Jamón de cerdo

Cerdosibéricos

No tengamos miedo. Pese a las dificultades de los palos que ponemos a las ruedas de Gaia, todos los indicios vulgares y científicos aseguran que seguirá habiendo cerdos. El cerdo no es solo el animal amuleto de la cultura del inmenso Saramago -deben leer su discurso de aceptación del premio Nobel de Literatura– es también la despensa andante de cualquier familia campesina de Thailandia de la misma manera que se constituía, hace medio siglo, como la provisión anual de víveres de la inocente familia extremeña. También santa.

Al parecer, es la bellota el alimento esencial que hace de su carne el renuncio a su nombre. Nombre y carne constituyen una de las contradicciones aparentes más notable. En tan extraño animal conviven a la vez los palabros menos apetitosos y los bocados más palaciegos.

Aquella cochina pitorrera que hube de enseñar para que aprendiese la ruta cotidiana de ida y vuelta, adquirió bien pronto la hora, el orden y el sentido de las calles que había desde la salida de la zahurda al corralillo del porquero. Y viceversa. Se aprendía con eso que todos aprendemos, con la comida. Mi padre o mi madre me daba un puñado de bellotas -no más de una docena- para que el animal siguiese como una especie de ruta de la tapa y la adquirió con tal vehemencia, que a pocos días de superar el examen, el animal quería como venirse conmigo a la escuela por ver si en esa otra persecución premiaba la fidelidad.

Al parecer, es la bellota el alimento esencial que hace de su carne el olvido de su origen. En tan extraño animal conviven a la vez los palabros menos apetitosos y los bocados más palaciegos; y más cuando se descubre que en las posaderas se depositan los mejores manjares. Como la comida también se relaciona con el asqueroso dinero, las grandes fuerzas económicas quieren pasarse a ecológicas, incluso a las gastronómicas.

Universitarios de los ambientes de la dehesa, siguen indagando sobre métodos que detecten trazas y huellas que nos lleven a las sabidurías y a las causas verdaderas de los sabores universales. Sobre cuándo los investigadores van dedicar algo de esfuerzo para detectar las propiedades aún recónditas de la bellota para los humanos, es mi duda de esta semana. ¿ Acaso podrá estar en el fruto de un árbol milenario algún remedio antiloquesea?

Goyo
28-feb-11

Una banderita para cualquiera de las encinas que este año se han sembrado en Egipto.
Bande

El mito de la dehesa.

La dehesa es el resultado de la primera agresión estudiada contra el bosque mediterráneo. Adehesar, hacer dehesa, supone reservar, proteger, poner en relevancia -esencialmente- dos especies arbóreas (encina/alcornoque) a la vez que se elimina el resto de arbolado, todas las especies arbustivas y una gran parte de las herbáceas, lo que ocasiona la eliminación de mucha microfauna y microflora, muchos tipos de insectos y, por ende, reduce la diversidad y las poblaciones de invertebrados, de reptiles, de anfibios, de peces, de aves,… y de mamíferos, sin que por ello suponga riesgo significativo para la especie humana. O eso se cree.

Esto último, el hecho aparente de no suponer peligro para la especie humana, es el gran inconveniente; digamos que no se nota, como la hipertensión arterial, aunque a la larga daña al músculo, al complejo cardiovascular, al sistema renal,…

Muchas voces usuales que ahora suenan, defienden con renovado orgullo que el sistema agropecuario enclavado en la dehesa es un ejemplo de armonía ecológica. Yo no lo tengo muy claro.
PB100244

Me inclino a favor de las estampas de encinares sobre suelos con alfombra verde, sobre el que berrea un venado o sobre el que hoza una piara, o sobre el que picotea una avutarda,… pero eso no es biocenosis completa; es una biocenosis reducida porque el biotopo ya fue intencionadamente alterado. Las estampas de los dulces encinares, son imágenes muy agradables al sentido de la vista, que es sin duda el que primero que utilizamos para valorar una alteración que sufra la Naturaleza; pero no es el único parámetro científico. Es más, son otras las medidas y las dimensiones -muchas veces no perceptibles a ningunos de nuestro sistema sensorial- las que determinan un resquebrajamiento de lo natural ocasionado por la acción humana, una erosión medioambiental, un ataque al biotopo. Estas agresiones suelen tener beneplácito moral cuando se ejecutan a cambio de una incierta garantía de supervivencia humana; pero lo que suele ser en nuestros días preocupante es que las agresiones intencionadas se cifran a cambio de tanto beneficio economicista como perjuicio medioambiental. El arma depredatoria por excelencia es, en la especie humana, el dinero, no la supervivencia de la especie.

