregir los hábitos que dificultaban una vida en armonía.

Todo es pura envidia, o al menos así me lo parece, -dijo el mochuelo-. Debemos diversificar nuestros sistemas de caza, especializarnos si queremos competir con los humanos. No podemos cazar todos lo mismo, ni de la misma manera, debemos repartirnos presas y modos… y huir de su presencia, desconfiar de su cercanía, anidar en los lugares más apartados.

En aquella asamblea acordaron que cada una debería especializarse en un tipo de caza: el halcón en ataques rapidísimos; la lechuza en cazar en completa oscuridad, el cernícalo preparando el ataque sorpresa mientras flota en el aire el águila utilizando la fuerza y la astucia, el alimoche aprovechando el interior de los huesos, … . Incluso las águilas se repartieron labores de caza: unas se especializaron en cazar culebras, otras en pescar y otras en atrapar a los hábiles conejos.

Así cada rapaz iba anunciando su forma particular de cazar para repartirse mejor las pocas presas que estaba dejando el hombre.

El buitre no había hablado; en verdad le daba igual conseguir comida utilizando cualquier procedimiento que sus compañeras no hubiesen elegido. De todos modos, sabía que el hombre seguiría matando por matar o que algunos animales morirían en el campo. El buitre decidió buscar el alimento de esta manera para no quitar presa alguna a sus amigas y no constituirse rival de ninguna rapaz.

La elección del buitre dio que comentar en la asamblea, nadie deseaba ver a tan buen cazador husmeando cadáveres. Era como darle la razón al hombre y que de esta forma se sintiese superior. No podían imaginarse al potente buitre esperando a comer lo que nadie había querido: ¡carne muerta!

Argumentos y razones se expusieron para que abandonase tal idea. Su razón la repitió varias veces:

– Fijaos en el alimoche, que ha escogido lo que nadie de nosotros queremos. No me consideréis a mí porque el mérito es el suyo. Además, para alguno deberán ser los restos, si nosotros los hemos elegido, no tenéis por qué preocuparos.

No hubo manera de convencerle, tampoco al noble alimoche.

Al enterarse los hombres del acuerdo de las rapaces, sintieron aún más envidia de ellas por lo inteligentes que había sido. Por eso al águila lo dibujaban en sus banderas, esclavizaban al halcón para que les cazase, incluso había ignorantes que las mataban para embalsamarlas y poderlas admirar a su capricho inútil.

Del bueno y humilde buitre, contaron a sus hijos las mentiras de que era el ave más repugnante y sucia. Al enterarse el buitre de estas calumnias, y para no manchar la fama de las rapaces, se arrancó las plumas del cuello y cambió su aspecto elegante.

Cualquiera que conozca esta historia, sabrá la razón de por qué el buitre es tan imperial en el vuelo y tan grotesca su figura.

Otro día, os contaré cosas del pastor que a sus hijos les narraba historias bonitas de las arañas.

Si lo local asciende

 

Renta_Basica_Incondicional_BGE_Berlin_2013

 

 

Sonamos. Algo hicimos mal. Lo universal desciende a lo individual. Los acontecimientos de este lunático junio nos desbarajan previsiones. Se nos presentan en vivo las ilusiones, o sea que con mucha claridad lo real aparece crudo y sin engaño para que así lo iluso sea engaño y fruto de nuestra íntima responsabilidad.

 

De nunca me sentí forofo aunque aquel gol de Iniesta con mensaje a los cielos humanizase en algo mis gélidas relaciones con el balón. Así que me lo creía con la misma crudeza que nos mostraba que hemos sido la primera selección en cruzar el charco. Nos trataron como auténticos foráneos: los primeros, ajusticiando el engreimiento y los segundos implantando el profundo sentimiento de lo indígena. Dos lecciones para elevar la humildad a rango humano.

 

Cerca de Chile se encuentra Uruguay que produce casi el noventa por ciento de la energía que necesita gracias al uso de las renovables, que este gobierno hispano, tan popular, las entierra con un decreto de retroactividad legal corrosiva justo al siguiente día del Día Mundial del Medio Ambiente; . Empresas e inversores tienen su vista y futuro puestos en la visión europea, por si hubiera mal remedio. A ver qué me dicen mis alumnos de aquellos posibles del sol y del viento.

 

El jefe del Ejecutivo extremeño afirma que la remodelación de su selección se hace para “potenciar la creación de empleo”; lo que me incita a concluir que antes de la remodelación no debió existir ese potenciar, o que se dedicaron los esfuerzos a la creación y mantenimiento del paro. Para mayor abundancia en la duda, la nueva responsable de la cosa del empleo nos alumbra afirmando que viene a considerar que el derecho fundamental es la Renta Básica (no creo que fuera por lo que escribí hace un mes). Todo ello enmarcado y embellecido en el falsario programa que ensalza la caridad y la dádiva ignorando que pueda brillar la Justicia.

 

Esta no es la Europa que nos dibujaron cuando éramos jóvenes. Ni la España de ahora figuraba como proyecto de lo que era aspiración común en los umbrales de este siglo. Ni la Extremadura dañada imaginó que los abundantes esfuerzos para enderezar destinos manidos se fuesen a remediar utilizando formas ajadas de gobierno sumiso.

 

Goyo

23-jun-14

 

¿Para cuándo las judiciales?

 

Jueces

 

Yo no estaba allí; pero todos los libros apuntan a que fue un noble barón el que propuso y defendió terciar el poder absoluto del Rey y que fueran los ciudadanos quienes confiasen las tres tareas a los jueces, a los gobernantes y a los diputados tras un ejercicio electoral libre. (Bueno, esta teoría seguirá siendo válida hasta que Pío Moa escriba un libro sobre el asunto)

El caso es que la propuesta del francés Charles Louis de Secondat, se sigue explicando en las escuelas, en los institutos y en las universidades; en las cadenas de la tele pública no aparece porque el tema no lleva ligazón con la entrepierna o con la cocina.

La teoría clásica de la “trias política” dista mucho de la moderna. Nosotros elegimos a los diputados que han de componer el Parlamento que discute y define las Leyes; pero antes de hacer ninguna, se reúnen los parlamentarios para decidir quién va a ser el jefe de todo lo Ejecutivo y se deja para muy luego la decisión de cuáles serán las personas que ostenten y arbitren el Poder Judicial para interpretar las leyes. Por lo que se ve, la vigilancia anglosajona del “checs and balances”, también está en desuso.

Según yo lo percibo, nuestro voto parece cifrado para señalar quién va a ser el jefe del Ejecutivo, sirve para componer en algo el Corpus Legislador y apenas pensamos que en esa voluntad de la papeleta, también se incluye el poder para componer la Mesa Togal que compondrá el régimen judicial. Con nuestro voto se unifican los tres poderes. Los poderes no se muestran separados sino malamente encadenados; y si esto no suele decirse, decirlo no significa insolencia.

Cuando comento esto entre gente docta, se asombran de mi violenta ingenuidad y entre muchas cosas discutibles me dicen que los jueces no son “políticos”; que no digo yo que lo sean, pero que si hubiesen elecciones al Poder Judicial yo votaría a los militantes de Jueces por la Democracia porque no me gusta un pelo el pensamiento rector del colectivo Francisco de Vitoria.

Pero estas dudas, como no son del género, ni aparecen ni se discuten en nuestros denostados partidos políticos, ni en las radios, ni en las teles. Se resuelven “en diferido” como diría aquella notable manchega.

Goyo

02-jun-14 (Día de la abdicación)