Indignarse se lleva

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Tenemos entre nuestros paisanos ibéricos más de una buena docena de pensadores ejemplares que, atendiendo a su sensato razonar, quizá no hubiera hecho falta acudir a Stéfhane Hessel para encabronarse con el ambiente entero; pero no está mal que acudamos a las autoridades clásicas, pues el señor Hessel es uno de aquella otra docena de personalidades que redactaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Quizá con solo leer despacito al viejete José Luis Sampedro,y pensar en la mitad de lo que afirma en su credo personal, se nos pueda corregir el calamitoso estado comatoso que nos inunda,… pero bueno, para eso se inventaron las fiestas y las celebraciones.

A esta ciudad, se le escapó al año pasado celebrar el reconocimiento internacional a su Semana Santa, que ya figura en las hojas de ruta de las ocasiones turísticas de tronío, que significa ostentación y rumbo, que traducido al lenguaje catovi podría entenderse como chulería recatada. En fin un orgullo, claro está, salvo para la parte orquestada por “Cáceres Laica”, y hay que recordar que laica es toda aquella cosa independiente de cualquier organización o confesión religiosa; aunque en el argot catovi pasa por considerarse cosa atea, sulfurosa e incendiaria.

Bien pues para este año -que no creo yo eso de los mayas- las dieciséis cofradías “han echado mano de todos sus recursos, duplicando esfuerzo y tesón, para celebrar sus estaciones de penitencia con la máxima dignidad posible” y eso es lo que se me clava como duda. ¿Quién rebaja dignidad para aspirar a utilizar toda la posible en la celebración?. ¿ Se han amputado dignidades al modo ejecutor de los gobiernos de moda? ¿ Pues tan solo duplicando esfuerzo y tesón no se multiplican las dignidades?. Y cuanto más me pregunto más se clavan las dudas.

Sigo leyendo por si encontrara algo de luz, y justo a continuación dice el papel que dicen que “ … dentro de la austeridad que imponen sus reglas y la coyuntura económica, y atendiendo a la vez la ayuda solidaria, más necesaria que nunca.”

Y me quedo sin saber si debo contentarme con tan pomposo galardón o contristarme por pecado propio o aflicción ajena.

Goyo
12-mar-12