La ministra tiene una carta.

 

helen

 

La señora ministra de Cultura y Universidades de Suecia, que se llama Helene Hallmark, cesó el 5 de septiembre a todo el Consejo de Administración del Instituto Karolinska de Estocolmo, que es la institución encargada de proponer los candidatos al Premio Nobel de Medicina. El escándalo de un cirujano italiano acusado de falsear datos en artículos científicos ha hecho que reputados fisiólogos hayan pedido este año que se declare desierto el galardón.

A mí me parece regular la cosa ya que ello podrá ocultar el esfuerzo y el saber de médicos estudiosos dedicados por entero a ofrecer a la humanidad nuevas ventajas en pro de la salud o nuevas estrategias para doblegar algunas enfermedades.

En otro ámbito, pese a los reconocidos y aplaudidos métodos interpretativos de cómo funciona la Economía, se sigue evidenciando una inexplicable expansión de la pobreza que agobia tanto a naciones como a poblaciones. Los rigurosos tratados sobre Economía no hacen sino fortalecer las fortunas poderosas con el mismo vigor que maltrata a las débiles.

Cuando Alfred Nobel plasmó su herencia en noviembre de 1895, en el Club Sueco-Noruego de París, se sintió culpable por su responsabilidad como empresario enriquecido a través de una industria productora de dinamita, cuyo principal mercado dejó de ser la minería y se trasladó a la guerra. Esta puede haber sido la motivación principal de su afamado testamento, quizás unida a la costumbre de la época de realizar acciones altruistas.

A partir de 1968, el Banco de Suecia otorga el Nobel de Economía, premio no instituido por Alfred Nobel y galardón que aún su familia sigue sin aceptarlo como tal. Muy a pesar de este reconocimiento a los estudios económicos, no parece haberse notado beneficios globales evidentes para la sociedad; como prueba está que en febrero de 1995 se acuerda que el premio de ciencias económicas sea redefinido como Premio a las Ciencias Sociales, sin que su remodelada definición sea reconocida en plenitud.

En respeto a la intención primigenia y a la memoria de Alfred Nobel, yo me atrevo a pedirle que se retire el reconocimiento y galardón a los estudios económicos y se deriven los fondos y las medallas para premiar a las personas o instituciones que se distingan por su compromiso y defensa del Medio Ambiente.

Comienzan a madurar los membrillos a la vez que se anuncian los premios Nobel.

Goyo

26-sep-16

 

Que devuelvan el Nobel

Nobel

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Los premios de aquel Señor Alberto, fueron pensados para agradecer con dinero los esfuerzos de un trabajo aún poco comprendido: investigar y descubrir ciencia para agrandar humanidades.

Pero desde hace muchos años, los avances supuestos sobre verdades de la Economía, lo único que siguen asegurando es mayor beneficio para los beneficiados. Los descubrimientos se aplican y provocan mayores perjuicios a los perjudicados, en una constante ascensión hacia el maltrato dinerario, que es la cuna que mece a todo el abanico de posibilidades para caer en la maldición de ser «hombre/mujer de negocios» .

Ya no solo es lo que se opine con isótopos pesados, sino que parece que la vergüenza del Alfred Nobel ha quedado dinamitada. Que le quiten los premios a los aciagos, a los nefastos, a los ominosos,…o que lo devuelvan para recuperar prestigio, y declaren la Economía como ciencia maldita y esclavizante.

Y lo siento mucho.

Goyo
19-nov-10