La fiesta de la basura

basurita
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Afamados investigadores están a punto de detectar cuál es la seriación genética humana que daría explicación al tontorreo ecologista, que es aquel que convive insistente y persistente en la mente de la persona que ora protesta por lo sucio, ora ensucia en plan protesta.

Por ejemplo, tomo la última de las noticias, que está sirviendo al equipo de investigadores. Se trata de una población que sale a un campo que dicen que se extiende por unas 1.200 hectáreas (mil doscientas, oiga) pintadas en esta época de un verde húmedo y brillante y vestidas de hierbas tiernas como para ser manto virgen. Para regocijo de la incongruencia, los visitantes romeros lo son porque al parecer y buen entendimiento, aprovechan la jornada campestre con excusa virginal. No sé criticar la sana costumbre de visitar los campos como muestra de culto o reverencia a las divinidades; pero por ninguna parte aparece escrito que la inmundicia pueda ser utilizada como muestra de devoción.

Duelen estas noticias que se recogen -creo- no con afán de provocar más dolores, sino más vergüenza. Quien conozca el privilegio geográfico y estético de la Perla del Valle y siga atento a cómo se expresan algunos de sus habitantes, debe tener la obligación de hacer llegar a los ojos de los puercos la sinrazón de su porquería.

Goyo
15-abr-10
Una banderita para la buena gente que regresó a su casa dejando el campo limpio.
Bande

Apoyo a Garzón

Garzón

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Evidentemente, desapruebo el espíritu de injusticia que se percibe dentro de nosotros -lelos jurídicos- hartos de observar atentados contra el sentimiento común. Hartos de no hacer nada contra el desánimo.

La lección sigue proclamándose a diario desde que acordamos que existiría un Poder Judicial libre e independiente. No se percibe el triunfo de la Justicia como muestra natural de la bondad de los hombres en encontrar remedios para y contra las personas que cometen abusos; más bien notamos que las conclusiones y consecuencias jurídicas permanecen tan íntimamente ligadas a lo inesperado, que de seguir así, seremos incapaces de deslindar creencia entre capricho y racionalidad.

Quizá este pobre episodio sirva de inicio para una transición más limpia, hacia un poder más inteligible, rígido y humanista.

Goyo
14-abr-10
Por la Justicia como Res-Publicae

La grandeza del festivalino

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Pescueza, que a mí me parece un hermosísimo nombre para un pueblo, ha organizado por tercera vez una revuelta de corte rural y naturista muy digna de apoyo; ne me atrevo a calificarla de revuelta ecologista porque cada vez más huyo de los fenómenos del gentío masivo como muestra indiscutible del respeto a la Naturaleza. Pero el aparataje festivalero, que hasta ahora ha seguido desarrollándose en un pueblo que apenas llega a soportarse con sus doscientos habitantes debemos protegerlo, incluso sugerir que para la próxima edición se organice para que no sean más de diez mil las personas asistentes; no vayamos a atropellar sin querer a algunos de los paisanos.

Parece inevitable que se apoye la idea con personajes de ganada fama, aunque el azadón sin estrenar tenga que soportar manos dulces de guitarra; no importa…, para esto también debe haber ensayos. Cuanto más azadones gastados se muestren, más fácilmente llevaremos la muestra durante todo el año, que hoy mismo nos recuerdan que este trabajo, el de convivir con nuestros árboles, es tarea permanente.

Otra cosa meritoria que hay que mejorar para acercase a lo perfecto: no esperar tanto al buen tiempo; las pequeñas encinitas deberían estar ya plantadas hace un mes.

Claro está, podemos iniciar las plegarias para que otra vez llueva pronto y abundante y así asegure el ambiente húmedo un buen arraigo. Yo, por esto último, no pude asistir, que estuve en la romería de San Benito, cantando:

«Señor San Benito
Bienaventurado,
el agua pedimos
para los sembrados
si por nuestra culpa
el agua no viene,
cuidad a los niños
que son inocentes. » (…sigue más, otro día la canto entera)

Goyo
12-abr-10
Una banderita para cualquier bellotero

Bande

El camarero

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El sábado pasado tuve una fuerte crisis de entendederas que supe remediarla escribiendo estas líneas.

No provino de la enciclopédica frase “Yo destapé la trama Gürtel” ni de la justa vergüenza que se siente cuando sientan en banquillo a una persona por indagar en «presuntos» crímenes pasados. Estamos ya tan acostumbrados a este tipo de escalabros de raciocinio que ya no inoculan sorpresa ni fomentan fiebres altas.

Conviene a la pequeña historia decir que los viernes al mediodía me pego el chute semanal de envidia sana con la columna de Millás -refrescada con una cervecita- y el sábado por la mañana, en la churrería de mi pueblo, me desintoxico leyendo con quietud la prensa que allí se sirve: “El Periódico Extremadura” y el periódico “Público”.