Entonces, y para eso, se mira de nuevo hacia la dehesa, a ver cómo podemos mantener la valía de sus pasados frutos. Otra breve mirada al pasado quizá también convenga. Pero los campos de la dehesa ya no se roturan, el encinar no se renueva, la ganadería vacuna dilapida árboles como si ese fuese su pienso. No nos debe extrañar que todo el ámbito del encinar sea sensible a microorganismos oportunistas que explicarían con precisión el fenómeno de «la seca».

Hasta el año 924 no aparece el término dehesa según constata el diccionario de Joan Coromines, aunque con anterioridad nos encontramos en las Leyes visigodas la palabra referida al acotamiento de predios, el llamado pratum defensum, seguramente heredado de los romanos. El término del aquel primer castellano «defensa» derivará en el nuevo «dehesa», según los estudiosos que hace referencia al terreno acotado al libre pastoreo de los ganados de la trashumancia de la poderosa Mesta.

La razón y la lógica de tanto descalabro vegetal y animal no es otra que asegurar al pastor, al vaquero, al porquero,… una mejor visibilidad para controlar el ganado, para evitar pérdidas, para impedir los ataques de los lobos,… en fin, para asegurar pastos más abundantes que los que permitiría la diversidad arbustiva del sotobosque mediterráneo. Una breve relación de arbustos que «estorban» en la dehesa, quizá nos facilite imaginación del rosario de vida animal y vegetal que desaparecen en beneficio de las especies de hierbas gramíneas bajo la presencia de alcornoques y encinas: los lentiscos, las cornicabras, los labiérnagos, las jaras, los tomillos y cantuesos, la aulaga, la escoba, la retama, el brezo, el romero, la lavanda, aladiernos, torviscas,…

Y, además, todas las siguientes especies arbóreas son declaradas «inútiles» para la dehesa: el pino carrasco, el pino piñonero, la sabina, el madroño, el quejigo, el roble meloso,…; con lo que el bosque mixto, el impenetrable hábitat del jabalí, el lince, la gineta,…el bosque galería y las zonas en el que aparecen especies frondosas como el álamo, el chopo o el olmo que podemos encontrar en los márgenes de los ríos, lagos y lagunas, se desbrozan, se descuajan, para disponer suelos más controlados y serviciales a las labores de pastoreo. Otros de los aprovechamientos derivados se cifran en obtener tierras para cultivo, leña y corcho; porque la bondad de la silvicultura que concede el sotobosque mediterráneo ha quedado ya eliminada.

Como condicionante sociológico, hubo un tiempo en el que la existencia de la dehesa favoreció pequeños asentamientos rurales, o que incluso fijó población en los pequeños pueblos; pero hoy ya no podemos argumentar en su favor este freno natural a la huida del mundo rural hacia la ciudad.

Suele percibirse cada vez con mayor rotundidad que el tratamiento del complejo agropecuario de la dehesa tiende a una especie de abandono de las artes tradicionales; primero porque los trabajos y labores del campo han cedido al maquinismo y con ello, oficios, saberes y especialistas han desaparecido.

Se aproximan tiempos donde otra vez la subvención pública ayudará a que la propiedad de la tierra y su potencial de cambio monetario, siga estando en manos y en voluntades ajenas a principios conservacionistas.

Goyo
23-feb-11
Contra otro golpe al estado natural.
Bande

La flor del almendro

120px-Flor_almendro

Cada vez va tomando más enjundia la primera flor de la travesía invernal, no llegamos a decir que es el anuncio de la primavera sino el aviso de que pronto se anunciará la primavera. Así aquellos personajes de trama del 81, tuvieron la marca de este signo en sus confabulaciones.

Lo que se me presenta como extraordinario hoy es la oportunidad y la recuperación del olvido primigenio de aquella otra tragedia: la matanza civil a cargo de militares. Según las buenas letras de Josep Fontana, hoy hace un triste montón de años que afloró el mito que pudo recogerse a partir del 18 de julio: la coalición de partidos bajo el binomio «frente Popular» obtuvo el respaldo de la mayoría de los españoles el día 15 de febrero de 1936. Este fenómeno abierto y democrático inició la chispa en cuarteles, reclinatorios y demás tóxicos democráticos de la época. Mejor que lean al señor Fontana.

La flor del almendro tendrá para mí de nuevos alcances; ya la he tomado como anuncio serio de que mis cepas han de estar podadas cuando aparece la primera; ahora añadiré que no sería nada insano dedicar este día a darse una ración de miedo teniendo en cuenta que seguirán, al abrigo democrático, las abyectas aspiraciones que florecen también en los comentarios anónimos de algunos medios periodísticos.

