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autoviacasar

Aquellos labriegos consiguieron que los nobles cacereños de la época les permitiesen edificar sus pequeñas -pero alineadas- cabañas a lo largo de la casi desaparecida «Vía de la Plata». No obstante, la poderosa avaricia y el querer poner freno a iniciativas de autogobierno aldeano, se compusieron para mandar mensaje de que, si bien tenían y podían estar en sus casas, los vecinos de aquel «casar» no podrían salir de ellas ya que pisarían entonces tierra del señor.

Esta mísera y repugnante amenaza rondaba las cabezas y alimentaba el desasosiego de la pequeña aldea; hubo entonces una organizada escritura, en un papel de la época, con el explicativo mensaje de protesta que llegó a manos del rey Sancho IV. El monarca concedió entonces el privilegio de que las labores y ganados del pueblecito pudieran a adehesar en terrenos medidos con radio de una legua. Así nació mi pueblo que desde entonces se llama Casar de Cáceres.

Sucedió la firma de tan transcendental documento un día como hoy, 18 de febrero, hace ya 719 años.

Esta noche vamos a celebrarlo.

Goyo
18-feb-2010