Hoy comparto en mi blog un hermoso poema verde de mi amiga gallega Andrea Fernández Maneiro; pero yo creo que sale más bonito allí donde lo he copiado.
Cuando los árboles puedan votar
todos los políticos serán ecologistas,
los leñadores abandonarán las armas
y quizá alguna tribu sin sufragio conserve sus tierras.
Cuando los árboles voten
los fumadores apagarán sus colillas,
los políticos tendrán ética y estética
y quizá alguna planta invasora retorne de su emigración.
Cuando los árboles emitan su voto
confiaré en los ecologistas de verdad
en los políticos con ética,
en las plantas invasoras,
en los leñadores;
porque será entonces
cuando las tribus silenciosas tendrán voto
para mudar el mundo, ponerlo paras arriba
y disfrutar de la hierba húmeda del universo.
Pero, mientras esto no pase,
soñar que los árboles votan
es una locura que reforesta,
un relámpago hecho alumbrado público,
un espasmo convertido en energía;
es la esperanza renovable,
el reciclaje del alma;
es al fin, un jardín del edén,
escarbado en el asfalto ,
una urna convertida en una maceta
de metacrilato demócrata,
pozo de los deseos moderno,
donde dejar el voto del futuro deseado.
(30/07/2012)
Saludos a todo el personal sensible.
Goyo
07-ago-12