Goyo
16-feb-11
bandera+republicana

En amor

Matrimonio

Resulta que nos vamos habituando a respetar nuevas formas de amoríos.

Como el tiempo también sirve para explicarnos la diferencia entre amor y sexo, aprendemos de paso que no hace falta la muerte para separar y que la vida se encarga ella solita de provocar nuevas uniones. Ante el escándalo y desorbitar de ojos de los principios de la conservación de unos valores que ya han dejado de ser tradicionales, la gente está aceptando la diversidad…-que también somos animales y nos merecemos protección ecológica-.

Reconocer y respetar estas tendencias es, a su vez, valor en alza y se toman las salidas del armario como liberación de la claustrofobia afectiva. Las primeras risitas burlonas dieron paso a una comprensión callada y respetuosa; que siga habiendo payasos gratuitos es cosa inevitable por siempre.

Ahora entonces creo que yo puedo aprovechar esta ola de confesiones y confesarme por escrito -ya que el por el iPhone no me deja el Santo Padre- ser esposo también de la Naturaleza, con la que llevo casado secreta y abiertamente desde que crecí a las faldas de Peña Falcón, durante los siete primeros años de la España sin Franco. Esta segunda forma de matrimonio, mi mujer la consiente y anima, quizá porque de esta nueva relación el fruto no son otra cosas que árboles y más árboles, y como a ella le gustan las macetas…

Pero también he de confesar que hago a todo, que también soy amante de la Política; aunque ésta no se deja tan fácilmente. Las difíciles nupcias no vienen solo por las desavenencias con la parentela; a la discordia se suma la ojeriza de los contrarios azuzada por el pasotismo de los sufridores. Ya lo sabéis, nada más sepan de vuestras veleidades sociales, la urticaria del desprecio asoma por la esquina. Y si esta última forma de matrimonio viene santificada por un salario, notaréis en vivo la fuerza de la envidia o la socorrida acusación de matrimonio braguetazo. Hay que defender a ultranza un salario digno para cualquier dedicación política.

Mi duda es saber cómo de grandes serán las bragas con doscientos mil euros anuales.

Goyo
14-feb-11
Día también de l@s enamorad@s de la Naturaleza.

Otra banderita😉Bande

Sevilla tuvo que ser

Lorenzo_Ginés_Brandín

¿Qué más nos debe pasar para certificar que estamos obsoletos?. ¿ Qué cosa vieja y podrida debe repetirse para darnos cuenta de que ya no estamos en la postguerra de la IIGM?. Los europeos, ¿necesitamos una IIIGM para avanzar sociolaboralmente?. Nosotr@s, l@s poder@s y bien vividor@s, ¿qué anuncios hacemos llegar a la menospreciada clase trabajadora?. ¿Cuántos años de tropiezos sociales penosos han de vivirse para revitalizar el sindicalismo ilusionante? ¿Qué más rechazo necesita el empresario honesto para ser calificado con simpleza como experto en fraude fiscal?… Y así más de doce cuestiones dañinas que nos incapacitan para reaccionar.

Por lo que sea, por lo que fue, por lo que debe ser,… nos han empujado las fuerzas ocultas a dar brillo a la simplicidad. Frente a un mundo social desprovisto de trabajo para todos, la gente que se cree responsable y copartícipe, debe presentar posibles soluciones.

¿Podemos seguir defendiendo una jornada laboral de ocho horas como se aplaudió y celebró hace ochenta años? ¿ Es arriesgado aspirar a una tarea diaria más liviana en horas? ¿ No debemos compartir las inteligentes ventajas de las nuevas máquinas que ahorran tiempo y multiplican efectividad? ¿ No pueden algunos servicios sociales y/o privados definirse en doce horas de atención con dos turnos de personas distintas de seis horas cada uno?

¿No pueden articularse momentos de reflexión entre sindicatos, empresas, emprendedores, administradores públicos, sociólogos y demás diversidad política, momentos de una reflexión sobre los cambios que nos está demandando la cordura? ¿ Es que aún no nos estamos dando cuenta que no cabe otra salida que repartir lo que cada vez se presenta más escaso?.

En este fin de semana se agolpan en Sevilla cientos de cabezas «municipalizadas», angustiadas esencialmente por su incapacidad de dar salida clara a la intensidad de la demanda de sus vecinos por un trabajo que comporte dinero «pa seguÍ», aunque sólo sea «pa seguí menos malamente». ¿ Se sabrá responder a la dormida ilusión?. ¿Pronunciarán al menos la mala trampa que nos hemos fabricado en este país? ¿Qué ley obliga a los ayuntamientos a garantizar el derecho de las personas a un puesto de trabajo?

