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Lo curioso del caso gubernativo es que todo el descontrol de los guardianes del cielo pueda quizá resolverse «liberalizando» a los dioses de las horas extras para que todo funcione con normalidad.
Lo que antes se sabía y se dejó fabricar, me recuerda a la canción argentina de Jorge Cafrune
«¿Pa qué voy a picá los bueyes,
si a mí no me espera naide ?»
Pero confiado en que el caso no tiene otra salida que la prisión racional, ¿no sería también plausible liberalizar de una vez por todas a los dioses de las finanzas?
Goyo
08-feb-10