De las muchas y sustanciosas noticias, recompuse el descanso atendiendo a la lectura de una entrevista que, por mucho capital de intención que invertí, apenas pude comprender. Es Michel Bauwens, fundador y promotor de la Fundación para las Alternativas Peer-to-Peer B (P2P para los enterados). El título es suficientemente atractivo :«El mercado se beneficia de la creatividad social, pero sólo devuelve precariedad»; pero por mucho que trato de desmenuzar la entrevista, no acabo de digerirla. Es en verdad incomprensible.

No obstante sigo leyendo páginas y me encuentro con la hermosísima historia que cuenta en su «Electrón libre» Manuel Lozano Leyva, hablando de Rutherford y su clarividencia a la hora de exponer las ideas: «Si le explicas a un camarero lo que estás investigando y no te entiende, lo tonto no es el camarero, sino lo que estás investigando”.

Llegada la noche, sigo rumiando mi tropiezo, mientras los amiguetes disfrutaban del partido Madrid-Barça, otra vez volví a releer tan penosa página 10. Yo me pasé por camarero para atender al sabio consejo del sabio Rutherford: Sigo sin entender las sutiles diferencias que dicen que explica el texto entre común, público y colectivo. Eso sí que me cabrea.

Goyo
10-abr-10

Requisitos para un gran día.

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Cielomar108

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1.- Que los bajos de los coches vascos se miren sólo cuando haya una manchita de aceite en el suelo.
2.- Que usted pueda escribir a manos limpias sin que se inicie una persecución jurídica orquestada.
3.- Que encontremos alguna patena limpia.
4.- Que tengamos miedo a la Justicia pero no a los jueces.
5.- Que el adjetivo «popular» sea liberado de la actual usurpación.

Goyo
08-abr-10

La virtud del sofisma

Polemon

Al menos doscientas trece personas sintieron contento laboral el pasado mes de marzo en Extremadura; es posible que no hayamos tenido la suficiente comprensión para aliviar la desazón de las que perdieron su empleo; pero las grandes cuentas, la diferencia entre las personas que encontraron trabajo y las personas que lo perdieron ha sido por primera vez positiva en favor de esa necesidad tan vital para el ánimo y el bolsillo.

Por su parte, la ultraderecha mediática, ha encontrado nuevas vetas del dorado filón: como el lenguaje se conviene al usuario, basta retorcerlo hasta sangrar el embuste y aparentar pureza argumental. «Tolerancia cero» se suele escuchar como si tuviese algo que ver con «Tendido cero». Ya los sofistas clásicos se ganaban el pan y las monedas enseñando travesuras lingüísticas que desembocaban en aberraciones morales. «En este asunto, nuestro partido siempre ha sido contundente» se dejan decir las palabras.

Pues como decíamos ayer, comienzan a mejorar los datos del mundo laboral extremeño; una alegría aprisionada y expectante, próxima a «alegría cero» se exige, se exige incluso para los 213,… porque aparece en escena el señor Monago que dice ahora que «es que Vara esconde a los parados extremeños.«.

(Aclaración: la ilustración es el busto de Polemón, no del señor Monago)

Goyo
07-abr-10

La cultura de la exclusión

A veces dudo, a la griega, por si no fuese a ser que las tendencias que se imponen en realidad no fuesen más que debilidades de la época. Las debilidades de la época son aquellas que despiertan fácilmente el ridículo una vez que los años del tiempo han calmado la moda.

Por ejemplo, parece que proteger a todo lo que se mueve bajo el paraguas ecológico, es siempre digno de veneración por buen hacer; nada parece más arriesgado en nuestras fechas que declararse ausente de la problemática medioambiental; figúrense declararse abiertamente negacionistas, imagínense, -por fin- que además los discursos, escritos y declaraciones sean abonadas con fondos ocultos.

Hoy miro a los ajos que sembré en diciembre, los veo muy bien acompañados de tamaño y de vecindad; las hierbas diversas, potentes y de color verde hierba crecen con el mismo ánimo. Bien está claro que los abonos y los mimos sirven de soporte, así que en los interespacios ordenados, aprovecha la diversidad vegetal para hacerse notar, presentarse sin ser avisada, manifestarse sin pedir autorización,… incluso poner en peligro la vitalidad del diente que misteriosamente se convierte en cabeza.

La primera foto muestra la compañía definida por las leyes de la Naturaleza según hayan sido las condiciones que hayan asegurado el nacimiento y el crecimiento vegetal.

Con hierbas

Pero la cultura humana del campo, impone un riguroso «apartheid» de razas y tendencias vegetales con tal de que aquello que se pretende cultivar, sea el fruto exclusivo de la tierra y otra cualquier cosa que crezca a su lado, tiene que ser eliminada para bien de lo esperado. Entonces, después de aplicar un ratito de cultura del agro, una razzia de zacho y escurqueo, los ha dejado solitarios y sin rivales que rebajen nutrientes. Solo ajos y tierra, cualquier otra planta ha de ser eliminada, apartada, excluida,…

Sin hierbas

Y así decimos que estos ajos son ecológicos, porque las plantas competitivas se han eliminado por procedimientos selectivos donde no han intervenido ni gases, ni sólidos, ni líquidos. Esto lo tengo que pensar más despacito.

Goyo
06-abr-10
Una banderita para los que siembran ajos.

Bande