La ley de las Haciendas Locales Españolas y todos sus textos fundidos, refundidos y aleados, no hacen otra cosa que mejorar la administración de los servicios esenciales que garantizan el agua potable, el alumbrado público, la seguridad sanitaria, de la escasez dedicatoria a la educación,… pero nunca se establece, o se ha establecido que los fondos públicos de los ayuntamientos puedan dirigirse, derivarse, emplearse. utilizarse,… como fundamentos financieros para facilitar o garantizar la condición laboral. Nuestro país y los países de nuestro entorno dejan esta función al libre juego del mercado y de la iniciativa empresarial. Es en el «mercado» y en la «empresa» donde se ubica la gestación y el parto laboral.

No más debilidades con los compromisos. Si hemos de cambiar las leyes para que los Ayuntamientos deban afrontar como obligación el facilitar trabajo a sus vecinos, bueno es el momento de debatir, proponer y modificar.

Los buenos y los malos alcaldes se merecen tranquilidad y claridad en sus diseños políticos; porque, si «obligamos» a un Alcalde a responder positivamente acerca de las demandas laborales de los vecinos, a emplear dineros públicos para fines no previstos por las leyes, ¿no lo estamos acercando a la prevaricación?

Ahora, durante este fin de semana, se encuentran en Sevilla los oportunos medios de sabiduría municipal. ¿ Darán paso a una primavera ilusionante?

Goyo
11-feb-11

Cieguita

Músico_ciego_de_La_Tour_B

.
Doy paso a mi alumna Indara Núñez Cardona. Muchachina de diez años que, aprovechando lo que dice la escuela de la prosa, la poesía, los signos de puntuación, la rima y el ritmo, ha compuesto este poemita. «Inventada» es la etiqueta que le asigna a la octavilla en la que me lo presenta.

Cieguita

Te veo…
No te veo…
Estoy ciega de amor.

Vivo la vida en blanco y negro
y tú la vives en color.

¡ Ojalá pudiera ver las flores del campo !
¡ Ver tu cara bonita !
Por desgracia, no puedo vida mía:
estoy cieguita.

Sigue valiendo la pena ser niño, trabajar con ellos y dudar de la bondad de otras edades.

Goyo
08-feb-11

obreras

Protestan cuando dicen que la pobreza las agobia y …no saben despegarse de la miseria ! Ahí tenéis a esas mujeres, una a la sombra y al abrigo y la otra en una mecedora de las buenas. ¿De dónde la habrá sacado?

Sus aposentos se abren a la intemperie y carecen de puertas y ventanas,…después se quejan de padecer fiebres, reúmas, anemias y otras enfermedades.

Obervad cómo de patente es la desgana y la indolencia de lo que algunos llamados intelectuales han decidido etiquetar como “clase obrera”; lo pujante para la clase es dejar transcurrir el tiempo sin darle uso ni aplicarle tarea. El no hacer nada es el hábito que heredarán las pobres criaturitas que, desde lo más tierno, contemplan ejemplo de haraganería y falta de entrega.

Se quejan estas familias de no tener seguridad en la crianza; ¿cómo podrán asegurar salud y educación, los dos pilares que soportan el futuro, con tal muestra de ociosidad?

Así nos explicamos, y entendemos normal, que sus niños no asistan a la escuela; y cuando lo hacen acuden como depellejados, sucios, con ropajes desgajados, pelos al libre pelurdo y en ocasiones descalzos; ¿cómo no se van a resfriar incluso en los días frescos del verano ?. No han nacido para el aula; cuando allí los llevan, ni siquiera se preocupan de comprarles los útiles escolares más simples: pizarrín, pizarra, cuaderno de dos rayas y lápiz.

Como veis en la foto, guardan sus ropas en desconcierto aunque las tengan numerosas; cualesquiera de nuestras hijas o esposas no se permitirían el abandono de los frascos de vidrio que constituyen quizá el grueso de su desconcertado ajuar. Apenas dedican tiempo a la higiene personal, no atienden a simular los olores incómodos de la entrepierna y entre sus dedos se acumulan desagradable restos que el polvo y la mugre convierte en pelotitas.

¡…que luego dicen además que no encuentran trabajo !…

Decidme si la instantánea es en realidad un larga prueba de la imposible emancipación de la clase obrera propugnada a través de esa locura llamada marxismo y si no es más verdad que es la estampa que invita al ejercicio de la caridad cristiana.

Goyo
07-feb-11

(Dedicado a los que me dicen que no entienden lo que escribo, a ver si se animan a pasar de la hoja de la mamemimomú.)